Capítulo 18

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-Después de revisarla a detalle, encontré una mancha de sangre en su pierna, alguien la pinchó con un veneno paralizante, no la matará sólo la noqueó por un momento, seguramente no tardará mucho en despertar. -Mencionó el médico con tranquilidad, Adrienna parecía recuperarse poco a poco, Ezio se acercó a ella y la tomó de la mano.

-¿Qué pasó? -Parecía algo serio, Zorro se mostraba preocupado y se acercó al ver la frialdad de Ezio que, quizás no era intensional pero, mejor intervino.

-Deja que se recupere. -Miró a la joven, ella aún se movía algo mareada. -Adrienna ¿Puedes oírme? -Se acercó cuidadoso, Adrienna no podía enfocar muy bien aún y escuchaba con eco.

-William... -Susurraba con dificultad, los presentes le miraban atentos a lo que estuviera por decir.

-¿William? ¿Quién es William? -Ezio se mostraba impaciente, Adrienna sentía un fuerte dolor en la pierna y trataba de moverse, Estaba mareada, apenas y podía ver a Ezio.

-William... Thompson. -Mencionó cansada, el médico le había preparado un antídoto y se lo hizo beber, Adrienna quería escupirlo pues el sabor no era nada agradable.

-Bébelo te recuperarás más rápido así. -Susurraba el médico mientras le hacía beber el antídoto, Ezio miraba atento a la joven. -Eso es, deja que surta efecto. -Mencionaba con calma, Adrienna volvía a quedarse dormida, Ezio se mostró preocupado. -Deberían subirla a su habitación, necesita reposar. -Mencionó con calma mientras guardaba sus cosas, se volteó hacia el Zorro y Maquiavelo. -Recomiendo y ustedes también descansen, con permiso. -Tomó su dinero, habló en voz baja y salió del lugar, Ezio estaba a punto de cargar a la joven.

-Cuidado con su cabeza. -Maquiavelo se acercó preocupado, pero al notar la mirada de los demás tomó su postura seria, se aclaró la garganta y miró a Ezio con seriedad. -Cuidado, podrías hacer que se golpee la cabeza, sujeta bien su cabeza. -Señaló algo nervioso y se alejó fingiendo indiferencia, Ezio acomodó bien a la joven y la llevó hasta su habitación, Zorro le seguía por detrás.

-Actúa bastante extraño ¿No te parece? -Mencionaba con sospecha, Ezio apenas le miró y volvió su vista de nuevo al frente.

-¿Por qué sigues sospechando de él? -Mencionaba en un tono serio mientras llegaban a la habitación, al entrar el Zorro miraba todo el desastre y se acercó a la mancha de sangre del suelo.

-Porque me ha dado motivos para sospechar de él. -Respondió mientras pasaba sus dedos por encima de la sangre, Ezio recostaba con cuidado a la joven, tenía moratones y rasguños. -Ah.... -El suspiró profundo de Zorro hizo a Ezio reaccionar. -Alguien debería quedarse con ella. -Miró a Ezio esperando a que esté se ofreciera.

-Bene, me quedaré. Tu ve a descansar, mañana buscaremos al culpable. -Mencionó con autoridad y Zorro se puso de pie, se acercó a él y miró a la joven quien dormía tranquila.

-Ezio cuida de ella... -Sonaba más preocupado, Ezio le miró divertido.

-No me digas que has caído ante sus encantos. -Mencionó en un tono jocoso, Zorro miró a la joven unos segundos y luego dirigió su mirada a Ezio.

-No, sin embargo, la considero más como una hija que como una simple aliada. -La sinceridad en sus ojos hicieron sentir paz en el corazón de Ezio, Zorro salió de la habitación y cerró la puerta; Ezio levantaba las cosas del suelo y cuando se acercó a la sangre se hincó y miró el pequeño rastro que daba a la ventana, lo siguió y se asomó, no había nada ni nadie, cerró la ventana y miró a la joven que dormía en calma; se quitó la capucha, se despojó de su armadura, dejó su hoja oculta en la mesa y se sentó frente a la joven. Pasaron alrededor de dos horas, y Ezio se quedó dormido en la silla, pese al frío, solo se abrasaba a sí mismo, Adrienna se movía constantemente pues parecía estar teniendo un mal sueño; soñaba que era un pequeño animal que era cazado por una manada de lobos, comenzaba a quejarse, corría por el sendero de un gran bosque, y lobos le perseguían, casi mordiendo sus pies, el sueño era aterrador pero uno de los lobos tomó la forma de William, quién parecía posarse encima de ella y con cuchillo en manos estaba por apuñalar a la joven, "No eres más que una simple puttana" su tono de voz era amenazante y era como si la hubiera apuñalado, todo se volvió obscuro.

Despertó de golpe y se sentó, su respiración era agitada, se talló los ojos y miró a su alrededor, la luz de las velas alumbraban poco la habitación de la joven, se encontró con Ezio, estaba dormido en una silla enfrente de su cama; se relajó y un poco y comenzó a respirar con calma, se destapó y se acercó a él, con su mano acarició su brazo y sintió su temperatura, estaba tan frío pero aún así, él no cambiaba su postura, tomó la cobija que la había cubierto durante la noche y cubrió a Ezio, un recuerdo vino a su mente, Venecia...

Terminó de cubrir a Ezio y miró su habitación, caminó con lentitud hasta la ventana, sentía que estaba por desmayarse y optó por regresar, al sentarse, el ruido de la cama hizo despertar a Ezio, notó de inmediato la cobija y miró a Adrienna, ella se sentaba apenas en la cama.

-¿Estás bien? -Se descubrió y estaba dispuesto a ayudarla, Adrienna le miró con cansancio. -¿Cómo te sientes? -Preguntó preocupado, Adrienna respiró hondo.

-Sinto como si estuviera ebria... -Mencionó en un tono algo animado, se talló los ojos y se recostó, soltó un fuerte suspiró y miró al techo, Ezio le miraba con dulzura, se alejó hacia la silla en donde estaba. -No te vayas... -Susurraba con la ternura de una niña, Ezio sonrió volteó a verme mientras se sentaba frente a ella.

-No me iré, me quedaré a vigilarte está noche. -Respondió animado, Adrienna se cubría pues sentía un fuerte frío, Ezio notó esto y le ayudó a cubrirse. -Hace demasiado frío.. -Susurraba con dulzura mientras arropaba a la joven, ella le miraba tranquila, aún temblaba, Ezio frotaba sus manos para ayudarla a entrar en calor.

-Espero no sea un efecto secundario del veneno. -Parecía no recordar lo que pasó después de que le inyectaron el veneno, Ezio le miró fijamente, confundido. -Pero ¿Podrías abrazarme? -Se mostró suplicante, Ezio simplemente sonrió con ternura y se recostó a su lado, le abrazó con suavidad, Adrienna se acurrucaba y poco a poco se fue quedando dormida, Ezio no tardó mucho en caer dormido, en un profundo silencio que parecía querer unir sus corazones.

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