LA REINA INFERNAL (Una lucha de poder)

CAPÍTULO 26

CAPÍTULO 26. – LUZBEL.

NARRADOR OMNISCIENTE

Eran pasadas las 5:30 de la mañana, el bar había pasado de estar repleto de gente, a estar casi vacío, solo quedaban los empleados –los cuales eran demonios– alguno que otro demonio que fue a divertirse, Alec, Sterling y Yazza, esos tres seguían bebiendo junto a la barra.

Los tres conversaban tranquilamente, hasta que, dos hombres extraños con trajes negros se acercaron a ellos. Uno de los hombres carraspeó, los tres se voltearon extrañados, uno de los hombres alzó su mano con clara intención de tocar el hombro de Sterling.

En un movimiento rápido, Alec se puso de pie y agarró con fuerza el brazo del hombre.

—No te atrevas a tocarla.

El hombre se volteó hacia él y lo miró a los ojos, Alec pudo notar el vacío en ellos y por un segundo, su agarré flaqueó.

—Por favor, le recomiendo que me suelte –zafó su brazo de un tirón y se volteó hacia Sterling–. ¿Usted es Sterling ChaosStar?

Sterling los vio de arriba abajo, jamás los había visto, no sabía quiénes podrían ser, muy pocos conocían su nombre real, el olor que desprendían esos hombres era fuerte, desde lejos se podía notar que eran humanos.

—¿Quiénes son ustedes?

—Tenemos un mensaje para usted.

El hombre ignoró por completo la pregunta de Sterling, se volteó hacia su compañero; el cual permaneció callado todo el tiempo y le hizo una seña con la cabeza.

—Adelante, hazlo –demandó el hombre al otro tipo.

Sterling entrecerró los ojos, no sabía qué estaba pasando.

El hombre que se mostró callado, sacó un puñal de plata de su saco, en ese momento, Sterling abrió los ojos con sorpresa y apoyó su cabeza en su mano para observar al hombre con comodidad, mientras que los demás demonios se acercaron al hombre para atacar al menor movimiento que hiciera hacia su princesa, Alec se acercó a Sterling y se puso a su lado para protegerla, pero el hombre no quería atacar a la chica, no.

El tipo puso el puñal en su garganta y en movimiento rápido, cortó de ella, provocando que la sangre le salpicara a la cara de Sterling y a la chaqueta de Alec, el puñal cayó al suelo, provocando un sonido sordo.

Todos los que estaban ahí, quedaron atónitos.

—Pero... ¡¿Qué mierda?! –murmuró Alec mientras agarraba una servilleta y se limpiaba la chaqueta, le pasó una a Sterling y ella se limpió con asco la cara.

—¡¿Qué mierda fue esto?! –gritó Sterling muy enojada, observó al hombre que la llamó y se acercó a él–. ¡¿Quién carajos eres tú?!

El hombre la ignoró olímpicamente, se dio la vuelta y se agachó junto al cadáver de su compañero, sacó un recipiente extraño de su chaqueta, la puso debajo de la garganta del muerto y empezó a llenarlo con la sangre.

En ese momento, Sterling retrocedió al notar lo que el hombre llevaba en las manos, sabía perfectamente cuales eran sus intenciones y no era nada bueno, quiso huir del lugar, pero chocó con la barra.

—¡Mierda! –murmuró en voz baja, tomó el brazo de Alec–. ¡Haz algo!

Alec intentó acercarse al hombre para detenerlo, pero en ese momento algo le impidió moverse.

—Ster, no... no puedo moverme –murmuró con dolor.

—¡Mierda! –susurró Sterling con miedo.

El hombre empezó a recitar unas extrañas palabras que, para un humano común no tenían sentido alguno, era una lengua muerta que solo los demonios y los ángeles conocían, el recipiente empezó a vibrar, ocasionando que la sangre burbujeara, cuando el hombre terminó de hablar, le entregó el recipiente a Sterling, con miedo lo agarró.