I. Confidence

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Scott acababa de recibir una llamada de una manada amiga que se encontraba a dos pueblos de Beacon Hills. Lo que había ocurrido es que habían sido atacados por unos cazadores y uno de los betas había sido quemado con ácido, por lo que el Alfa recurrió a Scott en busca de ayuda, o más bien, para que Deaton los ayudara con alguna medicina y como siempre, el veterinario tenía todo lo necesario, sin embargo necesitaban que alguien que llevara el remedio hasta el pueblo en donde se encontraba la otra manada. ¿Y quién mejor que Liam?, el problema era cómo llegaba allá.

-Yo lo llevaré- dijo Theo

-Ni creas que dejaremos que vayas a otro pueblo solo con Liam- le respondió Malia

-Creo que no hay otra opción- dijo Scott- Stiles, Lydia y yo tenemos cosas que hacer aquí y no es como si tu puedas llegar a la esquina manejando sin chocar con un poste- dirigiéndose a Malia.

-Ok, cuándo nos vamos- dijo Liam, tratando de ocultar su emoción. Al menor le gustaba la quimera, desde el zoológico se había dado cuenta de lo que sentía por Theo a pesar de todo lo que había pasado.

- Supongo que tendrá que salir mañana temprano, son al menos 3 horas de viaje- le dijo Scott

-Está bien, mañana paso a las 9 por ti- le dijo Theo a Liam- supongo que ya me voy- La quimera se dirigía hasta la puerta de la casa del Alfa en donde estaban reunidos.

-Espera - Dijo el menor - ¿Me llevarías a mi casa?

-Claro-

Así que ambos se despidieron de los demás y se subieron a la camioneta. Una vez en marcha ambos iban en silencio, hasta que el menos habló.

- ¿Quieres quedarte a dormir en mi casa esta noche?, digo así no tienes que levantarte temprano para venir a buscarme.

- ¿Enserio me estás invitando a tu casa?

- Si, quiero decir, solo si tú quieres

- ¿No crees que te puedo asesinar mientras duermes? -

Liam se volteó a verlo y ahí estaba Theo, con esa sonrisa ladeada que tanto le gustaba.

-Sé que no me harás nada, confío en ti-

La sonrisa de la quimera se desvaneció, ¿Cómo la beta, al cual había manipulado para que matara a su alfa podía confiar en él? ¿Pero si el cachorro confiaba en él tenía que aprovechar no?, dormir bajo un techo y en una caliente cama no le vendría mal.

-Está bien-

Liam sonrió satisfecho, Theo sabia donde estaba la casa le Liam así que condujo el resto del camino en silencio.

Al llegar a la casa de los Dunbar, Theo estacionó su camioneta. Ambos bajaron de la 4x4, Liam sacó las llaves de uno de sus bolsillos y abrió la puerta, mientras tanto el mayor observaba lo hermoso y acogedor que se veía el hogar del menor. Para sorpresa de ambos, la madre de Liam se encontraban en casa, como nunca.

-Hola cariño- Lo saludó su madre acercándose a darle un beso en su mejilla – ¿Quién es tu amigo? -

-Oh cierto, él es Theo-

-Un gusto señora- La quimera le extendió la mano, sin embargo, la madre de Liam le dio un abrazo.

Theo se tensó, pero al sentir esos brazos alrededor suyo se dio cuenta de lo bien que se sentía.

-En el horno hay un poco de lasaña- dijo separándose del mayor- yo me iré a dormir porque mañana debo ir a trabajar temprano y Theo, siéntete como en casa-

En la cara de la quimera se formó una hermosa sonrisa la cual Liam miraba embobado.

-Gracias señora-

-Adiós mamá, que duermas bien- El menor se acercó a su madre y le dio un beso en su mejilla

-Adiós niños, no se duerman demasiado tarde- dicho esto subió las escaleras y se dirigió a su cuarto.

Liam entró a la cocina dispuesto a servirle un gran plato de lasaña a su amigo, Theo lo siguió, se sentaron en la mesa y comieron en silencio.

-Tu mamá es genial- Dijo Theo al terminar su plato

-Lo es-

Al terminar su plato, Liam se puso a lavarlos mientras Theo lo esperaba apoyado en el refrigerador. Una vez terminada esa labor ambos subieron a la habitación del menor, juntos hicieron una cama al lado de la de Liam para que la quimera durmiera ahí.

- ¿Tienes pijama? - preguntó el beta

-No-

Liam se dirigió a su armario, sacó un buso y una polera y se las entregó al mayor el cual entró al baño a cambiarse. Al salir se encontró a Liam en pijama y acostado, así que fue a apagar la luz y se acostó en la cama al lado del menor. Estaba en silencio hasta que la quimera habló

-Gracias- dijo en un susurro

-No hay de qué- le respondió Liam

-No, enserio. Nadie nunca me había invitado a dormir en su casa y mucho menos en su habitación - hizo una pausa- Gracias por confiar en mí –

Liam en ese momento solo quería saltar a los brazos de Theo y envolverlo en un fuerte abrazo, pero sabía que tenía que ganarse la confianza de la quimera poco a poco y el abrazarlo sin su consentimiento solo lo arruinaría así que se limitó a voltearse a verlo y decirle nuevamente que no tenía que agradecerle. Luego de eso ambos se quedaron dormidos con una sonrisa en sus rostros.

Amor durante la tormenta - ThiamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora