8 de octubre - Slow dancing

26 2 0
                                    

OtaYuri Au

— ¿Acaso estamos en la escuela? — se quejó Yuri mientras miraba la pantalla de su computadora.

— No seas aguafiestas — le respondió Viktor que iba pasando por el pasillo — obviamente el departamento va a participar... a menos de que quieras hacer horas extras — dijo poniendo esa sonrisa de corazón tan característica del mayor.

—Eso es abuso de autoridad, te levantaré un reporte, anciano

— ¡Vamos! ve a recursos humanos, apuesto que serás capaz de entrar y darle al gerente tu queja — se burló — aunque debo de advertirte que fue idea de ellos — sin siquiera hacer caso de las maldiciones que lanzaba Yuri, Viktor se sentó en su lugar y comenzó a trabajar.

Yuri volvió a leer el comunicado, ese año en lugar de la tradicional fiesta anual por Halloween, se había cambiado de dinámica y harían una reunión "más sana", con juegos por equipos, actividades para competir contra otros departamentos o haciendo equipo con personas diferentes a las de su área. El objetivo era evitar las borracheras de las reuniones de años pasados y fomentar una convivencia sana entre compañeros.

— No se como quieren que haya "convivencia sana" si nos van a poner a competir entre nosotros, obviamente nuestro departamento los hará morder el polvo— se volvió a quejar Yuri durante la comida, ya había aceptado un poco que tenía que participar.

no es que fuera antisocial, solo que se le hacía un fastidio tener que convivir con sus compañeros, algunos eran bastante molestos., pero otros... Miró disimuladamente hacia la mesa donde estaban sentados algunos miembros de recursos humanos y ahí estaba él: Otabek, el gerente de ese departamento. Siempre le había parecido una persona interesante, pero nunca había tenido la oportunidad de hacerle la plática.

Lo intentó varias veces en las fiestas de la empresa, siempre podía culpar al alcohol si es que algo salía mal. Pero en cuanto se le acercaba, simplemente se quedaba sin palabras. No era él, y eso le fastidiaba.

¿Por qué querría estar cerca de alguien que le hacía sentir tantas mariposas en el estómago que se transformaba en un inútil que no podía hacer ni decir nada coherente?

Y es por eso que desistió de intentar algo y solo limitarse a observarlo de vez en vez.

— ¡Es tu oportunidad! — le dijo animada Mila — tal vez te toque jugar junto a él.

Yuri lo miró animado.

—O jugar en contra de él — intervino burlonamente Viktor.

Yuri pensó también en esa posibilidad. Era una persona muy competitiva, y por mucho que le gustase Otabek, no iba a perder solo por que él fuera su contrincante. Como fuera estaba perdido.

Llegó el gran día, Yuri asistió obligado por Viktor y Mila y fue todo un desastre pues solo veía a Otabek ir de un lado a otro y no participando en ningún evento. La convivencia se llevó a cabo en un pequeño parque de diversiones que alquilaron durante todo el día, Yuri pudo ver a los organizadores ir y venir, asegurándose que todo estaba saliendo a la perfección. Hubo competencias en grupo e individuales y en cada una que Yuri participaba su espíritu competitivo se adueñaba de él y terminaba con una victoria fulminante. Afortunadamente para él, pudo ver en casi todos los eventos a Otabek, pero solo de lejos pues no estaba participando en ninguno. No sabía si eso era algo bueno o malo, pero eso le ayudó a poder relajarse un poco.

— A este paso nunca voy a poder acercármele.

— No estés tan seguro — Viktor lo miró con esos ojos traviesos que hizo que Yuri sintiera que se le helaba la sangre.

Viktor les mostró el programa de eventos y había uno que no era como tal una competencia, sino una atracción de patinaje sobre ruedas.

— ¿Ese evento tonto donde vas dando vueltas por toda la pista al ritmo de la música? Paso

— ¡¿Que?! — se quejó sin entender—si es la oportunidad perfecta, te le acercas, fingiendo que te tiemblan las piernas más que a Bambi recién nacido y te apoyas en el para continuar.

—Todo mundo sabe que patino muy bien y seguramente el tampoco participará.

— Solo déjate llevar por la música — Mila lo tomó del brazo y comenzó a arrastrar hacia la pista, que quedaba cerca de donde estaban.

— Podrías entonces taclearlo y ya estando los dos en el suelo, que pase lo que tenga que pasar — se burló Viktor

— Que nos pasen todos encima — el rubio puso los ojos en blanco.

Llegaron por fin al lugar y observaron como Otabek y su equipo, más bien su equipo porque Otabek tenía una cara tan seria que más de uno se preguntaba si estaba ahí por obligación. Les prestaron patines y comenzaron a dar de vueltas por la pista. En algún momento Yuri pudo ver como algunas personas le decían a Otabek que participara, que se relajara un poco pues ya era el último evento y él no había podido disfrutar del evento. Pero Yuri se había hecho ya a la idea de que ese sería otro año sin poder acercársele a Otabek, tal vez podría intentarlo en la fiesta de navidad.

Yuri estaba tan metido en sus pensamientos que no se dio cuenta en el momento que Viktor tomo posesión del micrófono e incitaba a todos a bailar al ritmo de la música, al parecer él era el único que daba vueltas sin seguir el ritmo hasta que sintió que alguien tomó su mano. Volteó dispuesto a dar un certero golpe en la cara de aquella persona que se había atrevido cuando vio que era el mismismo Otabek.

—¿Bailas o no?

Yuri no comprendía, haciendo todo el esfuerzo que pudo logró escuchar que Viktor animaba a la gente a tomar de la mano a la persona que tenía al lado y comenzaran a bailar al ritmo de la música. Era evidente que su jefe lo había hecho a propósito para que Yuri lo tomara de pretexto y así poder tomar a Otabek de la mano, lo que no contaban es que Yuri se desconectara de la realidad y en cambio fuera Otabek el que tomara la iniciativa.

En cuanto Otabek tomó la mano de Yuri, Viktor hizo la señal para que el ritmo de la música bajara, las luces se atenuaran y el ambiente se volviera más íntimo. Obviamente al rededor había gente bromeando, cantando y bailando, pero para ellos dos es como si estuvieran solos. Otabek lo guio de una forma sublime, deslizándose lentamente por la pista, contemplando sus ojos como si no existiera nada más que aquel chico rubio de ojos verdes.

— No sabes como esperé todo el día para poder decirte siguiera un "Hola" — le dijo mientras danzaban lentamente al compás de aquella lenta melodía.

***

Lento, pero seguro. Gracias por leer

See you!

WORDTOBER 2021 (OTAYURI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora