Almas gemelas

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¿Alguna vez has sentido una conexión profunda con alguien desde la primera vez? No necesariamente amor romántico, es una fuerza de almas gemelas, algo que te dice que esa persona con la que cruzaste miradas significará mucho para ti, no es algo que se te pase por la mente, pero lo sientes en el corazón, eso fue lo que sentí contigo ¿también lo sentiste por mí?

Después de haberte saludado ese día, solo te vi de lejos, no me atrevía a iniciar una conversación, nada me lo impedía pero no podía hacerlo.

Llegué exhausto a mi casa un día después del trabajo, revisé el correo, era una carta de mi madre y de mi padre, a pesar de tener teléfonos las cosas importantes me las decían por cartas, mis manos temblaban, hace un buen tiempo no me comunicaba con ellos, me sentía culpable, pero hace poco les había dado la noticia de mi nuevo trabajo, esperando la respuesta comencé a leer "querido hijo, tu padre y yo estamos orgullosos de ti, todos acá te extrañamos, yo más que nadie, ven pronto, las puertas de este hogar siempre estarán abiertas para ti, pase lo que pase tus padres siempre te aman" lloré mucho por esas palabras que mi madre me había dedicado, guardé la carta y subí a mi departamento con mis ojo rojos.

Cuando iba llegando escuché unas voces que provenían de mi casa, me asusté y abrí rápido la puerta y estaban Renjun y Chenle sentados en el sillón con unas latas de cerveza.

-¡Hola Hyuck! Perdón que hayamos entrado así, queríamos sorprenderte, además agradece que fueramos nosotros y no un ladrón ¿Cómo se te ocurre dejar la llave debajo del- Los dos se miraron y Renjun volvió a hablar- ¿Estás llorando?

-¿Acaso viste al fantasma de Michael Jackson?- dijo Chenle aguantándose la risa.

-Idiota ¿acaso crees que si hubiera visto el fantasma de Michael Jackson estaría aquí con ustedes? Me hubiera ido con él, obvio- los tres empezamos a reír- Ya pero en serio, no vuelvan a entrar así ¿ok?- los miré amenazante.

-Está bien... es que te extrañamos- se miraban y reían- cuéntanos que tal todo.

Les comencé a contar todo lo que había pasado en la semana y hasta les hablé de ti, si no hubiera sido por el consejo que me dieron no estaría escribiendo esto ahora mismo.

Pasaron días y decidí hablarte ¿lo recuerdas? me quedé haciendo horas extras como excusa para esperarte, en ese momento quería hablarte para hacer nuevos amigos y colegas, intuía que tu y yo nos íbamos a llevar muy bien.

A la salida te encontré, a diferencia de la primera vez, venías más calmado y tranquilo, me saludaste con la mano.

-Hola ¿Donghyuck verdad? eres el empleado del mes, felicidades- yo asentí a la pregunta y me chocaste los cinco- se está haciendo tarde ¿comemos algo?

-Sí, tengo hambre, sentémonos aquí- estábamos en una de las mesas del restaurante, nos proporcionaban almuerzos y colaciones así que comimos ahí- disculpa ¿Cuál es tu nombre?

-Oh lo siento, me llamo Mark Lee, soy cocinero y... creo que sólo soy un cocinero- nos reímos, aunque noté en tu risa un poco de tristeza- ¿Sabes? estaba curioso de conocerte, todos hablan de ti, tienes a todas loquitas.

-¿Qué? Es broma- no hice caso a tus palabras, pero me afirmaste que si eran ciertas- wow no sabía que era tan galán- nos reímos y empezamos a comer- por cierto, soy artista, pero aquí me ves, no me dedico a eso lamentablemente-

-Comprendo... Nunca se han tomado tan en serio las artes, es una pena, tengo un amigo que es científico y dice que nadie puede vivir del arte- recuerdo que me atoré con una carne pero traté de disimular- y también dice que nadie puede vivir cocinando para los demás- volví a notar esa pena en ti, te veías tan afligido en esa época, todos lo notaban, menos tú.

Y así seguimos hablando, intercambiamos números y seguimos en contacto, pero no nos veíamos fuera del horario de trabajo, hasta que me invitaste a tu departamento después de nuestro horario laboral, creo que ese momento marcó un antes y un después de nosotros dos ¿por qué? si me lo preguntas no sabría responderte, sólo lo sé, estoy muy seguro que tu también sentiste esa conexión conmigo.

Cuando entré a tu hogar por primera vez sentí un aroma acogedor y a pelaje de felino, era por tu viejo gato, León, ese era su nombre, corrí a hacerle cariño, era muy peludo y gordo.

-¿Te gustan los gatos?- moví mi cabeza de arriba hacia abajo, afirmando- Se llama León, está viejito, es por eso que no te araña ni te muerde, lo tengo desde los 10 años, me ha acompañado toda la vida- te acercaste a darle un besito en la cabeza, sonreí enternecido- ¿quieres un poco de agua?- preguntaste.

-Está bien- respondí yo, nos quedamos toda la tarde hablando, me sentí cómodo al lado tuyo ese día, hablábamos tanto que no había quien nos parara, hasta que llegó Jeno. Abrió la puerta y al vernos nos sonrió, lo saludaste y yo también, se unió a la charla, disfrutamos y llegó la hora de irme, me fuiste a dejar a la entrada del condominio, era un condominio rojo y de cuatro pisos, era lindo.

-Adiós Donghyuck, nos vemos mañana- me diste la mano para despedirnos.

-Adiós Mark, cuídate y mándale saludos de mi parte a Jeno- asentiste y me di la vuelta, pero antes de dar un paso me hablaste.

-Oye Donghyuck, me gustaría ver tus obras de arte ¿las podría ver?-

Te respondí que sí con mis ojos brillando, nadie más aparte de mis cercanos me había preguntado eso, Mark Lee, tu fuiste el primero... si mil veces me hicieras la misma pregunta, a todas respondería que sí, porque tu me diste la inspiración que me faltaba.

"Mark, el gato y yo" [Markhyuck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora