Le resultaba imposible olvidarse de él y de todo lo que había pasado a su lado, a pesar de haber pasado un año y cinco meses, se le dificultaba no hablar de él, de cómo era, de cómo fue feliz a su lado, porque mentiría si dijera que había superado su ausencia. El primer día que le pegó realmente que él no estuviese fue cuando llegó a su casa luego de conocer a una chica que realmente había llamado su atención y darse cuenta que no estaba él para contárselo.
Luego de eso, cada escena, cada momento, cada cosa que alguien hacía, era un eterno recordatorio de que se encontraba solo.
La verdad era esa, Charlie Cotton se encontraba solo.
Luego de la muerte de su mejor amigo sintió haber perdido su rumbo. Le había prometido que no le afectaría lo suficiente como para encerrarse en él mismo pero no había podido cumplir su palabra.
¿Cómo podía hacerlo cuando él era lo único que conocía?
Nunca había sido un chico de muchas relaciones, siempre se mantenía alejado de las multitudes y cuando alguien se acercaba lo suficiente como para decir que estaba muy cerca, se alejaba por completo. Simplemente no sabía cómo hacer amigos o interactuar con muchas personas.
Por eso mantenía su rutina cada domingo por la mañana. Se despertaba, desayuna, cambiaba su pijama y se iba a la floristería para escoger un par de flores y dejarlas en el cementerio sobre la tumba de su mejor amigo. Al principio lo hacía todas las mañanas pero su madre le había pedido que se detuviera por su propio bien, así que se le hizo costumbre visitarlo un día a la semana.
A veces iba con Gastón y Stuart, dos amigos que intentaban siempre hacer que él volviese a su vida de antes o como mínimo a que pudiese interactuar más con las personas y salir un poco de la caja que había creado. Otras veces iba con Selene, la ex-novia de su mejor amigo, le gustaba cuando ella lo acompañaba porque sabía que compartía el mismo sentimiento con ella, ella sabía cómo se sentía perder a Duncan. Pero la mayor parte del tiempo estaba solo, justo como ese día.
Eso le permitía poder conversar tranquilo con Duncan.
—Hey—dijo sentándose en el pasto en donde se encontraba la lápida de su mejor amigo—. Como podrás ver, vine solo hoy; Selene me escribió ayer para venir conmigo pero le dije que quería estar a solas hoy.
Le dio una palmada suave al pasto y subió su mirada hacia el cielo como si así pudiese ver a Duncan en las nubes. A veces se imaginaba el rostro de su amigo para sentirse mejor.
—Hoy fue el día en que te diagnosticaron tu problema en el corazón—suspiró—, mierda yo...me gustaría que eso nunca hubiese pasado. Te extraño Duncan.
Se quedó en silencio como si pudiese escuchar la voz de su mejor amigo responderle que también lo extrañaba.
—Mañana tengo otra consulta con el psicólogo—confesó—, no me va mal, me siento cómodo cuando hablo con él pero no estoy completamente seguro de que pueda ayudarme. ¿Crees que debería creer más en mí? Aaron me dice que debo creer en que puedo mejorar para que realmente suceda—jugó con sus dedos sin saber qué más decirle—. Si tan sólo pudieses darme una respuesta, Duncan.
Sintió como el viento chocó contra su cara, su mirada se fijó en una señora mayor que estaba en la misma situación que él. Desde su lugar podía sentir cómo lloraba por el hombre que había amado pero que le fue arrebato hace muchos años en la guerra. Por un momento, aunque estaba seguro de que eran situaciones muy distintas, se sintió identificado.
— ¿Debería ir con ella? —le peguntó a su amigo.
No hubo una respuesta pero eso bastó para que un Charlie nervioso y con las manos temblorosas, se acercara a la mujer a un par de metros de él.
—Disculpe—dijo y la mujer volteó a verlo. Era mayor que su madre, podía notar un par de arrugas en su frente y un poco en los ojos. Ella lo miró en silencio esperando a que le dijera algo—. Y-yo no pude ignorar cómo se sentía y...
—Lo lamento, hijo—dijo ella al darse cuenta de la voz temblorosa del menor. Charlie se sentó junto a ella y jugó con sus dedos.
—Perdí a mi mejor amigo hace un año—confesó, ella pudo comprender cómo se estaba sintiendo.
—Lo siento, hijo—le dijo ella y tomó la mano de Charlie, el chico se vio a él mismo dejar que lo hiciera sorprendiéndose de su comportamiento—. Mi esposo murió hace ya veinte años cuando fue a la guerra, yo sólo lo tenía a él y a mi niña.
—Estaba sola.
—Quizás al principio me sentí de esa forma—meditó su respuesta—, pero no estaba sola, tenía a muchas personas que se preocupaban por mí, así como tú las tienes.
—No, yo...no creo que sea realmente eso—confesó, Charlie creía que el comportamiento que todos estaban teniendo con él era debido a la lástima que sentían.
No estaba solo pero él se sentía así, sus padres estaban con él, sus hermanos siempre intentaban sacarlo a pasear, tenía a dos amigos que lo buscaban siempre e incluso estaba la ex-novia de Duncan, pero nada que ellos hiciesen podía hacerlo sentir bien. Él simplemente se había encerrado en su malestar; estaba tan acostumbrado a su mejor amigo que no sabía que podía hacer sin él.
Siempre le daba una sonrisa a los que lo rodeaban para que ellos creyesen que estaba bien, les decía a todos que estaba bien, que podía con eso y que no tenían que preocuparse pero en el fondo, él necesitaba a alguien que le dijera que sabía que no lo estaba.
Necesitaba a alguien que pudiese entenderlo.
—Yo me sentí igual que tú al principio—dijo la mujer—, pero luego te das cuenta que hay muchas personas que se preocupan y quieren que estés bien, pero es importante también entender que debes tú mismo preocuparte por cómo te sientes.
—Creo que nadie ha podido notar que la sonrisa que llevo en mi rostro no es real—confesó y sintió cómo la mujer pasaba una mano sobre su espalda, sobándola con cuidado. Era como si una abuela lo estuviese escuchando.
— ¿Has dejado que la noten?
—No lo sé.
La mujer alzó la mirada y pudo ver a lo lejos cómo una persona estaba frente a ellos mirando fijamente al chico a su lado. Podía ver su gesto de preocupación y la duda en su mirada por si debía acercarse o no.
—Creo que alguien ya la notó—dijo y señaló con disimulo hacia la persona al frente.
Charlie alzó la mirada dirigiéndola hacia donde ella estaba indicando y un escalofrío recorrió su cuerpo al ver a la chica que estaba ahí. Supo que no importase las veces que le dijera que no necesitaba ser acompañado, Selene no lo dejaría solo en esos momentos.
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¡Capítulo 1!! Espero les guste y me cuenten qué les pareció <3
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El Dilema Entre Tú y Yo
Teen FictionÉl necesitaba a alguien que lo sacara de la soledad en la que vivía, necesitaba que alguien pudiese hacerle sentir la emoción de vivir, necesitaba poder encontrar a esa persona que lo escuchara, que lo entendiera y que por un momento en su vida, lo...