Café, cielo y hasta pronto

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Después de mil vueltas en mi cama pensando en como hacer que te quedaras una idea fue la que más me gustó: abrir un café de gatitos. Y claro ¿Por qué no? Tu sabías cocinar y yo, bueno yo me las podía arreglar limpiando mesas y atendiendo a las personas. La vida de artista y cocinero no son fáciles ¿Pero quién ha dicho que la vida es fácil? Había que jugar y yo estaba dispuesto a lanzar los dados.

Te pondrás a pensar por qué fue que me pasé toda la noche pensando en como mantenerte a mi lado y por qué me aterraba despedirme de ti, la respuesta es fácil, en el pasado había dejado ir a mucha gente y perdido amistades sin luchar por ellas, he sido llamado cobarde por mis acciones y me dolió mucho, por primera vez en la vida sentía que por algo tenía que pelear y fue por ti, el destino nos reunió y yo sabía que ese no era el final de nuestra historia.

Al otro día salí tan rápido que ni siquiera tomé desayuno, a Renjun y a Chenle los mandé a ordenar la casa mientras salía y así fue, salí corriendo de mi casa mientras los quejidos de los chinos desaparecían de a poco, recuerdo haber corrido, sudado y hasta apurar al chófer del bus para llegar antes a la casa de Jeno.

Al estar en frente de tu apartamento todas las inseguridades vinieron a mi cabeza en un segundo ¿Y si no te gustaba mi idea y te reías de mi y me echabas de tu habitación y yo me iba llorando mientras música triste empezaba a sonar por mi cabeza? si, así de dramático era y soy, aún asi tuve que ser más fuerte y llamar a la puerta de todas formas. Una vez, dos veces y nadie contestaba, quizás era muy temprano, eran las 9 de un día sábado, tal vez un poco. A la tercera vez que golpeé un Jeno somnoliento me abrió la puerta, tenía baba aún.

- ¿Donghyuck? ¿Qué haces aquí tan temprano? Es día sábado déjame descansar... ¿estás buscando a Mark?- Asentí rápidamente mientras le pedía perdón- Salió temprano, no sé la verdad a donde, pero algo me dice que por ser su último día aquí fue al café que tanto le gustaba ir cuando llegó ¿Quieres que te dé la dirección?- Volví a asentir, sentía que mi pecho se contraía- Toma y vuelve más tarde, espero lo encuentres, suerte- lo miré con ojos brillantes y me fuí corriendo.

Esa mañana era tibia, estaba un poco nublado y corría viento, mis ojos se secaban por caminar rápido y lagrimeaban, sólo quería verte y abrazarte. Cuando llegué al lugar busqué por ti y efectivamente ahí estabas, sentado afuera, solo, tomando un café con una galletita, al acercarme y quedar frente a ti tomé tus manos y te levanté ¿recuerdas el abrazo que nos dimos? estabas nervioso así como yo.

- Hola Mark ¿Cómo estás?- respondiste "bien" aún estando sorprendido por mi llegada- Que bueno... Te busqué en el apartamento y Jeno me dijo que tal vez estarías aquí, ya ves como te conoce- me encontraba sudando frío, no sabía como empezar- Vine acá para decirte algo especialmente- hice una pausa y ya te empezabas a desesperar.

- Donghyuck, por favor, ve directo al punto ¿Estás bien?- tomaste mi mano y la acariciaste con preocupación, lo que causó que corrieran unas lagrimas por mi cara- ¿Qué sucede Hyuck? ¡Dime!- algunas personas nos mirabas y te hice un gesto para que bajaras la voz.

- Mark, no quiero que te vayas, por favor, yo sé que si te vas será un adiós para siempre, sé como terminan estas historias- tomé tu mano y la besé mientras lloraba, ni siquiera trataste de negarlo- Mark ahora tengo dinero, podemos abrir juntos una cafetería, tu sabes cocinar y podrías dedicarte a eso felizmente y yo podría atender a la gente y yo... por favor Mark, por favor- Te miré esperanzado y tus ojos estaban tristes.

- Hyuck, suena bien pero mis padres ya compraron el boleto y no puedo desperdiciarlo... y ese voleto no tiene regreso- nos miramos un momento y solté tu mano, en ese momento mil cosas pasaron por mi mente y de todas la más clara fue "déjalo ir".

- Entiendo, no puedo obligarte, la decisión es tuya y tengo que respetarla, es sólo que pensé que sería buena idea- comí un pedazo de mi galleta, sabía mal, tal vez el momento le daba un mal sabor.

- Pero podría comprar un boleto de regreso y volver, volver contigo- Recuerdo haberme sentido tan irreal, mi dicha había llegado a su punto máximo, fue un alivio que hizo que mis ojos se humedecieran- No sé como mis padres reaccionarán pero ya soy un adulto ¿cierto?- te sonrojaste y atesoro esa imagen hasta el día de hoy.

- Ay Mark- traté de ocultar mi emoción y parecer serio- Pero no sé si vaya a funcionar pero algo es algo y además tendría gatitos, un café de gatitos, he oído que les va de maravilla- ambos reímos.

- Bueno si fracasamos, fracasamos juntos, si triunfaramos, triunfamos juntos ¿no? eso significa ser compañeros- En ese momento quise gritar a los cuatro vientos lo mucho que te amaba y correr y saltar y llorar y bailar, fue una explosión de emociones, pero en vez de ser negativas se sintieron bien- Muchas gracias por darme una oportunidad Hyuck- Te sonrojaste.

Salimos de la cafetería y nos fuimos corriendo al parque más cercano de la mano, creo que la esperanza había vuelto y lo sabíamos, te iba a extrañar el tiempo que estuvieras en Canadá pero el saber que volverías me tranquilizaba.

Recuerdo habernos sentado agitados, ambos reíamos y en eso me besaste y caímos al suelo mientras nos besábamos, risitas salían de nuestros labios cuando se unían y para mí fue y es lo más hermoso que haya experimentado, después de un rato nos acostamos en el césped mirando el cielo nublado.

- Te quiero Hyuck, mucho- dijiste mirando al cielo y mis mejillas se sonrojaron.

-Pues yo te amo- me senté y busqué tus ojos para hacer contacto visual- te amo mucho- ambos sonreímos tímidos, como dos niños encaprichados.

- La verdad yo también te amo pero creí que creerías que era muy temprano si lo decía y no quería asustarte, pero como veo q- te interrumpí con otro beso y nos abrazamos, mucha gente miraba mal pero eso ya no me importaba.

Íbamos de la mano por la calle, con los pantalones mojados por el césped húmedo y jugueteando. Ese día llegué a mi departamento y pinté todo lo que sentía y tu me cocinaste la comida más deliciosa, esa era nuestra dinámica, hacer lo que nos gustaba y por quien amábamos más.

Aún sigue siendo así.

"Mark, el gato y yo" [Markhyuck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora