16102021
edición: 27062024Las risitas cómplices se escuchaban por toda la casa, llevando al moreno a encaminarse hacia el origen de éstas. No se sorprendió cuando se encontró a sus dos hermanos cubiertos de harina, riendo como locos mientras jugaban a atrapar el caramelo de dentro de un bol lleno de harina. En vez de eso, se quedó en el marco de la puerta, esperando a que ambos niños se dieran cuenta de su existencia; aquello pasó varios minutos más tarde.
Los niños se lo quedaron viendo, preparándose mentalmente para el seguro castigo que creían que recibirían más la larga charla sobre seguridad por parte de Koo, empero tras segundos de espera el mayor de la casa tan sólo se rió, negando con su cabeza.
—Más os vale tener toda la cocina limpia en menos de una hora, idiotas.
Los hermanos Jeon intercambiaron miradas, desconcertados por la repentina permisión de parte de su hermano mayor.
—¿Tendrá fiebre? —cuestionó Jiwoo, volteando su rostro hacia su hermano mellizo.
—Vamos a comprobarlo.
Los niños se miraron y afirmaron con sus cabezas, para luego dispersarse.
Jiwoo fue hacia arriba a buscar su botiquín médico de la doctora juguetes mientras que Jisung se acercaba a Jungkook despacio, que yacía tumbado cómodamente en el sofá de su salón con una sonrisa. Enseguida apareció su melliza con un maletín violeta entre sus brazos y una bata puesta. Tras una mirada rodearon a su hermano mayor con su ceño fruncido cual león que va a atrapar a su presa y saltaron sobre él. Jisung se tumbó sobre él a la vez que Jiwoo le abría abruptamente la boca y metía un palillo de plástico en ella.
Jungkook se sentó de golpe como auto-reflejo por las tonterías de sus hermanos y los tomó a cada uno de la nuca.
—¿Qué diablos os pasa? —espetó, entonces molesto.
Si bien Kook no era alguien ni mucho menos agresivo, sí era muy impulsivo y lengua suelta. No tan sólo con insultos, más bien lo era en cualquier área de conversación, por ello lo etiquetaban de descarado.
A él realmente no le molestaba aquello, de hecho le divertía de sobremanera ver las caras que ponían las personas cuando soltaba barbaridades por sus labios, o lo fácil que le era coquetear con alguien a pesar de que esto último casi no lo hacía ya que su situación psicológica no le permitía ir a fiestas o rodearse de amigos. Empero, aún así el adolescente también tenía sus momentos inoportunos, como lo eran las peleas, en las que era incapaz de controlar ni una sola palabra que aparecía en su cabeza, pues esta automáticamente era expulsada y exteriorizada, la mayoría de veces, terminando por dañar a aquellos a quienes él ama.
De hecho, creía que podría contar con los dedos de una sola mano las veces que se enojó realmente con sus hermanos y, desde su punto de vista, fueron bien merecidas. Aquel paripé, sin embargo, no entraba en una de ellas, pues no estaba realmente enojado, tan solo molesto porque los críos iban hasta arriba de harina pisando toda la casa y tirándose sobre él, sin importarles un diablo lo que sucediera.
Los niños, aún así, pelearon contra el no tan fuerte agarre del mayor, quien definitivamente no se iba a dejar ganar por aquellos mocosos y pronto llegaron los falsos lloriqueos, tratando de chantajearlo emocionalmente para que los soltara, aludiendo al maltrato infantil.
—Por favor, yo hice eso una década antes que vosotros, tendréis que ser mucho más inteligentes para manipularme, par de bobos.
—Pero hyung, ¡Se estaba comportando tan extraño! Creímos que realmente le ocurría algo grave.
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ultraviolence || kookgi
Fiksi Penggemar«Él me golpeó y se sintió como un beso» "Golpéame hasta hacerme sentir la humedad en todo mi cuerpo, hasta que las marcas sean imborrables. Golpéame hasta hacerme dejar de sentir, acaba conmigo para que mi alma sea de una vez liberada y esa vieja ca...