NO TE DEJARE

CAPITULO 28

La tenía entre sus brazos la noche había terminado mucho mejor de lo que él llego a pensar, después de los besos y algunas caricias inocentes que compartieron no aguantaron más así que despidiéndose de todos, salieron rumbo a un hotel donde pasaron la noche amándose y de solo recordarlo se sentía excitado

Es que su Betty era toda una tigresa, atrás había dejado a la muchacha tímida que alguna vez fue y la que lo había vuelto loco de amor. Ahora era capaz de encenderlo con un beso o una simple caricia y él solo sabía corresponderle en la misma medida, esa noche se habían amado como nunca, le entregaron todo al otro ya nada les pertenecía y ellos simplemente eran felices con ello. La sintió removerse en la cama y él solo la pudo besar en la coronilla mientras le decía

A: Duerme mi amor que yo velo tu sueño

B: Mmmm que rico dormir en tus brazos

A: Si mi amor es lo más delicioso de esta vida, descansa cielo

Siguió con sus recuerdos habían llegado a la habitación casi sin control y sin demorarse más comenzaron a quitarse la ropa, bueno a arrancársela era mejor decir. Las caricias se hicieron más audaces y atrevidas tanto así, que lo único que deseaban era ser uno solo, pero ella no se lo permitió

B: Mi amor más lento ¿Sí? Mira que tenemos toda la noche para nosotros

A: No creo que pueda aguantar mucho, solo quiero sentirte mía como siempre

B: Quiero que esta noche sea muy especial, por eso vamos lentito, bueno

A: Betty que no voy a poder

B: Yo sé que si va a poder mi doctor

Lo beso en la boca vorazmente, dejándolo prácticamente sin aliento se abrazaron sintiendo la piel del otro, conduciéndolo lentamente a la cama lo recostó con cuidado para luego montarse a horcadas sobre él. Comenzó con besos lentos y caricias suaves, fue bajando lentamente por su cuerpo recorriéndolo con sus manos y sus labios

Cuando llego a la cintura y fijo su mirada en la virilidad de él, se mordió los labios no sabía si sería capaz de hacerlo, había leído que en las relaciones se podía practicar, pero ella no estaba muy segura. Armando se incorporó y vio la duda en su mirada por eso la atrajo hacía él y la beso en la boca

A: Yo jamás te obligaría a hacer algo que no quieras ¿Lo sabes no?

B: Es que quiero hacerlo, pero no sé cómo -contrariada-

A: Amor hazlo como te nazca y te aseguro que lo disfrutare

Ella le sonrió y nuevamente comenzó a bajar por su pecho, besando su ombligo para llegar a su bóxer. Metió dos de sus dedos en el borde de este y lo bajo con lentitud. Él solo la dejo hacer mientras la miraba con los labios entreabiertos imaginándose lo que pasaría a continuación

Ella levanto la mirada encontrándose con la de él y sin dejar de mirarlo tomo su masculinidad en sus manos, el simple toque de sus manos hizo que él soltara un gemido, pero cuando noto que ella comenzaba a acariciarlo de arriba abajo con lentitud se inclinó hacia atrás

Ese gesto de él le dio la seguridad que ella necesitaba, por eso sin demorarse más paso la punta de su lengua por toda la extensión de su intimidad, pero el gemido que emitió le dio aún más seguridad así, que termino por introducirlo en su boca.

Armando se aferró a las sábanas con fuerza jamás se le cruzo por la cabeza que ella haría algo así, siempre que estaban juntos reinaba la ternura, algunas veces la pasión, pero ahora era el deseo incontrolable que ambos sentían