Pintar sobre el río

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Finalmente me había decidido, mi exposición sería sobre gatos en la vida cotidiana, se me hacía muy fácil dibujar gatos, bueno aún, así que me puse manos a la obra y no descansé en semanas, entre pintar y trabajar estaba muy estresado pero aún así pude resistir.

Me había comprado muchos lienzos para usar y también me conseguí una galería de arte no tan grande en la que mis obras estarían expuestas una semana, mi cabeza estaba en mil partes, visité poco a mis amigos, pero al que más veía eras tú, tú siempre estuviste ahí, me acompañabas e ibas a mi departamento a verme o a darme ideas.

En ese momento no le dije a nadie sobre mis planes además de mis amigos cercanos, no quería que todos se ilusionaran y pusieran esperanzas en mí, ni siquiera yo confiaba en mi mismo lo suficiente.

Además si lo piensas ¿Quién hubiera confiado en mi idea de ilustrar gatos haciendo cosas cotidianas? Cualquiera se hubiera reído, pero la verdad en ellos ponía todos mis sentimientos, más de alguna vez pintando lloré o reí, me costaba identificar mis propias emociones y sentimientos y al verlos retratados me emocionaba, me podía quedar horas admirando mis propias pinturas y analizándolas, generalmente lo hacía solo, pero luego quien hacía eso conmigo eras tú.

Te gustaba quedarte a mi lado a observar y preguntarme cada cosa que hacía, lo que yo creía que no era impresionante para ti siempre lo fue, me aplaudías, me felicitabas y de a poco mi corazón se fue abriendo más hacía ti de una forma más romántica, claro que yo no me daba cuenta.

Una de esas tardes, no recuerdo que día exactamente, estaba en tu departamento avanzando en mi trabajo y tomé mi cámara y nos sentamos los dos juntos y con León en nuestros brazos, cuando la vimos carcajeamos porque salíamos riéndonos, pero era la foto más hermosa que había sacado en toda mi vida y la atesoré mucho, aún la tengo sobre mi escritorio, se ha deteriorado un poco pero nuestras risas siguen plasmadas como desde el primer día.

Claro, pero no todo duraba para siempre ¿No? esa paz dentro de mí se rompió el día que llegaste a mi casa corriendo para avisarme que ''Sweet Johnny'' había quebrado y nos habíamos quedado sin trabajo, te abalanzaste sobre mí y empezaste a llorar con fuerza, yo aún estaba sorprendido por la noticia pero no dudé en abrazarte, no podía entender por qué llorabas tanto con la noticia, podías encontrar trabajo en cualquier parte ¿no?

Nos sentamos en mí cama y cuando estuviste más tranquilo apoyaste tu cabeza en mi hombro, quedé petrificado, sólo se me ocurrió hacerte cariños en ella, por cada cariño sentía que mi corazón latía más fuerte, tu aroma se sentía cercano y la calidez era mutua.

Te secaste las lágrimas y me miraste, te sonrojaste y después reíste, yo sólo te seguí, tu risa es muy contagiosa, nos intercambiamos miradas llenas de comprensión y cariño profundo y empezaste a hablar.

- Perdón por haber llorado de esa forma, soy un poco exagerado- te contesté con un "no te preocupes"- es sólo que, duele irse de un lugar que te acogió por mucho tiempo, fue mi primer trabajo desde que llegué a corea, hice amigos y los vi irse, pero yo siempre estuve ahí, se siente extraño saber que no volveré a ese sitio- hiciste una pausa, quizás te dieron ganas de llorar de nuevo.

-Bueno la verdad también extrañaré los momentos que vivimos ahí, para mí también significó mucho haber trabajado ahí, sé que no llevaba mucho tiempo, pero te conocí en ese lugar- me miraste y sonreíste- tranquilo Markie, encontrarás un trabajo estable y bueno pronto, sé que lo harás- nos recostamos en mi cama, se sentía más cómoda contigo.

-Gracias Hyuck eres un buen... amigo, un buen amigo- Esas palabras me hicieron feliz pero a la vez me hicieron sentir raro ¿amigos? los amigos no se miran así, los amigos no se tocan así, los amigos no se hablan así, con un amor indescriptible, me confundías Mark, me confundías mucho, estar así contigo no me servía para aclarar mis pensamientos.

Me acuerdo que dormimos una pequeña siesta, bueno, tú la dormiste, yo seguí pintando, mientras pensaba en como conseguir trabajo, tenía que aguantarme las ganas de romper el pincel ya que me había costado encontrar el empleo de camarero, pero sabía que terminaría hallando algo, aún me quedaba dinero del que mi madre me había dado, suspiré de nuevo y te vi levantarte con una expresión de susto.

-¿Y esa cara?- Te pregunté asustado.

- No... nada, es que se hizo tarde me debo ir, lo siento por haber dormido tanto- yo me reía pero tu parecías serio, aún estabas dolido por la noticia, me sequé las manos y te acompañé a la entrada del departament- Oye Hyuck, lamento haber llorado así...- volviste a repetir.

- Ay hombre no es nada, todo olvidado- te sonreí, pero al sonreírte tu rostro se entristeció.

- Es sólo que, no quiero perderte ¿sabes? eres una persona especial para mí... en fin, me voy, nos vemos luego- te fuiste dejándome perplejo ¿perderme? ¿qué te hacía pensar que me perderías? cerré la puerta con cuidado y seguí en mis obras.

Hubiera querido trabajar en paz, pero mi cabeza se dedicaba a repetirme una y otra vez las palabras que me habías dicho, dolían mucho y ya sabía el por qué.

"Mark, el gato y yo" [Markhyuck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora