CAPÍTULO TRECE

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Un grupo de chicos llegó al lugar, cargaban botes de pintura, papeles decorativos otros llevaban mesas junto a sillas para exteriores, del lugar salían trabajadores anunciado que había terminado con la instalación de las cosas esenciales, la luz, agua y colocando bien las puertas y cortinas para estas.
Shinichiro miraba a Harashi quien estaba ahí parada sin saber que hacer o decir al respecto, o más bien esperaba que él dijera que todo era una broma y no compró ese lugar solo para ella.

— ¿Te gusta? Le pregunté a Emma un par de cosas, ella te conoce mejor. Me ayudó a elegir el color, la forma en que te gustaría que fuera decorado por fuera, no se mucho respecto a hornos y esas cosas pero Koko dijo que son los mejores mode..—

— ¿Esto es una puta broma cierto? — La reacción de Harashi no era la que precisamente estaba esperando, creyó que tal vez saltaría de alegría y lo abrazaria.

— No. Después de todo lo que me contaste quise poder buscar una forma de que dejaras ese lugar y esto fue la mejor idea que se me ocurrió. —

El sonido de su mano siendo azotada contra la mejilla de Shinichiro llamó la atención de todos los presentes quienes prefirieron mantenerse al margen de todo. El rostro de Harashi estaba serio pero en sus ojos se miraba un gran enojo mientras lo veía, apretaba los puños con fuerza para evitar echarse a llorar en ese momento.

— No necesito tu lástima así que puedas hacer lo que quieras con esto. — Dio vuelta y comenzó a caminar para poder alejarse de todo eso.

Los amigos de Shinichiro hacían señas de que reaccionara pero este aún estaba impactado por el golpe, fue Wakasa quién lanzó un pedazo esconbroso a la cabeza de Shinichiro haciendo que por fin volviera en sí y fuera detrás de ella.

— Konoe, espera. — Dijo tomándola del brazo.

— Déjame en paz, en serio. —

— No. — Shinichiro tiró un poco de su brazo sin intención de lastimarla solo lo suficiente para que ella pudiera voltearse y mirarlo. — ¿Realmente crees que hice esto por lastima? Estás equivocada, jamás haría eso por ti. Konoe, te conozco desde pequeña siempre has sido tan alegre y dulce, una genio de la repostería, aún recuerdo cuando fuiste a darme tu primer galleta decorada por ti y la emoción que se veía en tu rostro. — La mano de Shinichiro por inercia se acercó hacia la mejilla de la castaña acariciando su piel con suavidad. — Quiero darte esto porque todos merecen ver ese gran talento que por muchos años fue guardado para mí, por favor. Permíteme ayudarte alcanzar tu sueño. —

                                ( . . . )

El gran día de la apertura llegó, Harashi estaba bastante emocionada por ello y a la vez nerviosa de que todo resulta un gran fracaso, pero ninguno de sus amigos permitiría eso.
La tokyo Manji de encargó de repartir volantes por todos lados, su hermano los daba en la tienda donde trabaja junto con Chifuyu y Kazutora a cada cliente que iba. Por otro lado Shinichiro y el resto de amigos, con cierta aportación de la actual generación de los black dragons se encargaron de llevar gente o más bien amenazarlos con ir.
Mucha gente estaba yendo a comprar al lugar, Emma y Hina ayudaban atender el lugar, realmente todas eran felices trabajando ahí.
El lugar era tan perfecto, el recibidor no era muy grande pero tampoco extremadamente pequeño, era lo suficiente para que el mostrador donde exhibían algunos pasteles, cerca de la puerta había una gran ventana que dejaba viendo a la calle, el frente del lugar estaban cuatro mesas blancas para comer ahí, la decoración era estilo jardín con una pequeña cerca blanca rodeandolas.

Afuera podía verse a los chicos disfrutando de los postres que Harashi preparó especialmente para ellos, algunos blackdragons invitada "sutilmente" a la gente a pasar y en una de las orillas a Shinichiro con sus amigos.

Harashi se dirigió hacia ese grupo exacto, en sus manos llevaba una bandeja con varias bolsitas en ella.

