—¡¿Qué? Esto es una locura, no puedes entrar a mi vida de un día para otro como si nunca te hubieras ido—Hablé tan rápido que parecía que me iba a ahogar con las palabras si no las decía en este preciso momento—
—Nicole, soy tu padre y nunca estuve muy lejos de ti en estos años; además le prometí a tu madre que cuando tuvieras 18 regresarías a tu verdadero hogar; el Mundo Vampiro—
—Claro que no; este no es mi hogar, mi hogar es donde está la familia que me crío y la familia que quiero—Dije molesta—
—¿La familia que te crío? Vamos Nicole; Ms Elonor McAllon trata mejor a sus bolsos caros de marca que a su hija y eso lo saben todos. Además es muy peligroso allá afuera para una vampiresa recién adulta que no conoce todo lo que...—
Estaba muy molesta, dejé de oír todo a mi alrededor y solo sentía un zumbido molesto en mi cabeza, me quedé quieta para intentar calmarme pero solo empeoraba, en este momento otra Nicole estaba dentro de mí, una luz tan brillante que cegaba salió de mí, todos los libros de la grande estantería empezaron a caer, la mesa se giró hacía al lado dejándome al frente del señor, toda esa enorme ventana, se quebró y los finos cristales estaban en el suelo. Caí al suelo con los ojos sollozos y bien abiertos. Estaba asustada y nerviosa, no sabía que estaba sucediendo en esta habitación.
El hombre empezó a reír y a aplaudir.
—Estoy sorprendido, hija; estas desarrollando tus poderes mucho antes de lo que esperaba—
Me levanté, me volví a sentar e intenté calmarme.
—¿Dígame que acaba de pasar?—Pregunté—
—Por estas cosas, tienes que quedarte en el mundo vampiro, hago esto por tu bien hija, y por el bien de tú "familia" o cómo le llames, tú seguramente no querrás que te pase esto cuando un humano esté cerca de ti—
Fui yo. Yo hice esto. Pude sentirlo en cada fibra de mi cuerpo, el poder. Y no pude controlarlo, que pasaría si esto sucediera en medio de la escuela, rodeada de mis amigos. No quiero. ¿Pero cómo le iba a decir a mis padres?—Hola mamá, hola papá, me voy a mudar de casa. No, no es a otra ciudad, tampoco a otro país; es a un mundo paralelo al parecer gobernado por vampiros donde un señor que a mi parecer está cucú, dice ser mi padre. Por cierto ahora puedo romper ventanas con mi mente. Besos_
—Jajaja. No te preocupes, ya me encargué de eso—Mire fijamente a "mi padre" y prosiguió—que cabeza la mía; unos de mis poderes es leer los pensamientos—Quede estupefacta—
—¿Y como se encargó de eso señor?—
—Llámame papá. Y muchos de nosotros tenemos poderes muy útiles, uno de mis hombres es muy persuasivo con las palabras le dijo a los McAllon que fuiste elegida para asistir a un programa de intercambio en Reino Unido. Ellos no hicieron más preguntas y se sintieron contentos y orgullosos—Dijo—
Este hombre era realmente inteligente; lo tenia todo calculado, no dejó ningún cabo suelto.
—Me quedaré....por ahora—Aclaré—
El hombre sonrió y me dio un gran abrazo. Se sintió algo extraño al principio, pero a la vez fue reconfortante, puede que estuviera tomando la decisión incorrecta pero ya me lo diría el tiempo.
"Drácula" tosió y capté rápido que estaba siendo un poco incómodo.
—Algo que si no sucederá es eso que hacen los humanos de llamar a sus hijos por esos raros y asquerosos nombres como tarroncito de azúcar dulce de leche o bonita esponjosita-Hizo un gesto de asco—
Empecé a reír al ver su cara y escuchar todos esos nombres, en lo general tampoco me gustaban esos apodos, mi madre me decía todos y cada uno de ellos, lo cuál no me gustaba ya que eran horribles, pero no se lo iba a decir a mi madre.
