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Caminé en retroceso, alejándome de la grieta en el muro, observando a los caminantes, que cada vez parecían ser más y más. 

— ¡Vayan a sus casas! — Rick volvió a gritar.

— ¡Deanna! — alcé mi voz cuando un par de caminantes se abalanzaron sobre ella y cayó al suelo. Intentó dispararles, pero falló cada tiro.

Tomé mi arco y enterré una de sus puntas en sus cráneos, ayudando a Deanna a ponerse de pie al caer muertos los caminantes. Pasé una de mis manos por su cintura, manteniéndola de pie mientras nos alejábamos de la horda.

— ¡Toma mi arma! — la oí decir. 

Sin dudarlo hice lo que me pedía y, rogando de que tuviera la suficiente cantidad de balas, comencé a dispararles para abrirnos espacio entre la horda. 

— ¡Por aquí! — llevé mi mirada a la casa de los Anderson, donde Jessie agitaba su mano para llamar la atención del grupo.— ¡Vengan aquí!

Al agotarse las balas, golpeé a un par de caminantes para alejarlos de nuestro camino, y logré llegar al patio de la casa.

— Déjame ayudarte.— Rick se acercó con rapidez y sostuvo el peso de Deanna por si solo, ayudándola a subir las escaleras del porche.

Los seguí de cerca, pero un par de manos me agarraron el brazo y al girarme noté que un caminantes acercaba su boca podrida a mi piel. Lo empujé con mi pie, logrando alejarlo y se llevó a unos cuantos muertos más con él, pero el impulso de la patada hizo que perdiera el equilibrio y cayera al suelo.

Antes de que pudiera ponerme en pie, varios muertos se habían agachado para alcanzarme. Instintivamente retrocedí, arrastrándome por la calle.

Logré ponerme en pie y comencé a empujar a los caminantes con todas mis fuerzas.

¡Amelie! — oí la voz de Carl.

Golpeé a los muertos con mi arco, destrozando sus cabezas a medida que avanzaba.

¡Amelie! — podía sentir la tensión en su garganta al gritar.

Mis manos y brazos quedaron cubiertas en sangre de caminante y mi respiración era errática, así que me afirmé fuertemente de la baranda de la escalera de la casa al llegar y pateé a un último caminante antes de que Carl tomara mi mano y me guiara dentro de la casa y cerrara la puerta detrás de ambos.

— ¿Estás bien? — me miró con preocupación.

— Estoy bien, estoy bien, tranquilo. — repetí y lo acerqué a mí, abrazándolo y dejando un beso en su cabeza, mientras intentaba normalizar mi respiración.

Me alejé suavemente y sacudí mis manos con una mueca, limpiándolas en mi ropa.

— Amy, necesitamos tu ayuda.— la voz de Jessie me distrajo y la vi de pie en la escalera.— Deanna fue...—

— Maldición. — murmuré y la seguí escaleras arriba, hacia una habitación.

Me quedé de pie en la puerta al ver a la mujer recostada sobre una cama y con mucha sangre en su costado. Rick intentaba hacer un torniquete sobre la herida.

— Déjame ver.— Rick se alejó y yo levanté la camisa de Deanna, para limpiar la sangre con una toalla y tener una mejor visión.

— Qué bueno que estás aquí. — murmuró ella.— No quiero ofenderte,  Rick, pero Amelie es más delicada con estas cosas.— noté las gotas de sudor sobre su frente.

— ¿Qué tan grave es? — cuestionó Rick.

— Solo un par de cortes.— levanté la polera un poco más.— No hay nada de que preocupar...— me corté a mi misma.

𝐋𝐎𝐘𝐀𝐋𝐓𝐘 || 𝙳𝚊𝚛𝚢𝚕 𝙳. /𝙽𝚎𝚐𝚊𝚗 𝚂.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora