Capitulo 24

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Charlie se mantuvo con Chloe en los pasillos afuera de la sala de emergencia, necesitaba un poco de aire y poder dejar su mente descansar. Se encontraban caminando para poder salir del Hospital Central para que el chico se sintiera mucho mejor, Charlie estaba tomado de la mano de su mejor amiga mientras que ella, intentaba ocultar su preocupación.

— ¿Cómo te sientes?—le preguntó mirándolo de reojo.

—Estoy mejor—respondió, ambos salieron del hospital y se sentaron en uno de los bancos que daban a la calle.

— ¿Quieres que vayamos a otro lugar?

—No podemos, en un rato debo regresar para terminar la práctica.

—Lo sé, pero podemos hablar con el Doctor Parks, no falta mucho tiempo para salir.

Charlie negó ante la idea. Tenía que regresar, tenía que superar esa sensación.

—¿Puedo saber qué fue lo que pasó?

—No pude ver al paciente sin pensar que Duncan estuvo en esa misma posición también—confesó—, tenía un poco de miedo.

La idea de que su amigo estuvo acostado en una camilla intentándole ganar a la muerte de la misma manera, le había creado una sensación horrible en el estómago, ¿por qué tuvo que verle la cara a ese paciente? ¿Por qué se sentía tan culpable?

Cuando decidió estudiar medicina quería salvar vidas, pero lo que había visto minutos atrás estaba lejos de esa idea. Tenía que luchar con la muerte también, la muerte de otra persona y no sabía si estaba listo para ello. Quizás la sala de emergencias no era lo más sano para él, había tantas especialidades en la medicina que podía mantenerse en una en donde no tuviese que ver nuevamente esa escena.

Pero él quería ser un cambio en la vida del paciente, él quería salvar una vida. No pudo hacerlo con su mejor amigo, al menos podía hacerlo con el resto del mundo.

—Todos tenemos miedo Charlie, tranquilo, no tienes por qué sentirte mal—le dijo al chico colocando su cabeza en el hombro—, no sientas culpa, sé que a veces te sientes de esa forma.

—No pude salvarlo, Chloe.

—Eso no te hace mala persona.

El chico suspiró intentando aguantar las lágrimas que estaban mostrándose en sus ojos, Chloe no pudo notarlo porque no lo estaba viendo, pero sí pudo sentir el cambio en la respiración de su amigo, lo hacía lento, como si quisiera intentar que estaba pasando un mal momento.

— ¿Podemos entrar?

— ¿Es lo que realmente quieres?—le preguntó ella intentando verlo de reojo.

El chico se inclinó hacia ella y asintió.

—Por favor.

Chloe se separó y se levantó del asiento, tomó la mano de su mejor amigo y lo jaló un poco hacia ella para que se levantara. Charlie le dio una sonrisa un poco cansada, y se levantó para caminar a su lado y poder regresar a la sala de emergencias.

Vivir una situación varias veces podría lograr que él superase ese miedo.

...

Selene llegó al Hospital Central con rapidez, Chloe le había enviado un mensaje comentándole lo que había sucedido con Charlie y lo importante que era que ella estuviese ahí para poder hablar con él. Caminó hasta la sala de emergencias y se encontró con el equipo de seguridad.

—No puedes entrar, Selene—le dijo uno de los dos guardias—, no tienes acceso a esta zona.

—Necesito ver a alguien.

—Tendrás que esperar que pueda pasar a una sala de hospitalización o logre estar de alta, nadie entra a la sala de emergencia.

—Quiero ver a un practicante.

—Los practicantes salieron hace diez minutos—mencionó el segundo guardia—, deben de estar en la cafetería.

Selene agradeció al segundo guardia y corrió por los pasillos hacia la cafetería, ganándose claro, el regaño de Claire al verla.

Cuando llegó, encontró la cafetería vacía, bueno, en realidad no estaba vacía pero el grupo de practicantes que buscaba no se encontraba allí, ¿se habrían ido? Escuchó un par de risas fuera del lugar, había un grupo de chico en batas blancas pero no se encontraba el que ella necesitaba ver. Se quedó dentro de la cafetería y se sentó en una de las mesas.

A unos metros pudo notar a Chloe levantándose de la mesa y a su lado estaba Charlie mirando sin mucha emoción, su rebanada de pizza. La chica se dio cuenta de que Selene se encontraba allí, le dio una mirada a su amigo y se acercó para decirle algo que ella no pudo oír.

Charlie asintió y permaneció con la vista en su pizza, Selene pudo ver cómo la tomó y le dio un mordisco. Chloe se despidió de él y luego le dio una mirada a la chica, su mirada era de advertencia, era un: puedes hablarle, pero hazle algo y estás perdida.

Se acercó a él con cautela, se sentó frente a él en la mesa y Charlie levantó la mirada para verla.

—Hey—le dijo, Charlie le dio una sonrisa cerrada.

—Hey.

—Chloe me dijo que quizás necesitabas conversar un poco.

Charlie suspiró, tomó nuevamente su rebanada y mordió su pizza.

—No quiero molestarte con mis problemas.

—Puedes hacerlo Charlie, no me molesta nunca escucharte—respondió ella—. ¿Me dirás lo que pasó hoy?

Decirle a Selene que había tenido un momento de pánico al ver a su mejor amigo en lugar del paciente, no era algo que deseaba, pero quería que Selene estuviese ahí, quería que le dijera que todo había sido un mal pensamiento y que todo estaba en orden.

Él negó lentamente y tomó su mano, no quería hablar de eso.

—¿Tú cómo has estado?—le preguntó él sacándola de onda, no se esperaba que le cambiase el tema.

—Bien—dijo y recordó la llamada que él le había dado—. ¿Fuiste a una fiesta ayer?

—Sí—dijo—, ¿tú te viste con Matías?

Selene se quedó callada, sabía que los había visto, sólo esperaba que él no pensase nada malo.

—Los vi ayer—habló el chico—, estaba tomando tu mano.

—Sólo somos amigos.

—¿Él o yo?—la miró de manera seria, Selene se aferró a su ano para que no la soltase.

—Él, tú no eres sólo un amigo—le dijo y suspiró pensando en las posibles formas de decirle—. Matías vino a verme, quería...quería que regresáramos, que lo volviéramos a intentar.

Charlie esperó a que ella continuase.

—Pero le dije que no, que estoy con alguien más y que estoy enamorada de ti—el chico retuvo el aire al no saber cómo reaccionar ante esa confesión.

Él se sentía de la misma forma. Podrían decir muchas cosas del amor, podrían decirle que no lo entendía, pero teniendo a Selene se sentía tan bien que no dudaba ni un momento en que era amor.

Estaba enamorado de ella.

—¿Y qué ha dicho él?—le preguntó con una sonrisa traviesa.

—Se ha puesto un poco mal, no quería dejarme ir.

Charlie rio, se acercó y besó a su mejilla.

—Es un tonto porque te dejó ir—le dijo—, pero yo no te dejaré ir.

Selene se inclinó al chico y lo besó en los labios, Charlie colocó sus manos sobre ella para sostenerse y continuó el beso sumergido en todas sus emociones que viajaban y rondaban por su cabeza. Estaba por primera vez en mucho tiempo, sintiéndose en paz.

Charlie se separó lentamente a ella, la miró con un brillo en sus ojos y le sonrió con una alegría que realmente no solía ver, en ese momento, mirando a Selene, todo lo que pasaba a su alrededor no existía. Todo se centraba en ella.

—Estoy enamorado de ti también.

El Dilema Entre Tú y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora