Entre el Cielo y el Infierno

Parte XIV

----¿Porqué tiemblas Jungkook?
---- No estoy temblando--- contestó Jungkook sonrojándose.
---- Sí lo haces. ¿Tienes frío? Voy a abrazarte más fuerte para que no lo tengas.----Taehyung sin pensarlo dos veces se pegó aun más al pecho de Jungkook, sus piernas fueron hacia las del contrario y sus manos atravesaron su cintura.
Jungkook, al verse envuelto en tal situación temblaba aún más, pero no era el frío quien causaba tal estado en él, era el mismo Taehyung quien había puesto al chico en esa situación. Su cuerpo pedía el contacto con el ángel, más el sabía que no podía corromper a tal ser angelical con sus pensamientos sucios.
Sutilmente apartó las manos de Taehyung y se sentó a la orilla de la cama.

Taehyung estaba confundido por la actitud del pelinegro.----Jungkook ¿ Te he molestado en algo? ¿Hice algo mal?

---- No mi ángel, tú jamás harías algo mal. Soy yo quien tiene que vivir con demonios que aún atormentan mi ser.

---- Pero sabes que aquí no pueden venir demonios, Jin dijo que este es como un lugar sagrado.

---- No me refiero a demonios físicos mi ángel. Como te explico.!----- Jungkook puso su mano sobre la barbilla de Taehyung y luego lo beso apasionadamente, introdujo su lengua haciendo que el ángel retrocediera de inmediato.

---- A eso me refería Taehyung, mi cuerpo me pide más de tí, siente lujuria al verte tan delicado, y no quiero hacerte daño. Yo jamás me perdonaría si llego a lastimarte.

----Jungkook, tú....

---- No tienes que decir nada precioso, lamento haberme puesto así, soy un tonto. Solo dame unos minutos y regresaré a tu lado. ¿De acuerdo?

Jungkook salió de la habitación y rápidamente entró al lavabo más próximo. Su cuerpo estaba caliente, su intimidad estaba deseando el cuerpo de su amado. Pero Jungkook jamás se perdonaría el causarle algún daño a su precioso ángel.

Sus manos bajaron rápidamente su bermuda y su ropa interior, tocaron su erecta prominencia y se dispuso a manipularla, suavemente al inicio,  luego al recordar los hermosos labios de su amado sus manos desbordaban éxtasis y ligereza. Hoooo!!! cuanto deseaba Jungkook tener a Taehyung entre sus manos.

Estaba tan sumergido en sus pensamientos que no había notado que Taehyung lo había seguido hasta el baño, y fue hasta que este tocó su espalda que él se dio cuenta de sus actos morbosos.
Taehyung estaba viendo como se masturbaba mencionando su nombre.

----Taehyung ¿Qué haces aquí?----Jungkook se ahogo en un grito.

---- quería ver si te pasaba algo, luego escuche que me llamabas y entré----Taehyung miraba la desnudez del pelinegro--- yo, yo---Taehyung tragó saliva al ver el miembro de Jungkook, sus mejías ya no podían estar más rojas. Había visto todo.

----perdóname Taehyung--- Jungkook tapó con las manos su intimidad.--- soy un tonto. Solo que al tenerte cerca quisiera tocarte de mil maneras, quisiera.....

Jungkook no había terminado de pronunciar sus palabras cuando Taehyung se abalanzó hacia el rodeando sus brazos alrededor del cuello de este y besándolo apasionadamente.

El beso se intensificaba y la respiración  de ambos era más agitada.
Taehyung tomó la mano de Jungkook y la puso sobre su miembro. Este se sorprendió al sentir la erección de Taehyung.

---- ¿Ves que a mi también me pasa?. Al principio pensé que estaba enfermo. Pero solo me pasaba cuando sentía tus besos y caricias. Ahora puedo entenderte, es algo que quema por dentro. ¿te pasa a tí también cierto?

---- Mi bello ángel, no quiero hacerte daño

---- Tú nunca me harías daño Jungkook, eso lo sé perfectamente. Tal vez ahora no estoy preparado para experimentar todo lo que estoy sintiendo, pero se que poco a poco tu me enseñarás. Mientras quiero que aliviemos ese sentimiento y no nos sintamos culpables de nada, porque se que lo que hacemos lo hacemos por amor y no por lujuria.----Taehyung tocó el rostro de Jungkook.

----¿Sabes lo que significa eso verdad?---Jungkook preguntó.

----Solo he visto, pero nunca lo he experimentado.

---- Eres lo más hermoso que tengo en mi vida y te amo. Siento que si te toco así como estoy puedo dañarte. ------Jungkook besó la frente de Taehyung.

---- ¿hay alguna forma en la que pueda complacerte sin que me dañes?----Jungkook quedó perplejo por la pregunta que Taehyung le hacía y de repente sintió mucha vergüenza al verse sin ropa interior frente a él. ---- Ahora yo también estoy temblando Jungkook, somo sólo dos seres que se aman.

---- No mi ángel. Tu no estas para complacerme, yo nací para complacerte a tí.----- Y diciendo esto, Jungkook beso de nuevo a Taehyung esta vez de una forma diferente. Apasionado pero no eufórico. Sus labios sabían exactamente cuando abrirse, cuando cerrarse. Sus cuerpos chocaron al unísono. Jungkook tomó entre sus brazos a Taehyung y éste entrelazó sus piernas entre la cintura de éste para un mejor agarre. Jungkook llevó a Taehyung a la habitación y lo recostó suavemente en la cama.

Lentamente quitó la playera que cubría el torso del ángel dejando expuesta su suave y delicada piel, Taehyung no podía descifrar aquella sensación que sentía cuando Jungkook besaba su pecho, y ni hablar cuando llegaba a su cuello. Era una sensación exquisita, sublime, e indescriptible.

Su cuerpo estaba desconectándose por primera vez de su conciencia y era Jungkook quien lo poseía en ese instante, solo bastaba un suave toque para que hiciera su voluntad.

Jungkook estaba complacido de ver aquel panorama de ensueño, todo aquello le parecía irreal, pues nunca nadie había logrado que su cuerpo expresara sensación de deseo y satisfacción. El solo hecho de mirar a su amado en esa cama, respirando agitado y proclamando su nombre, lo hacía llenarse,........ ¿de que?, aún no lo sabía, sólo sabía que dependía tanto del amor de ese ser divino que no dudaría un segundo en entregarle su vida entera.

Taehyung soltó un suave gemido al ver que sus prendas íntimas rodaron por la cama y era Jungkook quien se había desecho de ellas, no podía comparar aquel sentimiento de vergüenza y éxtasis, observó como los ojos de Jungkook lo veían con delicadeza  y un poco de morbo, vió claramente cuando este se acercó a su miembro y lo introdujo en su boca.

----Ohhh! Jungkook!!!----Taehyung echó su cuerpo hacia atrás, aquello se sentía tan......tan bien, sentía su cuerpo erguido por la sensación tan cálida y húmeda en su miembro.

Jungkook acariciaba con sus manos el vientre y las caderas de su amado ángel, mientras lamía y succionaba la longitud del éste. Aquello era sin dudas el momento más erótico que había experimentado en toda su vida, su ángel era era algo divino, algo sublime y majestuoso. Aunque estuviera tumbado en esa cama no podía corromperse. Sus mismas pieles que adornaban aquel cuerpo resplandecían por el sudor de lo deseado, ardían y sucumbían ante el tacto, se arqueaban y se desvanecían en pequeños espasmos que su toque provocaba. Sí, Jungkook deseaba poseer aquel cuerpo divino, pero el hecho de tenerlo todo dentro de su boca era suficiente. Sintió como una de las manos de Taehyung se posicionó sobre su cabeza, haciendo que este acelerara las succiones. Podía sentir como aquello quería fluir, podía sentir dentro de su boca la palpitaciones que ya se hacían venir; tomó con su mano su miembro erecto y comenzó a frotarlo una y otra vez al compás de las succiones que le hacía a Taehyung. Agitados, uno gimiendo y el otro haciendo arcadas profesaban con acciones sus sentimientos. Sí, Taehyung sucumbió al momento de sentir su excitación venirse dentro de la boca de Jungkook y este tocó el mismo cielo al sentir la miel que emanaba aquello que consideró el mejor manjar que había saboreado.

Sus cuerpos habían expresado de la manera más sensibles sus sentimientos, en el acto no existieron palabras de amor que entorpecieran sus almas encontradas, podían sentir con solo sus miradas que se pertenecían uno a otro y para ellos eso era perfecto.

No se necesitó encender velas ni perfumar la habitación para sentir el olor afrodisíaco del sexo, con sus pieles desnudas se enviciaron del mejor perfume, de la mejor fragancia; aquella fragancia que solo ellos podían crear, una fragancia perfecta.

No fue necesario elogiar con flores que se marchitarían o algún recuerdo que luego se desvanecería en algún lugar;  solo bastó con entregar el sentimiento a través de sus bocas, de sus pieles, de su sudor. Para ellos no era necesario nada más, porque ahora se pertenecían aún más, se entregaron con el corazón. Uno porque nunca había sentido amor y otro porque nunca había experimentado el amor, y porque en sus almas se necesitaban uno a otro.