[CAPITULO VII]

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Auron miro unos segundos más la pequeña tarjeta, se esforzó en hacer su letra de otra manera para que la rubia no se diera cuenta de que era el

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Auron miro unos segundos más la pequeña tarjeta, se esforzó en hacer su letra de otra manera para que la rubia no se diera cuenta de que era el.
Con ayuda de la hermana de Biyin, harían llegar ese ramo de flores, obviamente pidieron el silencio de la castaña.

En la tarjeta venía un pequeño juego de palabras, por no decir que era un poema mal hecho junto al lugar y fecha de encuentro.
Sonrió conforme al ver el resultado, sostuvo con delicadeza de no arrugar la tarjeta, volteo atrás suyo donde estaba Dequiv terminando de envolver los tallos de las rosas.

Este alzo la vista y asintió, confirmando que ya estaba listo.
Ambos se levantaron del suelo y caminaron hacia el otro, Auron miro el ramo perfectamente envuelto, dejo la tarjeta entre las flores donde fuera visible de ver.

El de máscara le entrego las rosas, cualquiera que viera escena pensaría que se trataba de una pareja dándose regalos.

Al tener entre sus brazos el ramo, el castaño no pudo evitar alzar la mirada y ver la máscara de su acompañante, un deseo surgió dentro de el, ver el rostro que tanto escondía.

Estaba apunto de decir algo pero la puerta sonó, Auron rápidamente fue hacia ella, al abrirla se encontró con cierta castaña, quien tenía su habitual expresión amigable.

— Hola Auron, hola Dequiv —. Saludo Ari con una sonrisa —. Vengo por las flores.

— Si, aquí están — se las entregó —. Por favor evita decirle quien se las mando.

— No te preocupes, no diré nada, espero que tú y mi hermana solucionen las cosas —. Auron sonrió al oír aquello, se despidieron y cerro la puerta.

Volteo y alcanzo a ver cómo su acompañante se estiraba, al parecer estaba cansado.

— Será mejor que descanses, me ayudaste bastante hoy —. Sonrió apenado.

— Descuida, ¿Necesitas algo más? — El de mechón negó.

— Si quieres ya puedes irte a descansar, ya casi anochece —.

— Vale —. Soltó un bostezo, al ver la puerta de retina abierta no dudo en pasar para salir.

— Dequiv, gracias —. Murmuró —. No es que quiera abusar de tu amabilidad pero, ¿Puedes venir mañana?

— ¡Claro! No tengo ningún problema, nos vemos —. Se despidió alzando la mano.

 Se despidió alzando la mano

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 ❝¿𝑀𝑒 𝑎𝑚𝑎𝑠?❞ ❯ 𝙳𝚎𝚚𝚒𝚞𝚟𝙿𝚕𝚊𝚢 ❮ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora