AZUL PROFUNDO
JAMIE
Azul.
Todo en lo que podía pensar desde que llegué a Cooperstown, era en el color azul.
Y no en cualquier azul, si no, en ese azul profundo, el cual transmitía muchas emociones, el azul que con la luz del sol se volvía aún más brillante y más vivo, y cuando no había luz que lo alumbre, se volvía oscuro y era precioso.
De ese azul eran los ojos de ella; Sterling.
Sus ojos eran como dos piedras preciosas, no podía dejar de pensar en ellos ni en ella, cada que la pensaba, podía sentir mi corazón acelerarse.
A penas llevaba una semana viviendo en Cooperstown, eran muy pocas las veces que me había quedado hablando con Sterling, casi no la conocía, pero no podía dejar de pensarla, me había cautivado desde el primer segundo en que la vi. Había tratado de ser lo más discreto posible con respecto a lo que estaba comenzando a sentir, pero al parecer era un fracaso en eso.
Siempre me emocionaba cuando me hablaba, cuando me miraba e incluso cuando me sonreía. Me era inevitable no emocionarme. Jamás me había pasado algo así, ni siquiera con Camila. Era la primera vez que me pasaba y no sabía cómo manejarlo.
Mi primer instinto fue hablarle, conocerla, ser su amigo, pero era lento, y no podía hacer nada con respecto a ella. Estudiábamos en la misma escuela, compartíamos clases, vivíamos bajo el mismo techo, la tenía a mi alcance para poder conocerla más a fondo, pero ¿Por qué me parecía que estaba a millas de distancia de mí? Era difícil de explicar, pero me sentía insuficiente, como si ella fuera algo imposible para mí, era frustrante.
Además, cada vez que estaba cerca de ella no podía evitar tartamudear, me sentía como un tonto y solo me quedaba verla a la distancia y suspirar por ella.
Como en ese momento, que me encontraba sentado en una de las mesas del patio de la escuela, mientras veía como Sterling pintaba cerca de la ventana del salón de arte.
«Es tan hermosa»
Suspiré mientras observaba como ella fruncía el ceño al pintar, no sabía qué estaba pintando, pero parecía bastante metida en ello.
El golpe en la espalda me sobresaltó.
«¡Auch! Eso me dolió.»
Me giré y observé al chico de ojos verdes y tatuajes que me retó el primer día que llegué a Cooperstown; Alec.
Ese día estaba temblando, tenía miedo de que me hiciera algo, las peleas jamás me habían gustado y pensé que iba a ser el día de mi muerte, rogué a Dios para que no fuera así, quería salir corriendo, pero no podía quedar como un cobarde, además de que no podía dejar que él se saliera con la suya al molestar a mi hermana.
—Deja de verla o la vas a desgastar, chico.
Me sobresalté con lo que dijo.
«¡Dios mío! ¿En serio soy tan obvio?»
—¿Qué? –me removí en mi lugar un poco incomodo.
Alec se puso de pie, se sentó frente a mí y enarqué una ceja.
—Te gusta.
—¿Eh?
—No te hagas el idiota conmigo, chico. No eres muy disimulado, se nota desde lejos que te gusta Sterling, se ve en la forma en la que la ves y yo huelo deseo y algo más que no puedo descifrar en ti –entrecerró sus ojos verdes hacia mí–. Te gusta.
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LA REINA INFERNAL (Una lucha de poder)
Random¿Alguna vez has estado entre el cielo y el infierno y no sabes qué camino elegir? ¿Has dudado acerca de todas tus creencias? ¿Cómo sabes qué es lo que está bien y lo que está mal? ¿Has vivido entre demonios? ¿Te has enamorado de uno y te ha hecho...