— ¡Chicos! — Dijo llamando la atención de todos ellos. — Realmente les agradezco todo esto, se que mis amigos idiotas les ayudaron pero ustedes pusieron el mayor esfuerzo, por eso quisiera darles esto. —

Entregó a cada uno una bolsita y a la misma vez depositaba un suave beso sobre la mejilla de ellos, esos chicos de treintaitantos se ruborizaron ante la tierna acción de esa dulce chica. Al final dejó una bolsa para Shinichiro, dudo un momento en si debería darle también un beso pero al final terminó por ceder.

— No duden en venir cuando quieran, siempre tendré algo especial para ustedes. — La joven se alejó con una sonrisa de regreso con sus amigos. Había escuchado al querido Manjiro llamarla pues al parecer había llegado una persona especial para ella, Choji.

Los chicos abrieron sus bolsitas, en ellas pudieron encontrar varias galletas que eran decoradas de una forma muy tierna, eran dibujos de cada uno en un estilo cute y adorable.

— Sí, yo también armaria todo un local y mucho más con tal de verla feliz. — Koko miraba con una muy pequeña sonrisa aquellas galletitas.

— Shinichiro... — Takeomi por su parte se acercó a su amigo mirándolo serio. — Si tú no le propones matrimonio juro que lo haré yo. —

— Y si la lastimas no va importar nuestra amistad, estas muerto. — Inupi también se acercó un poco, al parecer todos cayeron ante ella.

Por su parte Wakasa se acercó cautelosamente por un costado de Shinichiro, parándose junto a él y dándole un gran susto en cuanto habló.

— Y deberías darte prisa porque alguien también está perdido por su sonrisa. —

Wakasa apuntó hacia el frente viendo cómo el rubio y Harashi interactuaban, incluso cualquier que pudiera verlos al instante pensaría que esos dos son una pareja pues su conexión logra verse incluso a lo lejos.

— Ese imbecil de nuevo. — Shinichiro estaba preparado para ir detrás de él para golpearlo, pero sus amigos intentaron detenerlo y evitar que solo se pusiera en ridículo a él mismo.

Harashi estaba junto a Emma en el interior del lugar, ambas descansaban un poco de atender a tanta gente. Harashi miraba por la ventana hacia el lugar donde estaba Shinichiro y sus amigos.

— ¿Espias a alguien? — Harashi dio un brinco de la sorpresa.

— El amigo junto a tu hermano, es muy guapo, bueno todos lo son, pero él es muy atractivo. —

— ¿Wakasa? Sí, ha cambiado mucho y ahora realmente se ha puesto muy atractivo, ¿ya viste su cabello? Dios, que bien se le ve. —

—¿Quién es atractivo? — La voz de drake se escuchó a sus espaldas haciendo que las dos se pusieran nerviosas. En un intento por huir intentaron moverse pero solo consiguieron chocar una contra la otra en varias ocasiones, al final las dos corrieron a hacia la parte trasera huyendo de un Draken celoso.

La hora de cerrar se dio, harashi volvió a casa feliz de que su primer día fue tan bien. Aún podía recordar cuando en la mañana su abuela vino junto a una foto de su abuelo, la cual ahora estaba sobre la oficina de Harashi, ambas estaban seguras que él estaría orgulloso de que Harashi por fin fuera quien ella es sin ningún impedimento.
Tantas emociones en un día que la hicieron distraerse de como se sintió respecto a Shinichiro, todo lo que hizo por ella despertaba algo en su interior y temía que aquellos estupidos sentimientos volvieran, era lo que menos deseaba, por otra parte no sabia cuales eran sus sentimientos a Choji estaba confundida respecto a todo.

Para Shinichiro fue distinto, toda esa tarde pudo verla y darse cuenta que esa punzada en su corazón era una clara señal de que estaba enamorado. Fue difícil para él aceptarlo, y más aún saber que hacer al respecto, tal vez era un error pero quería intentar saber si esos sentimientos aún eran correspondidos.
Sí tiene oportunidad de hacer que ella lo ame. 

𝐀 𝐦𝐢𝐬 𝐨𝐣𝐨𝐬. || Shinichiro Sano. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora