Final

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El mesero les entregó las cartas del menú y se marchó echándole un ojo disimuladamente a la chica del vestido rojo

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El mesero les entregó las cartas del menú y se marchó echándole un ojo disimuladamente a la chica del vestido rojo. Con una ceja sobre la otra, Tom siguió al joven mesero con la mirada cortante como un cuchillo. Madison creyó incluso ver salir humo por su nariz y no pudo evitar reír ante su expresión. Ella, delicadamente dejó caer sus manos sobre la mesa para ahogar la risita. Sus ojos observaron sus dedos y masajeó el dedo anular donde debería estar su anillo de compromiso. Blanco y reluciente que había perdido de manera muy torpe. Despaviló cuándo los dedos de Tom tomaron su mano y sonrió.

—¿Estás bien? — él preguntó.

—Sí, es solo que extraño... Ya sabes, tener la sensación de que soy tuya — Tom torció el gesto coqueto y Madison puso los ojos en blanco riendo — Sabes a lo que me refiero.

Y ahá, él lo sabía. Pero no podía hablar, al menos no por el momento. Tenía que esperar a que Benedict diera el sí con el caso de Anna y que esta estuviera totalmente detrás de las rejas para tener una total tranquilidad. Nadie, sin embargo iba a detener todo lo que había estado planeando por meses.

—Lo sé — respondió — pero no hace falta un anillo en nuestros dedos para saber que nos pertenecemos Madison.

El plan, Julie le dijo que era absurdo. Porque Madison se iba a dar cuenta. Él también lo sabía y por eso fue que le pidió ayuda a la mejor amiga de Madison. Hazla enojar le dijo que crea que ya no te interesa casarte con ella. Lo va a aceptar, pero en el fondo se va a cabrear. Últimamente ella no mencionaba nada con respecto a la boda, pero hacía comentarios por debajo de las piedras.

Tom, cuyo intelecto era bastante grande a penas le alcanzaba para entender a la mujer que amaba y hacía un enorme esfuerzo por hacerlo constantemente. Siempre había un lado de su cabeza que parecía que iba a explotar, pero poco a poco lograba acostumbrarse a los pequeños detalles que no notaba pero que a la vez eran muy notorios. Como Madison diciendo que extraña su "perdido" anillo de compromiso sin decirlo en realidad. O como ella misma contándole que supo que la amiga de una amiga de Julie se había casado.

Quería esperar a que William estuviera más grande, pero de pronto se dio cuenta de que podía sostener anillos y llevarlos al altar sin problema alguno al subir los escalones de la escalera de casa llevándole una bandeja con tostadas a Madison. Quería esperar a que los mellizos estuvieran caminando y siguieran a su hermano detrás, pero entonces se dio cuenta de que iba a estar muy nervioso persiguiéndolo por todos lados o viendo como Sarah y los demás lo ayudaban con los intranquilos niños de casi un año moviéndose por todas partes.

Era mejor en ese momento, William preparado para todo y los mellizos con sus hermosos y muy intensos cuatro meses. El anillo estaba en su bolsillo, podía hacer el movimiento entonces, pero ¿Cómo iba a llevársela a Irlanda de la nada? No, había un plan. Iba a seguirlo al menos hasta donde pudiera.

—Toma — dijo él sacando un sobre de su maletín junto a la mesa. 

—¿Qué es esto?

H ɪs ᴍɪɴᴇ ━ Tom HiddlestonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora