Un pedazo de mi

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Después de unos días viniste a mi departamento a ver mis obras, te veías emocionado, puedo decir ahora que hasta más que yo... cuando entramos a mi hogar se sintió como un hogar por primera vez, dejó de sentirse frío como siempre y lo reemplazó tu calor.

Nos quedamos un buen rato sentados hablando y me pediste que te mostrara mis trabajos y así lo hice.

-La verdad nunca le he mostrado a alguien mis obras, excepto a mis clientes, soy muy vergonzoso- te dije mientras traía mis lienzos- lo siento soy un desastre ¿puedes ayudarme a mover esto?- pregunté indicando un cuadro pesado e inmediatamente corriste a ayudarme.

Despues de unos minutos la exposición para Mark Lee estaba construida, recuerdo muy bien como mirabas con detalle cada una de mis obras, la radio sonaba y la tarde se acercaba.

-¿Quieres comer algo?- pregunté interrumpiéndote, tu sólo me miraste y asentiste, mientras preparaba la comida tu mirabas mis cuadros- ¿Cuál es tu favorito?- te miré esperando respuesta.

-Están todos muy hermoso, me gusta tu manera de transmitir tus pensamientos- al oír eso mi corazón latió muy fuerte- pero sin duda éste es mi favorito- dijiste apuntando un cuadro que había pintado hace poco de Sun, el cuadro mostraba a Sun durmiendo en la cama al mismo tiempo que los rayos de sol la iluminaban.

-¿Ese? Pero si es tan simple, lo hice una tarde en la que estaba aburrido- te reíste.

-Entonces con mucha más razón es mi favorito, además no porque sea simple significa que sea malo o mediocre, dedicaste tu tiempo en ello y tienes que atesorarlo- al escuchar eso instantáneamente me arrepentí de haber dicho eso, luego miré mi obra y me dije a mi mismo "es verdad que es hermosa".

Estuvimos hablando de muchos temas, unos eran cómicos, otros serios y llegó el momento de hablar de ti, mas bien te abriste a mi.

-A veces siento que soy una carga para Jeno, él no me lo dice pero es obvio... me avergüenzo de ser un cocinero y no poder pagarme una casa para mí solo, no puedo pagar por mi independencia y eso me molesta, no es fácil convivir con un químico farmacéutico y sentir que no vales lo mismo que él- creo que necesitabas eso, hablar con alguien, desahogarte y contar tus problemas.

-Lo siento mucho por ti Mark, sé que tu situación es difícil y también lamento no poder hacer más por ti- me senté en unos almohadones que tenía en el suelo, con mi mano le pegué palmaditas al cojín del lado para pedirte que te sentaras y así lo hiciste.

-No es necesario que hagas nada, ya haces mucho con escucharme- me sonreíste y yo a ti, nos quedamos mirando por mucho tiempo, un poco avergonzados- en fin ¿dónde está Sun? quiero ver a la musa- Reí.

-Debe estar durmiendo, la llamaré ¡Sun! ¡ven aquí gatita gatita!- y en un segundo apareció corriendo y con ganas de ser acariciada y mimada.

-Es muy tierna, creo que ya me encariñé de ella con solo verla- la tomaste y la dejaste entre tus brazos como si fuera una bebé- Es tan linda... ¿Puedo quedármela?.

-Claro que sí, te la regalo, pero te advierto que caga muchísimo y come como reina- ambos reímos y Sun pasó a mis brazos.

Y así estuvimos toda la tarde, sentados y hablando mucho, no nos cansábamos de hablar, no importaba de que, solo fluíamos y eso me gustaba, realmente te quise y me hice cercano a ti en muy poco tiempo.

-Creo que ya es hora de irme Donghyuck, se me está haciendo tarde y también tengo un gato que necesita cuidados especiales- sonreíste apenado, ninguno de los dos queríamos que la noche terminase.

-Está bien, te acompaño... ¿Sabes que sería genial? que conocieras a mis amigos Renjun y Chenle, son buena gente- dije con entusiasmo.

-¿En serio? pues me encantaría, la próxima semana tengo todo libre, tu me llamas y ahí estaré ¿Vale?- chocamos nuestras manos.

-Vale, y... ¿te gustaron mis obras?- te pregunté mientras ponía mis manos detrás mío y me tambaleaba de un lado a otro, como un niño.

-Pues claro, como dije antes, tu forma de ver el mundo y plasmarlo en un cuadro es muy única, nunca dejes de hacer lo que tanto te gusta, tienes mucho potencial- me pusiste una mano en el hombro, agradecí de inmediato y te abracé por unos segundos.

-Cuídate y nos vemos, avísame cuando llegues ¿ok?- y así te fuiste, mis manos estaban sudando y mi cuerpo temblando, despejé mi mente y entré a mi departamento.

Se sintió helado y volvió a estar como siempre, desde ese entonces supe que lo que le faltaba a mi hogar era tu calidez.

"Mark, el gato y yo" [Markhyuck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora