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Tobira no muko e - yeLLOW Generation


24 de septiembre, 2010

24 de septiembre, 2010

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Kosuke

Estamos en septiembre, el otoño es una de las estaciones que menos me gusta, puede que por los cambios de temperatura. Ahora, sin embargo, estoy tan adormecido que no podría decir si doy un puto peso por saber en qué mes estamos. Todo lo que ocupa mi mente es que hoy es el cumpleaños de mi hermana menor y yo estoy aquí, probablemente, haciendo que su día sea una mierda. O ¿quién sabe? Quizás le estoy dando, por primera vez en la vida, un cumpleaños sano y alejado de toda mi porquería. Sí, creo que es la segunda opción.

Irónico es tener que estar preguntándome esto, cuando no tenía presupuestado ver otro día emerger del horizonte; si hay algo peor que intentar acabar con tu existencia, es que no funcione. Vivir para contarlo es el peor chiste jamás contado, más si te arrastras cada día con la inercia de la desesperanza.

¿Por qué sigo intentándolo, si ya no puedo más?

Es el litio, dijo mi psiquiatra. Tu cerebro y organismo no lo producen adecuadamente, por lo que tu ánimo fluctúa sin control. Eso es todo. Una vez que demos con tu dosis de medicamentos adecuada, vas a estar mejor. Qué simple. Como una mesa defectuosa a la que le cojea una pata y bastara con doblar un papel o ponerle un cartón debajo para que se estabilice. Así, cada vez que la cambies de lugar. Siempre tendrá que haber alguien que la supervise para que no se vuelva a tambalear.

Le quiero creer, ¿qué me gustaría más que ser normal? Nada.

¿No sería jodidamente espectacular que cuando me dieran una mala noticia, yo pudiera tomarme una cerveza para evadirme, como a la gente decente? Sí, estoy un poco más tranquilo con el hecho de que me hayan dado por fin el diagnóstico médico de lo que me pasa... Aun así, sigo de luto. Especialmente, porque cuando se trata de dolor, la palabra ya no es normal, sino crónico.

Antes no podía explicarme cómo es que, teniendo tan a la mano la felicidad, la rechazara de antemano. ¿Estaba enamorado de la chica más apasionada que había conocido? Sí y la tenía de novia. ¿Quería ser músico? Pues formé una banda. Estábamos finalizando una importante gira y yo lo mandé todo al carajo, porque así soy, no paro de estorbarle a la gente.

Debería estarme prohibida toda mierda relacionada al amor. Un veto específico e irrenunciable.

Maldita sea. Si lo pienso, en realidad no lo estoy intentando. Simplemente existo, porque asumo que eso es lo que mi familia desea. Y, para ser justos, es lo que Kaoru, mi hermana, me suplicó cuando desperté con ella en la ambulancia.

Mierda. Mierda. Mierda.

Respira, Kosuke, no te olvides de respirar con calma o te vas a ir al carajo.

Last night on Earth (Libro #0.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora