𝐀 𝐦𝐢𝐬 𝐨𝐣𝐨𝐬. || Shinichiro Sano.

CAPÍTULO ONCE

La cita transcurría de una manera muy tranquila para ambos, para ser unos completos desconocidos de hecho el ambiente ellos se sentia bastante cómodo. Choji le platicaba un poco de su adolescencia, a Harashi le sorprendió bastante que fuera parte de Valhalla y que jamás se hubieran tomado, él dijo haber oído de ella alguna vez pero no podía creer que trataran de la misma persona pues a sus ojos aquella chica fuerte que era capaz de derribar a un grupo grande de hombres no se parecía en nada a la dulce mujer sentada frente a él.

— Me niego a creerlo. — Choji continuaba incrédulo.

— ¡En serio! Eramos el triple punto muerto y Kazutora, en ese tiempo lo odiaba. — Dijo recordando sus incesantes peleas por el cariño de Baji. — Aunque ellos jamás aceptaron el nombre..—

Choji empezó a reír al oír el nombre lo que hizo Harashi acercarse y golpearlo por su reacción. — ¿Sacaste eso de un anime, cierto? —

— Sí.. — Harashi cruzó los brazos por encima de su pecho mientras Choji continuaba riendo.

Desde las afueras un grupo de chismosos amigos aún continuaban atentos a todo lo que sucedía en aquella ventana, volvieron a ocultarse en cuanto los dos individuos salieron del lugar y empezaron a caminar de nuevo al parque para despedirse, a todos los tomó por sorpresa lo que sucedió a continuación.

— Me divertí mucho, espero que aceptes tener otra cita conmigo pronto, Harashi Konoe. — El joven de cabellos rubios se inclinó hacia ella y besó con suavidad la mejilla de aquella chica.

El taller estaba lleno de gritos y un Baji listo para salir corriendo y apalear al idiota que se le ocurrió besar a su hermana, ninguno tenía idea de que eso sucedería y los dejo por completo impactados a todos a excepción de Shinichiro, quien en su rostro podía verse molestia.

Tanto Harashi como Choji tomaron caminos distintos lo que los chicos tomaron como una señal para salir de sus escondites, todos salieron quedando a fuera del taller hablando de cómo habían echo una misión de espionaje excelente.

— Imbeciles.. ¿acaso quieren morir? — Todos tragaron en seco al oír una voz a sus espaldas, al voltear una Harashi seria con la mirada sombría jugaba con un montón de piedras, las lanzaba sobre su mano para volver atraparlas en la misma.

Los primero en salir huyendo fueron los chicos, empujandose el uno al otro para poder librarse de lo que venía. Kazutora cayó al suelo siendo pisoteado por sus amigos, Manjiro pegaba brincos sobre los demás para poder dejarlos atrás y huir, Draken y Mistuya estaban bastante arrepentidos por haberse involucrado en las idioteces de Baji y Chifuyu que corrían sin mirar atrás.

— Harashi, parece que te divertiste. — Emma hablaba tranquila con su amiga sabiendo que estaba libre de su enojo al igual que Hina.

— Aún así deberías tener cuidado, apenas lo conociste. — La mirada de Shinichiro aún reflejaba enojo, lo mataba sentir todo eso siempre que estaba junto a ella.

— Tal vez, pero muchas veces quien nos lastima llega a estar justo a nuestro lado. — Esas palabras fueron como una apuñalada en el corazón de Shinichiro, entendía a la perfección a que se refería. — Tengo que encargarme de unos idiotas, nos vemos. —

Dijo despidiéndose de sus amigas antes de empezar a caminar, los chicos le llevaban bastante ventaja pero para ella eso era lo que hacía a la situación aún mejor. Tomó la primera piedra y la lanzó directo a Baji, quien para su mala fortuna la recibió justo en la espalda.

— ¡BAJI-SAN! — Gritó Chifuyu deteniéndose de golpe para ayudarlo. Mala idea, la segunda piedra fue tras él dándole en el pecho y derribandolo junto a su amigo.