—En eso estoy de acuerdo con usted señor—hable bajo—también odio esos apodos-sonreímos—
—Pero puedes llamarme papá. Sebastian está afuera, él te indicará donde están tus aposentos para que puedas descansar—
—Por aquí, su alteza—Dijo Sebastian al salir del gran salón. ¿Sería un gran oído una de sus habilidades? ¿Habrá escuchado toda nuestra charla? Era demasiado para asimilar en solo un día, solo quería llegar a la cama—
Me condujo hacia una habitación enorme; ni siquiera parecía un cuarto.
—Estos son sus aposentos, su alteza. Mañana tendrá su primer día en VampireHigh, el instituto para vampiros de la nobleza, al igual que su fiesta de presentación, no tendrá que preocuparse por nada; solo tenga una noche tranquila, descanse princesa—
Se marchó al terminar de hablar, mis ojos estaban deslumbrados con tanta belleza, este cuarto era el sueño de toda chica. La cama era King size y el color era completamente rojo vino, muchas almohadas rojas y blancas, el borde de la cama era de un color dorado. Al igual que en la sala que había estado antes habían muchas ventanas y estás estaban cubiertas con cortinas grandes y cobrizas. La iluminación me parecía muy agradable con unos hermosos candelabros que desprendían una luz hermosa y nada cegadora.
Estaba muy cansada, me acosté en la cama que me abrazaba con las almohadas. Miré al techo y se encontraban una hermosa pintura en él, la noche oscura y tranquila se apreciaba en la pintura del techo, con varios murciélagos, podría haber sido algo escalofriante pero fue todo lo contrario; mirando hacia arriba me quedé completamente dormida.
—Turututun tun tun—Sonido de trompeta—
Me desperté rápidamente al escuchar aquel molesto sonido.
—¿Que sucedió?—Pregunté—
—Es hora de despertar, su alteza—Respondió Sebastian—
¿Hora de despertar? ¿Pero que horas eran para despertar?. Tomé mi móvil para revisar la hora. Eran las 6:30 de la mañana.
—Princesa; el rey, la espera abajo en el salón para desayunar, no demore—Dijo pero antes de irse, terminó-su vestimenta y accesorios están en el tocador—
Me cambié rápidamente con un vestido un poco más abajo de las rodillas de color negro con un escote discreto, tacones altos del mismo color y juego de pendientes con colgante de rubí. Parecía que iba asistir a un funeral. Hablaría muy seriamente con quién estuviera a cargo de la ropa sobre su sentido de la moda, pero por ahora no me quedaba otra opción, era esto o el pijama con el que dormí anoche, la ropa con la que llegué había desaparecido.
Uno de los guardias que estaban afuera de la habitación me acompañó hasta dónde estaba el señor Drácula. ¿Debería de dejar de llamarlo así ahora que se que soy su hija? Anoche insistió en que le dijera papá. Como sea, si a el le molesta a mi me divierte. Será mi pequeño acto de rebeldía mientras esté aquí.
—Buen día, Nicole—Dijo él al verme entrar—
—Buen día, señor—Respondí sentándome a su lado—
—Llámame papá—Hizo una mueca con su boca que encontré muy divertida. Alcé la comisura de mis labios en señal de triunfo—
—Espero que tus aposentos hayan sido de tu agrado—
—Así fue—Respondí—
—Espero que el instituto sea de tú agrado. También es mi alma mater, aprenderás todo lo que necesitas saber para controlar tus poderes y estoy seguro que en poco tiempo serás la mejor tal y como lo fue tu padre—
Reí para mis adentros al escuchar sus palabras motivadoras. Parecía genial, un lugar en el que tendría que permanecer por horas rodeada de adolescentes hormonales y orgullosos que tenían poderes y colmillos , ¿que podría salir mal?
ESTÁS LEYENDO
La Hija Perdida de Drácula
VampirCuando se escucha el nombre Drácula; todo el mundo piensa en el vampiro más sanguinario y temido que ha existido. Pero yo soy más rápida, más inteligente, y más poderosa, yo soy su hija. Esta es la historia de cómo pasé de ser una chica normal de 18...