𝖯𝗎𝗋𝗉𝗅𝖾 𝖯𝖺𝗂𝗇.- 𝖱𝖾𝗀𝗎𝗅𝗎𝗌 𝖡𝗅𝖺𝖼𝗄.

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 3.

          ||𝐁𝐥𝐚𝐜𝐤'𝐬, 𝐩𝐮𝐫𝐞𝐳𝐚 𝐲 𝐩𝐫𝐞𝐭𝐞𝐧𝐝𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞𝐬.||

𝐇𝐨𝐠𝐰𝐚𝐫𝐭𝐬, 04 𝐝𝐞 𝐧𝐨𝐯𝐢𝐞𝐦𝐛𝐫𝐞 𝐝𝐞 1976.

Los nervios de Alessia estaban a flor de piel, se preguntaran "¿Por qué?" Y es que ¿Cuál era el problema?. El problema es que estaba en la boca del lobo, o así lo sentía ella, ¿Un Black? De todas las personas tenía que ser un Black.

Ella sabía que no todos eran iguales; un claro ejemplos era Sirius Black, quien fue borrado del árbol genealógico de los Black por ser mejor amigo de un traidor de sangre y juntarse con dos mestizos, demostraba claramente que le importaba una calabaza los asuntos de la sangre- acabó exiliado y borrado del árbol genealógico de los Black-, otro ejemplo era Andrómeda Black, quien fue encontrá de todos los ideales de su familia al enamorarse de un  nacido de Muggles y previó a ello casarse con el, ella también pensaba que era absurdo el creer que mereces más o eres superior solo por la "pureza" en tu sangre-igualmente terminó borrada del tapiz familiar- Pero eran los únicos casos de "traidores de sangre" en la familia Black que conocía Alessia ¿Y si su compañero en ese proyecto era un fiel creyente de la supremacia de sangre? No es que fuera una nacida de Muggles, pero era mestiza ¡Joder! Para esa gente ellos tenían la sangre tan sucia como un hijo de Muggles. ¿Que se supone que debía de hacer?

La chica estaba tan absorta en sus pensamientos que no se había dado cuenta de que ya todos habían salido de el salón de clases hasta que el profesor le pidió amablemente que saliera del aula.

Antes de salir se dirigió al docente con la intención de preguntarle sobre algo que el había dicho que estaba rondando por su mente
—Profesor, em... ¿Puedo preguntarle algo?- dijo la joven con evidente nerviosismo, sintió que estaba molestando al maestro así que agregó- Claro! Si no es mucha molestia, tal vez pueda preguntarle en otro momento, o ¿sabe que? Déjelo así, no es tan importante de todos mod...-  Fue interrumpida por la voz de Slughorn.

—¡Oh no! Para nada, no es ninguna molestia-Afirmó Horace Slughorn— Cuéntame ¿Cuál es tu duda, Alessia?.

- Cuando pasó por los asientos, dijo que era "interesante" la pareja que hacía con mi compañero de proyecto ¿Por qué?- manifestó la joven con evidente curiosidad.

Slughorn en ese momento estaba arreglando unos papeles pero se detuvo solo un instante para ver a su estudiante, después volvió a dirigir la vista a sus papeles y respondió— Nada en especial. El joven Black es excepcional en esta materia, y usted también, confío en que harán un proyecto merecedor de un "Extraordinario", y tal vez logren algo más que ello.- enunció lo último en voz más baja.

—Claro que si profesor, hasta la próxima clase- dijo Alessia que al parecer no había escuchado lo último que había mencionado el docente. Sin más que agregar salió del aula.
No había dado más de 6 pasos fuera del salón de clases cuando chocó con alguien.

Regulus la había estado esperando con ansias en la entrada del aula, ella le pasó por un lado y ni cuenta se había dado. Lo que lo llevó a tener que cruzarse en su camino. Esperó a que ella lo insultase o algo, pero eso no sucedio así que decidío hablar el.

—Burton-dijo Black arrastrando el apellido de la joven—Te espero mañana en la biblioteca después de clases para empezar con el proyecto- mencionó con falsa indiferencia, era algo habitual en los Black.

Después de decirlo esperó una confirmación de la chica, ella estaba en ese momento jugando con sus manos, como de costumbre, Regulus tomó eso como señal de que estaba nerviosa, otra vez, como de costumbre. Ella levantó un poco el rostro y sus miradas chocaron. Regulus, aún inexpresivo se concentró lo más que pudo en sus ojos, eran de un verde azulado que le recordaba al té que solían servir  en el gran comedor,  su piel palida los hacía resaltar aún más, tal vez los hubiese podido admirar un poco más si no fuese porque ella inmediatamente bajo la mirada. Y es que el contacto visual entre ambos la había puesto más nerviosa de lo que ya estaba, si es que acaso eso fuese posible. Ella había quedado un tanto encantada con los ojos de el joven, eran un tanto inciertos, parecian ser grises pero tenían motas un tanto distintas ¿Verdes tal vez?, que le daban más vida a su mirada. Volvió a jugar con sus manos y afirmó de manera exagerada con la cabeza, dándole a entender que estaría ahí.