Capitulo 25

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Domingo por la mañana, Charlie se encontraba frente a la tumba de su mejor amigo, a su lado se estaba Selene tomando su mano mientras leía el nombre de Duncan escrito en la lápida. Charlie le había pedido que lo acompañase para estar los tres juntos.

D U N C A N   M Ö N C H

04/02/1998 – 13/10/2018

Desde el último episodio ansioso que había tenido en el hospital, aparecieron dos más en la universidad y uno en su casa, había hablado con Aarón y le explicó que en esos casos lo mejor era respirar e intentar eliminar cualquier mal pensamiento se su cabeza, cosa que era difícil; en esos momentos, sólo pensaba en la sensación de asfixia que tenía.

—Hoy te traje a Selene—dijo y miró a la chica, se agachó para sentarse sobre el césped y Selene lo copió—, sé que tenías tiempo sin verla.

—Hola Duncan—dijo la chica pasando lentamente su mano sobre el césped.

Charlie se imaginó a su mejor amigo frente a él, llevaría su chaqueta favorita, la que siempre usaba cuando ganaba algún partido de fútbol, tenía el cabello desordenado porque solía olvidarse de peinarse en la mañanas, más cuando se despertaba tarde, y en su mano izquierda tenía atada una pulsera negra con una piedra roja que él nunca logró aprenderse el nombre, al igual que Charlie tenía en la suya.

Era una pulsera de amistad, ambos la obtuvieron en una feria cuando tenían quince años y decidieron usarla hasta el final.

El castaño tocó su muñeca con su mano y miró luego a la chica que lo acompañaba.

Si todo se hubiese dado diferente, ella no estaría en su vida.

—«Conocerás a alguien y te demostrará lo hermoso que es el amor»—fue lo que una vez le dijeron, siempre pensó que era falso, todo lo que conocía sobre el amor, era dolor, pero con Selene se sentía bien.

—Charlie te compró flores—dijo Selene haciendo que él regresase a la realidad.

Ella tomó las dalias rojas que habían comprado en la floristería y las acomodó en el florero que estaba frente a la lápida.

—Te querré por siempre—habló en un susurro—. Quiero que sepas que ambos lo haremos.

Una brisa suave movió el cabello de la chica haciendo que ella sonriera. Quería pensar que era él que la escuchaba. Eran las pocas las veces que se acercaba al cementerio, la verdad era que Selene le provocaba cierto miedo estar ahí, pero teniendo a Charlie y la sensación de Duncan con ella, se sentía a salvo.

...

—Es bastante cliché que estemos aquí en la playa—mencionó Charlie. Selene se recostó sobre la manta que había traído.

—A mí me parece romántico.

—Voy tener arena en mis zapatos—dijo y Selene se burló de él por sus quejas tan tontas.

—Pues quítatelos—respondió, acto seguido, ella se desató las trenzas de sus zapatos y se los sacó para dejar a la vista los dedos de sus pies—. Se siente bien tocar la arena con los pies descalzos—le dijo—. Deberías intentarlo.

Charlie negó, no le agradaba esa idea realmente. La playa le gustaba, pero no era que lo emocionara realmente, aunque con Selene a su lado se sentía bien, no tenía por qué incomodarse.

—¿Quieres entrar al agua?

—No llevo un traje de baño.

—No hay nadie viéndonos—respondió ella con una risita. Charlie le dio una mirada al lugar y era cierto, estaban de un lado de la playa en donde no había gente.

Selene comenzó a quitarse la camisa y Charlie se volteó rápidamente, estaba seguro de que sus mejillas se habían vuelto un poco rojas. Escuchó la risita de la chica y luego sintió como ella caminaba hasta la playa.

Volteó a verla y la encontró entrando al agua. Ella lo saludó desde lejos y le hizo señas para que se acercara junto a él.

—¡Vamos Charlie!—le gritó y sonrió.

Charlie negó con una seña de dedo, sin embargo se acercó un poco a la orilla para poder verla mejor. Selene en un intento de jugar con él, le lanzó un poco de agua para molestarlo.

—¿Está fría el agua?—preguntó él agachándose un poco y tomando con su manos un poco de agua, Selene asintió.

—Está rica, debes entrar.

—Si entro a la playa y luego salgo, mi piel se pone toda pegajosa y lo odio.

—Vale, vale—le dijo—, al salir comemos, traje algo rico.

Charlie se echó hacia atrás para que las olas no lo mojasen y se quedó de pie para observar a la chica que disfrutaba estar dentro del agua. Selene se dio un chapuzón y mojó todo su cabello, miró al chico y le sonrió. Verlo le daba mucha alegría, era increíble lo mucho que habían cambiado los dos pero era algo que le gustaba.

Lo vio caminar hasta la silla en donde estaba minutos antes y se sentó en ella para revisar su celular. Charlie no estaba al tanto, pero era uno de los chicos más lindos que había conocido, era una lástima como a veces se sentía inseguro y ella no podía ayudarlo.

Salió del agua para acercarse a él.

—Me encontré con Irene ayer—confesó el chico—, creí que me sentiría un poco intimidado o algo pero realmente me sentí muy bien de verla feliz.

—¿Estaba sola?

—No, estaba con una de sus amigas—le dijo—, creo que le estaba comprando un regalo a su novio—Selene destapó el paquete de galletas que había traído y se lo entregó a Charlie para que comiese un poco—. Me preguntó por ti.

—¿Por mí?

—Ella te conoce por Duncan—respondió—, le conté que eras mi novia.

—No soy tu novia—el chico comenzó a balbucear nervioso.

—S-sí, di-digo—ella tomó su mano.

—Pero si quieres que sea tu novia, lo seré—se acercó un poco para darle un beso—. Quiero ser tu novia.

—Yo también lo quiero—la miró de cerca y acarició su mejilla. Selene estaba a su lado pero estaba tan cerca como para poder sentir su respiración sobre él. Charlie se echó más hacia ella logrado que ambos se tambaleasen en las sillas y cayeran en la arena.

A pesar de que era una incómoda posición, Selene se recostó sobre Charlie pasando una de sus piernas sobre él y volvió a besarlo. El chico la tomó del rostro y la sostuvo para mantenerse cerca de ella y continuar el beso. Los movimientos eran apresurados pero eran suaves, Charlie quería confesarle en cada beso dado, que era lo más importante que tenía.

—Ahora estoy lleno de arena—dijo al dejar de besarla.

Selene tomó un poco de arena y se la colocó en su mano.

—Si sueltas la arena dejo de besarte—le dijo y se acomodó mejor sobre él y volvió a besarlo una vez más.

Charlie cerró su mano con fuerzas y la otra la usó para apoyarse para que ambos no terminasen más llenos de arena de lo que estaban. Selene sólo se separó de él para poder verlo una vez más.

La playa para él no era el lugar más romántico pero podía convertirse en él sólo si estaba con Selene.

El Dilema Entre Tú y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora