Our Red War ( Eddsworld - TomTord )

Perfect World

El reloj marcaba las 6:30 a.m. Tom estaba sentado contra la pared, había cerrado los ojos y acabó durmiéndose. Al despertar le tomó tiempo mantener los ojos abiertos, sintiendo esa fea sensación al desvelarse. Se frotó los ojos y se levantó para estirarse. Frente a él estaba una mesa llena de herramientas, tuercas, cables y otras cosas que se usaron. El lugar estaba hecho un desastre, pero afortunadamente lograron terminar. Buscó a Tord con la mirada mientras aún se despejaba. Llegó a una habitación donde habían muchas vitrinas con sustancias que no pudo identificar. Ahí en un enorme escritorio estaba Tord con lentes protectores haciendo algo parecido a un complejo experimento de química con líquidos extraños, muestras, tubos de ensayo, jeringas y más.

-Despertaste.- Habló Tord para quitarse la incomodidad de tener a Tom mirándolo desde atrás.

-¿Cuánto tiempo dormí?- Se acercó al escritorio.

-Una hora.- Aplicó otra sustancia, agitó un tubo y tomó anotaciones. -¿Quieres dormir otro rato?-

-No. Deberíamos estar saliendo de aquí.-

-Cuando termine esto. Debo ser cuidadoso.- Susurró lo último mientras observaba con detenimiento.

-No entiendo cómo lo haces.-

-¿Hacer qué?-

-Todo esto- Tom señaló con ambas manos la mesa y el resto del lugar. -Eres estúpidamente brillante y ágil con estas cosas.-

Tord sonrió por el punto de vista que Tom tenía sobre él.

-Me pone incómodo que mezcles nuestra sangre para Edd.-

-No será directamente nuestra sangre, solo estoy extrayendo lo que necesito.-

Un repentino silencio hizo girar a Tord, dándose cuenta de que Tom tenía un rostro preocupado, ojos melancólicos y ceño fruncido. Presionó sus manos contra la mesa mientras bajaba la cabeza.

-¿Y si no funciona?- Dijo Tom.

-Funcionará, lo prometo.-

Tom cerró los ojos con fuerza mientras se aferraba a la mesa. Tord podía sentir como Tom se estaba desmoronando, pues ambos son amigos de la misma persona. En una guerra puedes tomar un arma y tomar la decisión si disparar o no a una persona que solo tiene otra arma y la decisión de hacer lo mismo, es muy simple. Pero cuando una persona está enferma el cuerpo se vuelve una zona de guerra y tú estás afuera solo mirando sin poder disparar a lo que sea que le esté haciendo daño.

-Tom...- Su voz dolida no se alzó lo suficiente para que el otro lo escuchara.

Ya era suficiente sufrimiento. Ni secuestros, ni peleas, ni incendios podían hundirlos como la situación que más les estaba afectando. Tord supo que Tom estaba cargando con eso desde antes de ir a buscarlo, estaba pensando en eso cuando sus manos tomaron la de Tom y la acercó a él mientras bajaba la cabeza y cerraba los ojos con fuerza.

-Va a estar bien. Va a estar bien. Va a estar bien- Susurró con dificultad para tranquilizar a Tom.

Tom sorprendido, sentía el toque cálido de la única mano sana de Tord más el metal frío de la mano mecánica. Aún así el aliento de Tord que rozaba su mano alejaba el frío. Él nunca habría hecho ese tipo de contacto antes, ahora lo tenía con su frente pegada a su brazo mientras intentaba consolarlo. Era lo que necesitaba para volver a tener esperanza. Junto su otra mano para ponerla sobre las de Tord, quien levantó su mirada con ojos algo brillosos. Los abrió más cuando se encontró a Tom con una sonrisa. Tord lo miró y también sonrió, aún para los problemas a los que se tenían que enfrentar después, se sentía feliz. Al paso del viaje lograron aprender a confiar en cada uno, tarde, pero lo lograron.