Violentometro || X-virus

(‼️‼️) Caricias agresivas

Cody decidió salir con Lizzie y llevarla con los proxys sabía que ella necesitaba hablar con alguien más. Pero ella ya estaba completamente rota, era bastante notorio el deterioro de su salud tanto física como mental.

Lizzie hubiera preferido quedarse en su casa y dormir todo él día, era lo único que hacía últimamente, despertarse a cocinar, bañarse y volver a la cama, ella lo tomaba como un escape de esa horrenda realidad. Realidad en la cual su príncipe se había convertido en un monstruo.

Kate intentaba platicar con ella, pero ella respondía con monosílabos.

Tim quien la observaba de lejos parecía tener bastante que decir al respecto.

Claro, eran asesinos y en su caso era completamente forzado así que ver el maltrato que Cody le daba a Lizzie era abrumador par el fumador.

—¿Puedo ir al baño? —le preguntó a Cody. Él asintió y ella se desapareció unos minutos.

El silencio se apoderó de la habitación hasta que fue roto por Toby quién rápidamente cuestionó a Cody:

—¿No la amabas?

Él arqueó la ceja y respondió:

—La amo.

—¡NO MAMES CODY! ¡Estas matando a la mujer que supuestamente amas! —le gritó Tim.

—Tú que vas a saber de amor Masky, nadie te a querido nunca.

Lizz salió del baño y Cody se apresuro a llevar a su antigua habitación, ella solo miraba hacia el suelo y se atrevió a hablar.

—¿Esta es tu antigua habitación? —preguntó, su voz era algo fría.

—Sí y no sabes cuántas veces te imagine aquí —admitió.

—Cody... 

—Vamos, solo será un poco mi niña —la puso contra la pared y beso su clavícula para ir bajando lentamente a su cuello.

Ella lo intento separar, pero este la empujó con algo de fuerza lastimando ligeramente su espalda, ella dió un pequeño chillido y le suplico que se detuviera.

—Deja de chillar, te aseguro que te encantará —mordio su cuello y ella gimió dolorosamente.

Ella seguía resistiéndose, molestando a Cody quién comenzaba a morder de forma más agresiva aparte de rasguñar un poco sus piernas.

Mientras él intentaba poseerla nuevamente sintió como mojaba su camiseta con sus lágrimas. Se alejó y ella se deslizó por la pared hasta caer de rodillas en el suelo.

El castaño se puso a su nivel y tomó sus manos, para comenzar a disculparse.

—Florecita, lo siento... yo, yo no sé que me ocurre cuando estoy contigo, lo único que quiero es tu amor y tu atención y al ver que no puedo conseguirlos me vuelvo loco y actuó como un maldito idiota, yo... Lizzie, lo siento...

Ella pone su mano derecha en la mejilla de Cody.

—Si me amas déjame libre... —dijo aún con lágrimas en los ojos.

Cody lo medito unos segundos aún sosteniendo sus pequeñas manos, para terminar diciendo:

—No...