Hoy era un nuevo día, uno muy especial a su manera. Se le asignaría su equipo junto a un nuevo profesor, que les instruiría a ella y a otros dos compañeros. No había mucha sorpresa, cómo no recordar el mitiquisimo "Equipo 7". La emoción le invadía el cuerpo al solo pensar que ella pasaría a formar parte de él.
Vestía una chaqueta de color negro con cuello, con la cremallera subida hasta la clavícula, dejando ver la placa de metal con el símbolo de la aldea que permanecía atado en su cuello. Detrás de la chaqueta estaba bordado el logo del clan Uzumaki, el cual portaba con orgullo. De los hombros hasta las mangas bajaban dos líneas de color naranja por los lados.
A su vez llevaba unos pantalones anchos grises con un ligero tono azul llegando a los tobillos. Y para acabar, en sus pies sandalias ninja oscuras que dejaban al descubierto el talón y los dedos.
Al abrir la puerta del aula se encontró con un curioso escenario. En medio del pasillo, una reñida pelea entre todas las chicas presentes, excepto Hinata que permanecía sentada en su sitio. Batalla que parecía haber empezado a causa de Ino, porque estaba en medio de todo el jaleo con todas las féminas en su contra. Justo al lado de la pelea estaba lo que parecía ser la causa de dicha guerra, una mesa en la que había un sitio libre, mesa en la que estaba sentado Sakurai, lo más cerca de la ventana que podía. Mirando la pelea que se estaba librando con una sonrisa y ojos de desinterés. A su lado, en el medio de la mesa y al lado del pelirosa se encontraba el que las chicas consideraban el más atractivo de la clase, seguido por el Haruno. Por cierto, el motivo de la pelea era que Ino quería sentarse en esa misma mesa, pero todas se lo impidieron queriendo ser una de ellas la "afortunada".
Con el sueño de recién despertada que llevaba encima, Minako se fue directa a un sitio donde sentarse. Lo cierto es que esa noche no había podido dormir muy bien, pero no era como si lo importara mucho, de todas formas esta mañana tendría que esperar varias horas por culpa de su nuevo profesor tuerto.
— Buenos días. — dijo en un bostezo sentándose al lado de su mejor amigo como si nada mientras colocaba su cabeza cómodamente encima de sus brazos para descansar un poco en el pupitre.
— ¿Que hacer aquí dobe? — le dirigió la mirada como si estuviera haciendo una estupidez. — La reunión es solo para los que se graduaron.
La aludida sonrió burlonamente para contestarle. — Vaya, no lo sabía. Menos mal que ya soy ninja. — alzó ligeramente la cabeza para que pudiera ver la bandana colgando en su cuello. — Qué mala suerte teme, tendrás que aguantarme un poco más de tiempo 'ttebayo.
— ¡OYE MINA! — gritó una rubia de pelo largo recién acabada la pelea. — ¡Yo he llegado antes así que yo quiero sentarme al lado de Sasuke! — seguido de ella todas las chicas empezaron a exigir lo mismo que la anterior.
— Una verdadera pena Ino, yo me senté antes. — dijo sin tomarse en serio a su amiga riéndose de ella, levantando su cabeza, porque al parecer hasta que llegara Iruka no podría descansar.
— ¡Eso no es justo! — opinó una extra que para variar está disconforme con que la rubita de la clase se sentará al lado de su amor platónico.
— ¿Y por qué no se lo preguntamos directamente? — se giró mirando hacia al azabache con ojos llenos de diversión, los que solo podías ver cuando estaba con sus amigos. — Sasukee~ ¿Prefieres que alguna de estas chicas se siente a tu lado antes que yo? — le dirigió la palabra como si fuera una de sus fans que suspiraban por él. Cosa que obviamente incomodó a la pobre víctima de la situación.
— Claro que no. ¿Qué clase de pregunta estúpida es esa? — respondió indignado. — Y no me hables así, es desagradable.
La chica se giró para darles el alegre comunicado a sus compañeras. — Ya habéis oído princesas. Fu fu. — dijo haciendo el gesto con la mano como si estuviera echando a un perro.
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Minako // Una nueva vida
FanfictionEl futuro que creía conocer era mentira. ¿Qué sucede cuando sabe el porqué todos la odian? Una niña nace en lugar de Naruto. Pareciera que el propio mundo la odia cuando todas las catástrofes la quieren de testigo. Cuando no tienes a nadie que te pr...