5 de octubre - Coffe shop

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—¡Te dije que no trajeras tu café desde casa! — Jean se quejó al ver que Otabek llegaba con su termo en la mano.

— Uno, es más barato y ecológico hacerlo uno mismo; dos los cafés de cadenas rápidas preparados por muchachitos nunca le harán justicia a un café bien hecho.

— ¡Dios! ¿Por qué eres tan pesado? —Jean puso los ojos en blanco — pues guarda tu termito, no aceptan bebidas externas al café donde vamos.

Ambos chicos entraron a la pequeña cafetería, a pesar de ser un negocio que por fuera pasaba desapercibido y cuya decoración interior era bastante simple estaba abarrotado. Jean señaló que había dos asientos vacíos al final de la barra.

— Descubrí este lugar con Bella y en cuanto probé sabía que te tenía que traer aquí.

Otabek miraba a su alrededor, detrás de la barra había una gran cantidad de bolsas de café, varias cafeteras y utensilios que solo los conocedores sabrían para que son. Pero el ya había estado en otros lugares así y habían sido un fiasco, solo de adorno. Y lo peor, un chico rubio con el cabello atado en una simple cola de caballo, seguro más joven que ellos dos era el barista.

El chico les dio la bienvenida y les acercó el menú. Jean comenzó a analizarlo, preguntándose cual pediría esta vez. Otabek no se molestó sin siquiera a abrirlo y en cambio se quedó mirando al chico que ahora hablaba con un par de hombres de edad avanzada que le habían pedido un par de expresos.

— Pero esta vez queremos probar ese café nuevo de indonesia, Yuri — le dijo uno de los hombres y Yuri le contestó con un chiste que seguro era algo entre ellos pues Otabek no entendió del todo.

— ¿No es una delicia? — Jean irrumpió sus pensamientos.

— Si, está guapo, pero se hace falta más que unos lindos ojos para preparar un buen café — dijo sin pensar

— ¿Qué?

—¿Q-Qué?

— Me refería a la tarda de calabaza que está de promoción — se burló Jean — ¡uy, creo que nos escuchó! — dijo en voz baja al ver que Yuri los miraba mal.

Jean se excusó diciendo que iría al sanitario y que al final Otabek sabía más de café que él, así que le pidió que ordenara las bebidas.

— Bueno, yo... — carraspeó mientras miraba el menú — un latte...

Yuri se pitorreó tras decir por lo bajo "vaya conocedor"

—...para mi amigo y un Long black para mi — dijo retándolo a los ojos.

Yuri lo miró con desprecio y comenzó a preparar ambas bebidas. Ambas eran sencillas al final, solo el segundo tenía su técnica, pero nada del otro mundo.

Otabek se sorprendió al verlo trabajar, para muchos parecería una actividad simple preparar café, sin embargo, un verdadero conocedor sabía las técnicas, las medidas y los procesos. Yuri hacía todo eso metodológicamente, con una mirada tan seria que parecía un soldado enfrentando una batalla.

No supo en qué momento regresó Jean, pues estaba absorto en aquel chico rubio de ojos esmeralda.

— Aquí tienes tus bebidas — el tono de voz de Yuri era cortante, le había parecido grosera la arrogancia con la que Otabek lo había juzgado.

Tras tomar el café, Otabek quedó maravillado, el sabor, la textura, el tostado... todo era perfecto.

Cuando por fin pagaron la cuenta y Yuri le devolvió su tarjeta, Otabek le sostuvo nervioso la mano.

— Te juzgue mal ¿podría invitarte algo después de que cierres?

— Hace falta más que unos lindos ojos para que acepte salir con alguien —dijo tras una sonrisa burlona, Otabek solo se puso colorado — Cierro a las diez, se puntual — le guiñó el ojo y siguió atendiendo a sus clientes.

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No soy muy conocedora del mundo del café, pero espero haya quedado bien.
Muchas gracias por leer
See you!

WORDTOBER 2021 (OTAYURI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora