06 de octubre - Love letters

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OtaYuri - Au (Extra de "Quiéreme cuando no te quiera")

Yuri llegó exhausto a su departamento. Había tenido mucho trabajo los últimos días que ni se había ocupado en ordenar su casa. Hasta Potya lo miraba mal porque solo le ponía su comida o a veces era Masha la que lo procuraba.

— Disculpa, tigre, no debí de anunciarme en esa expo, aunque llegaron muchos pedidos y eso es bueno para el negocio— dijo sonriente mientras se sentaba en el piso para acariciar a su gato.

En ese momento la puerta se abrió.

— Perdón por llegar tan tarde — Otabek dijo mientras dejaba su abrigo y sus cosas en el pequeño armario de la entrada.

Yuri sonrió y movió la cabeza negativamente para hacerle saber que no había problema, estiró los brazos para que lo alzara, lo que hizo que Otabek sonriera pues no sabía cómo le haría para cargar a semejante hombre que le sobrepasaba por bastantes centímetros.

— Pedí un par de días libres, hace mucho que no estamos tranquilos — dijo Otabek mientras acariciaba el estómago de Yuri mientras dormitaba.

—¡Ah! ¡no puede ser! — Yuri se incorporó con un tono decepcionado — ¡tengo que trabajar un gran pedido para una boda!

— Bueno, trabajo es trabajo —Otabek se encogió de hombros — te ayudo.

— No, mereces descansar — Yuri se volvió a acostar, acurrucándose en el pecho de Otabek — tengo que salir al amanecer, disculpa si no tuve tiempo para contarte.

Otabek lo reconfortó llenándolo de besos, solo era un par de días. Los días en los que vivían separados por una gran distancia habían quedado atrás y sabía que al final del día, Yuri siempre regresaría a sus brazos.

Aunque Yuri intentó no hacer mucho ruido, Otabek se levantó para prepararle algo ligero para desayunar y ayudarlo a cargar la pequeña camioneta que usaba para las entregas.

— Ordenaré un poco el departamento — le dijo antes de que partiera.

— Déjalo, ya lo haré yo cuando regrese.

Pero Otabek no podía dejarlo así. Hacía casi un mes que había decidido quedarse en Rusia, al lado de Yuri. Obviamente, el rubio le ofreció vivir juntos, aunque esa era la idea de Otabek desde el principio, no se separaría de él otra vez.

Comenzó con la limpieza del lugar, no era un trabajo muy difícil, pues Yuri era bastante organizado, solo en el taller del fondo era el que estaba algo desordenado. Comenzó a mover cajas hasta que se topó con una pequeña caja de cartón que le dio bastante curiosidad. Hasta ahora había sido bastante respetuoso de las cosas de Yuri y no revisó de más ninguna caja, sin embargo, cuando abrió la caja para darle un vistazo rápido se quedó petrificado. Dentro había bastantes cartas sujetas en varios paquetitos. Tomó con cuidado uno de los paquetes y sintió un gran hueco en el estómago, eran definitivamente las que él había mandado años atrás. Estaban todas, algunas con cinta adhesiva, seguramente rotas por Yuri, pero vueltas a pegar.

No era necesario abrirlas y leerlas, recordaba cada una de ellas, revivió lo que sintió cuando las escribía, la soledad, la impotencia de estar alejado de Yuri. Ahora parecía lejano, como un recuerdo del que no estás seguro si fue verdad o solo fue un sueño. Cerró los ojos intentando contener las lágrimas que amenazaban salir de sus ojos cuando de repente escuchó el sonido de la puerta que se abría.

Corrió pensando que era Yuri, pero se encontró con alguien más.

— ¿Iván? — preguntó sorprendido, no esperaba realmente verlo.

— ¡Ota... señor Otabek!

— Solo "Otabek", no nos llevamos tanto.

— S-si-... disculpe... disculpa, no sabía que estaba aquí y Yuri me había comentado que no estaría en casa, por eso use la llave de repuesto.

— ¿Sueles irrumpir en casas ajenas cuando no hay nadie? — el tono que usó fue severo, pero trato de mantenerse calmado.

No podía negar que ese chico le causaba cierta molestia aún, aunque él era el que estaba con Yuri ahora, no podía negar que ese chico estuvo junto a Yuri cuando él solo podía mandarle cartas, cartas que solo fueros unilaterales pues nunca fueron respondidas.

— No, yo... disculpe, venía a algunas cosas que Yuri tenía en... — Iván se detuvo, no sabía si era bueno continuar, obviamente Otabek entendió.

— Pasa de una vez, Yuri no está — dijo tras chasquear la lengua, quería verse tranquilo ante ese chico, aunque el hecho del grado de intimidad que hubo entre su novio e Iván le hacía hervir la sangre.

— Solo dejaré las cosas y me iré, disculpe la molestia... también dejaré la llave de repuesto.

Otabek miro a Iván, no iba a negar que él mismo se lo iba a pedir, pero no sabía cómo hacerlo sin sonar demasiado grosero.

Iván descargó un par de cajas y se las entregó a Otabek.

Yuri llegó por la noche, estaba exhausto, pero bastante satisfecho de haber hecho un buen trabajo. En cuanto cruzó el umbral de la puerta fue recibido por un gran abrazo y un beso por parte de Otabek.

— Creo que nunca me cansaré de estos recibimientos.

— Y yo nunca me cansaré de estará tu lado.

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Un poco tarde, pero no desisto. Gracias por leer

See you!

WORDTOBER 2021 (OTAYURI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora