(❗) Humillar en público

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El corazón de Lizzie estaba completamente roto y en una salida que tuvo con Cody llena de humillaciones y malos tratos tomo la iniciativa pidiéndole:

—¡Deja de hablarme así Cody! ¡No soy estúpida! 

—Oh cariño, claro que lo eres —le dijo con severidad.

Lizzie estaba apunto de propinarle una cachetada, cuando entonces el celular de Cody sonó, él sonrió forzadamente y saludo con cortesía e incluso le dijo bonita y preciosa a la mujer con quién hablaba.

Colgó y Lizzie lo miraba confundida.

—¿Qué? —preguntó.

—¿Bonita? ¿En serio? —preguntó, aún eso ya no eran celos sino que Lizz se sentía lo suficientemente dolida como para acabar con todo de una vez, Cody estaba engañando.

—Solo es una chica que conocí, no tiene importancia —tomo su mano y Lizzie de inmediato se zafó en un solo movimiento —¡Ay no seas ridícula! ¿Quién más va a quererte?

La gente comenzaba a verlos.

—Déjame ver si entendí… ¿Crees que voy a aguantar que me seas infiel porque según tú nadie más va a amarme?

Él asintió mirándola con frialdad.

—¿Desde cuándo te estás acostando con otra? ¿Anoche… —ella estaba llorando de nuevo.

—Anoche me acosté contigo y unas horas antes me acosté con ella ¿Cuál es el problema? —le respondió Cody con un cinismo fuera de cualquier límite.

La chica pelirroja no lo aguanto más y de pronto su mano estaba golpeando la mejilla de Cody, le dió una gran cachetada y le gritó:

—¡TERMINAMOS!

Ella camino con velocidad y el la siguió diciéndole:

—¿Es en serio? ¡Vas a volver arrastrandote! Porque eres una inepta que no puede hacer nada si no tiene un hombre al lado ¡Me necesitas!

—No importa cuánto te haya amado Cody, ya no más ¡No te quiero en mi vida! ¡Ya no te amo! —dijo la chica volteando hacia el castaño para luego darse la vuelta.

—Bien, como quieras ¡Estúpida!

Los meses pasaron y el rompimiento había sanado bastantes heridas que las palabras y actos de Cody habían provocado en Lizzie.

También le alegraba que Helen pudiera ir a su casa a cualquier hora, ya que Helen era por así decirlo un gran amigo, él cuál se encargaba de hacerla feliz, de hecho Lizzie tenía la sospecha que él tenía cierta debilidad por ella.

Un día mientras Helen le pidió a Lizzie que fuera su modelo y termino su pintura, Lizzie decidió preguntarle ¿Por qué quieres que sea tu modelo?

—¿Qué por qué, eh? —rasco su cabeza —… Eres encantadora y creo que eres… eres… —estaba sonrojandose —uns obra de arte, la más hermosa que he visto.

Deberías cuidarte más, a este paso pensarás doscientos kilos y vivirás en mi sótano.

Las palabras de Cody aún resonaban en su cabeza, así que negó con la cabeza.

—Granadita, creo que no lo entiendes —Helen bajo la mirada —Para mi tú eres el nivel máximo de belleza en este mundo, desde tu bello cabello rojo, tu suave piel rosada y esos ojitos avellana tan hermosos... Lizz...

Ella se abalanzó sobre él y lo abrazo acurrucándose entre sus brazos, hacía tanto que nadie le decía que era linda.

Helen subió su linda carita con uno de sus dedos y le dió un pequeño beso en los labios.

Ella lo miro sonrojada y con sus grandes ojos curiosos llenos de confusión. 

—Lo siento, no debí... yo no... Lizzie no me odies —le pidió totalmente avergonzado.

Lizzie lo abrazo nuevamente y sonrió mirándolo con ternura.

—No te odio Helen, es solo... —ella sonrió con nostalgia —hace mucho que no tenía un beso tan lindo.

Hubo un silencio y Helen pregunto con cierta timidez:

—Puedo... ¿Puedo hacerlo de nuevo?

Ella asintio y ambos se besaron otra vez, Helen lo hizo despacio era un beso dulce y cargado de todos los sentimientos del pelinegro.

Hacia mucho tiempo que Lizzie no se sentía amada.

Violentometro || X-virusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora