Capítulo 3

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En este viaje Mónica conoce al gran amor de su vida, el bailarín Maximiliano Ponce, un hombre apuesto, guapo y muy galán, que le robó el corazón a la nieta de la Gran Mimí Serrano. 

Tras su paso por Cuba, Mónica vivía un hermoso romance y regresaría a México con la ilusión de que volvería a buscar a su Maxi, como así le decía. 

Su última noche en Cuba cada vez era más corta y las envestidas de Maximiliano la hacía eterna, Mónica apenas podía hablar, solo gemía de placer.

Mo- Te Amo!

Se escuchó por todos lados de la habitación, donde solamente el amor mandaba.

M- Yo también Te Amo, quiero que seas mía siempre

Y consumidos por la lujuria, la excitación y el placer, se perdieron dentro de las sabanas, logrando el clímax.

Los primeros rayos del sol se colaban por las cortinas de la habitación y entre las sabanas seguían dos locos enamorados aprovechando hasta el último segundo.
A Mónica le dolían hasta las pestañas y Maximiliano todavía aguantaba dos rondas más  

10:00 am y el vuelo de regreso a México esperaba, Mónica no quería separarse ni un segundo de Maximiliano, pero lamentablemente así fue, una triste realidad.

Mo- Yo regreso por ti mi amor, solo espera por mí.

M- Así será mi dulce mamita, así será.

El avión comenzaba a despegar, Mónica derramaba lágrimas negras de su delineador y Maximiliano sentía su corazón triste.
Sus cuerpos estaban débiles por la larga noche de sexo que habían tenido, hasta que lentamente Mónica queda dormida.
Solo imaginaba las manos de su cubano recorriendo su cuerpo, sus suaves caricias y besos acompañados de su fuerte voz, que noche tras noche, le fueron robando el alma de la vida.     

Más que amigas, hermanas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora