El proceso para reemplazar toda la sangre era algo que nunca se había realizado. Sakura sabía que esto implicaba todo un reto, poder completar o si quiera comenzar la idea que se había instalado en su cabeza era sumamente complicado, pero no podía solo quedarse mirando como alguien tan joven moría poco a poco y mucho menos si ese alguien era su amiga.
La única opción para Tsunade por el momento era realizar el procedimiento que la peli-rosa proponía, pero incluso ella estaba preocupada por implementar esta idea, cualquier error dejaría a una niña sin suficiente sangre circulando por su cuerpo lo cual provocaría que sus órganos colapsen uno a uno hasta que su corazón se detenga, estaban apostando todo.
— Entonces es la única forma— Kakashi no estaba aseguro de querer que su hija corriera un riesgo tan grande, pero en el fondo sabía que no intentarlo podría ser un error.
— Es lo único que se nos ocurre, no hay más indicios, si no es esto no podremos hacer nada por ella— Tsunade se mantuvo firme, apoyaría a su discípula.
Akira permanecía con los ojos cerrados dentro de un profundo sueño, aunque respiraba con dificultad y parecía que era doloroso hacerlo, estaba cada día peor, y en las últimas horas ni siquiera había podido beber agua.
Kakashi la miro durante un momento y se preguntó a si mismo si era lo suficientemente fuerte para perder todo de nuevo.
— Ella podría morir— Kakashi no estaba cediendo.
— Ella podría salvarse— Sakura lo corrigió.
El procedimiento comenzó por la mañana cuando le dieron algunas dosis de anticoagulante a Akira, eso evitaría que su sangre se torne espesa y dificulte el procedimiento que estaba por iniciar.
Sakura comenzó poniendo una intravenosa a la altura del estómago de la chica, eso le permitiría extraer la sangre poco a poco hasta el punto indicado para comenzar a introducir plasma de vuelta al delgaducho cuerpo de la niña.
El proceso estaba resultando bien, aunque Tsunade seguía nerviosa ya que podía notar como el chakra de la niña se desestabilizaba por momentos, Sakura sudaba bastante pero se mantenía firme con sus manos incrustadas en el pecho de Akira tratando de impedir que su corazón se detuviera, pequeños y suaves apretones ayudaban a hacer circular la sangre y reducían la carga de trabajo al órgano palpitante.
Pasaron casi tres horas, el proceso estaba a punto de culminar y definitivamente la revolución médica que estaba sucediendo en ese momento pondría a Sakura Haruno en el nombre de muchos libros ninja. Sakura extrajo sus manos del pecho de Akira, casi había agotado su propio chakra, pero estaba sumamente satisfecha de poder ver que lo había logrado.
La mañana siguiente Akira aún no había despertado, su estado podría decirse que era incluso peor que antes de la riesgosa operación, esa había sido su última oportunidad, no había nada más que hacer, o quizá sí, podían esperar un milagro.
Kakashi se había mantenido junto a la cama de hospital, entre el olor a antiséptico y el vaivén de las enfermeras, estaba ¿triste? No, ese hoyo en su pecho no podría describirse como una simple tristeza, estaba destrozado, desquebrajado, de pronto se volvía a ver a si mismo de niño lidiando con tantas cosas que era imposible no ponerse a llorar.
Si Akira no despertaba, si lo único que aún conservaba se marchaba dejándole atrás, no quería pensarlo, pero en momentos como esos, no podía encontrar ninguna distracción, nada que pudiese hacerle olvidar el hecho de que en su pecho un agujero le atravesaba.
Unos dedos, delgados como carrizos que crecen a las orillas de un claro rio le tocaron suavemente la mejilla, Akira hacia su mejor esfuerzo por elevar su brazo el cual estaba repleto de agujas y vendajes de seguridad.
— Lo siento ¿Lo entiendes? — la voz débil apenas alcanzo los oídos del mayor.
Y las lágrimas bajaron con prisa por las mejillas pálidas de ambas personas en aquella habitación, los sollozos se intensificaron a cada segundo y el suave murmullo de un "lo siento" se extendió hasta los oídos de Sakura quien observaba desde el lumbral de la puerta. Los ojos de la peli-rosa se llenaron de agua y pronto se puso a llorar, quizá estaba feliz o solo era la tensión acumulada disolviéndose, no estaba segura, pero no podía dejar de gimotear como una niña pequeña.
Tsunade observaba de lejos y solo se acercó para llevarse a su alumna consigo y darles un poco más de privacidad a la familia, sonrió de lado, estaba aliviada de que la pequeña tramposa estuviese bien. Después de esas horas angustiosas y no poder ver una mejoría esto definitivamente era el milagro que estaban esperando.
— Lo siento, lo siento, lo siento—
— Estaba tan preocupado, cuando no abrías los ojos, tu fiebre subió de repente— metió las manos entre la cama y la espalda de la niña atrayéndola en un abrazo protector— Dejaste de respirar muchas veces y apenas podía sentir latir tu corazón—
Akira se sujetó con toda la fuerza que su debilitado cuerpo le permitía a la ropa del ninja platinado, sus vista estaba borrosa, la respiración se le dificultaba, su piel ardía al tacto, y su corazón palpitaba tan rápido que el choque en su pecho le provocaba dolor, pero probablemente nunca se había sentido tan protegida al recibir un abrazo.
Hey !
Volveré poco a poco a actualizar también otras historias, pero para no llenarme de trabajo comenzaré primero con esta.
Muchas gracias por esperarme, espero llenar las expectativas.
¡Los extrañe!
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Padre [Libro 2]
FanficSecuela de "Papá" Leer el libro 1 antes de leer este para entender la trama. ❝No es simple, Kakashi tiene una hija.❞ Akira quiere romper la maldición que lleva consigo, pero antes de eso tendrá que sanar las heridas de su alma y quizá entonces pueda...