¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Abrió los ojos lentamente, le pesaban demasiado, trato de mover sus extremidades pero solo sintió más dolor, así que solo se quedó quieto. Mantuvo sus ojos entrecerrados, pues la luz del sol que entraba por la ventana le jodida aún más.
Inspeccionó atentamente donde estaba, no era su habitación obviamente, estaba más adornada y había poco espació. Sus ojos terminaron en la puerta, dónde alcanzo a ver un leve movimiento en la perilla, segundos después está fue girada y la puerta abierta.
Su pecho sintió alegría de golpe y un enorme alivio, incluso en su demacrado rostro se logro ver una minúscula sonrisa.
— Luzu —. Musito con una voz ronca.
El mencionado lo miro con una sonrisa y una mirada cálida, camino a zancadas hacia el.
— Auron, ¿Cómo estás? ¿Te duele algo? — murmuraba evitando alzar la voz, no sabía que tanto podía afectarle los sonidos fuertes. Acariciaba su cabello despacio.
— Me siento de la mierda ¿Estoy en tu casa? — pregunto volviendo a mirar a sus alrededores.
— Si, Dequiv te trajo — Auron volteó a verlo, ya recordaba, se encontró a ese hombre cerca de su casa, hablaron un poco y después ya no supo nada.
— Cierto, Agh —. Se quejó aguantando el dolor para poder sentarse en la cama, con la ayuda de Luzu. Soltó un suspiro exhausto. — ¿Dónde esta el?
— Afuera, viene en un rato ¿Sientes algo? Se sincero Auron —. Cambio el tema mirándolo atentamente.
— Me duele todo, incluso los ojos —.
Luzu soltó aire, sentándose en la cama evitando tocar al castaño oscuro para no causarle dolor.
— Escucha Auron, se que es sorpresivo y que apenas te despiertas pero, necesito decírtelo... — el nombrado volteo a verlo curioso.
— ¿Que pasá?
— Auron, esto obviamente no es normal, los dolores y síntomas que has estado pasado, no son de una enfermedad... Y no, no trates de mentirme —. Se apresuro a decir al ver las intenciones del de mechón de excusarse, al oír eso calló.
—... Está bien ¿Que es entonces?
— Es algo que tampoco entiendo, pero aún cosa es segura...— se levantó para destaparlo y levantar su camisa —. Te está consumiendo...
Los ojos avellana de Auron vieron su abdomen con asco, bajo su camisa rápidamente y debió la mirada.
— ¿Ya sabías que eso estaba ahí? — pregunto Luzu al ver su reacción.
— Está mañana... — el de sudadera negra revolvió su cabello estresado, soltó aire una vez más, su amigo no tenía remedio, ni alcanzó de preguntarle por qué no pidió ayuda.
