escrito: 09102021
edición: 26062024TW
violencia, muerte de personajes, depresión, ansiedad, ataques de pánico y/o ansiedad, pensamientos suicidas, exposición de problemas psicológicos, angst y fluff.Si le preguntáramos a cualquier lector de esta trágica historia cuál era el mayor deseo de Yoongi, habría quien diría que definitivamente sería ser libre, pues detestaba a su padre. Otros dirían que su mayor deseo sería ser tocado por alguien que lo apreciase, ser deseado y amado por alguien genuinamente.
Con algo de suerte, habría quien diría que su mayor deseo sería terminar, deshacerse; morir.
Estos últimos estarían en lo cierto, verdaderamente. Y no, Yoongi no tenía ningún tipo de conducta autodestructiva o auto-lesiva, mas cuando se imaginaba pereciendo a manos de su progenitor algo en su interior se revolvía, no sabría si calificarlo como alegría, alivio, miedo, o, incuso, lujuria.
Pese a aquellos pensamientos que lo invadían de vez en cuando, él deseaba vivir, no sabría decir en qué medida, pero sabía que una parte de él quería hacerlo.
En aquellos momentos, despatarrado sobre el frío suelo de su apartamento, sintiendo menos de la mitad de sus músculos y sintiendo cómo la caliente sangre que debería correr por sus venas, corría sobre su piel, no sabía si deseaba morir o vivir. Sólo sabía que se encontraba solo.
Solo y herido.
Solo.
悩
Las lágrimas no demoraron en resbalar por sus mejillas, y su rostro se volvió una mueca de dolor, no físico, si no emocional. Una mueca de dolor provocado por su corazón contrayéndose en su interior, sus tripas removiéndose. Una expresión de completo, desesperado y desmedido dolor.
Yoongi no temía llorar. Solía hacerlo para no hundirse a sí mismo y en sus propios pensamientos, como una forma de no pensar. De no sentir. Una forma física de descargar el dolor emocional que transportaba con él día y noche. Asimismo, detestaba el producto final de sus lágrimas: verse en el espejo y ver un rostro hinchado, sus párpados pegados entre sí, rojizos. Ver el recorrido de sus lágrimas de un color carmesí y poder saber cuántas veces había frotado aquella áspera tela del pijama por sus mejillas. Sentir sus labios rotos, secos, su mandíbula doler, y aquella mirada oscura, difícil de esconder.
Min Yoongi no aborrecía sufrir, no creía realmente que no lo mereciera, a pesar de repetirlo constantemente. Lo que sí detestaba era ver su figura frente a un espejo, detestaba desnudarse, detestaba sentir las cicatrices alrededor de su cuerpo, detestaba recordar aquellos momentos.
Se preguntaba, pues, si algún día podría dejar de sentirse de aquella manera. Si algún día dejaría de sentirse insuficiente, digno de todo aquel maltrato autoimpuesto.
Se preguntaba, pues, si algún día llegaría a dejar ir a Min Yoongi.
悩
Secaba su cuerpo con la ya húmeda toalla. Acariciaba su dañada piel suavemente, con cuidado para que la húmedad no rozara las abiertas heridas y le provocara un escozor desagradable.
Dejó la toalla en el suelo, a su alrededor. Sus ojos, sin querer, se toparon con su propio reflejo en el espejo. Se detuvo, analizándolo tortuosamente. Su pálida piel era maltratada por grandes moretones de subtonos preocupantes, sus caderas al rojo vivo, producto de fuertes golpes de cuero. Su pecho lleno de cortes y sus piernas, aboyadas; pequeñas y grandes heridas, sobre todo en sus rodillas y tobillos, que yacían como cuatro manchas color morado enormes. El asco invadió a Yoon una vez más y sus ojos se cristalizaron, un paso hacía atrás, otro más, y otro, hasta que ante el intento de dar uno más, la espalda le chocó contra el mueble de productos que solía utilizar.
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ultraviolence || kookgi
Fanfiction«Él me golpeó y se sintió como un beso» "Golpéame hasta hacerme sentir la humedad en todo mi cuerpo, hasta que las marcas sean imborrables. Golpéame hasta hacerme dejar de sentir, acaba conmigo para que mi alma sea de una vez liberada y esa vieja ca...