The Duet

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Sonó la alarma del teléfono de la chica, con pereza la apagó casi tirándolo.

-¿Dormí demasiado?- Susurró frotándose los ojos.

-Diría que es temprano- Se escuchó una segunda voz a los pies de Lucy.

La chica se paró lo más rápido que pudo sometiendo del cuello a las dos personas que estuvieron sentadas a la par suya. Éstos se asustaron, sin embargo Lucy los reconoció al instante, eran Paul y Patryk, aún así no los soltaba. Se mantuvo así ignorando las miradas de los empleados del hospital.

-Usted es parecida al señor Ridgewell. Tienen el mismo carácter y ojos sorprendentemente peculiares.- Señaló Patryk tratando de hacer que sonara como un cumplido mientras miraba a los ojos de la chica que pasaron de grises a un color naranja similar al del suéter. Lucy optó por que ellos no eran una amenaza y los soltó.

-¿Y qué hacen aquí?- Preguntó Lucy mientras se cruzaba de brazos.

-Nuestra base temporal fue atacada. Aparecieron traidores en nuestra armada.- Respondió Paul.

-¿Base temporal? Creí que esa era la real.-

-Si, la original está en Noruega. Ésta era como una extensión.- Terminó de aclarar Patryk. -Cuando fuimos atacados Tom tomó a nuestro jefe y lo salvó pero ya no supimos qué pasó. Íbamos a buscarlos pero aún no estábamos fuera de peligro. Perdimos el rastro.- Patryk sonaba preocupado.

-Si me pagaran bien haría lo que fuera para encontrar a mi jefe- Lucy volvió a sentarse.

-Lo hace- Respondió Patryk -Pero ésta vez...- Miró a su compañero.

-Nos sentimos algo impotentes.- Completó Paul.

-¿Acaso Tom les dijo algo?- Miró a Patryk que estaba cerca de ella y después a Paul.

Ambos soldados intercambiaron miradas y luego a la chica.

-El señor Ridgewell hizo algo peligroso.- Patryk sonaba algo preocupado.

Lucy cerró los ojos por un momento, no quería preguntar. Sabía cómo era Tom, algunas cosas no se las pensaba dos veces.

-Por cierto ¿Podemos preguntar qué es lo que tiene el joven Gould?- Patryk sacó a Lucy de sus pensamientos.

-Les diré si juran no decirle nada a Tord.- Volvió a levantarse -Sabiendo lo que está pasado no lo quiero cerca.- Caminó hasta la puerta de la habitación. -Edd ya ha tenido suficiente.-

Esa misma mañana un noruego y un británico emprendieron camino por una montaña empinada. Gracias a Tord y su brillante mente malévola sabían hacia dónde ir, no dudó en instalar cosas útiles en su brazo robótico, un mapa en éste caso. Y aunque servía mucho ésta herramienta no podía concentrarse por culpa del hombre que lo acompañaba.

-Tom ¿Podrías quedarte quieto?-

Desde que se despertaron y salieron de ese lugar, Tom no dejaba de hacer estiramientos de espalda, y Tord ya estaba irritado.

-No te quejes, me duele la espalda.- Decidió que ya había terminado y comenzó a caminar normal. -Debí tirarte al piso cuando tuve oportunidad.- Dijo sin mirar al otro.

-No es mi culpa que vinieras hasta acá a arruinarlo todo.-

-Lo diré otra vez, vine a salvarte el pellejo.-

-No presumas.- Tord sintió el fuerte tirón de su brazo lo que casi lo hace caer. Tom lo había tomado para ojear el mapa. -¡Qué molesto eres!- Se soltó.

-Si quieres que me quede tranquilo llévame a un lugar donde podamos desayunar.- No le importaba lo enojado que estaba Tord.

-¿Te acuerdas que debemos permanecer escondidos? La última vez que estuvimos en un lugar público nos atacaron.

Our Red War ( Eddsworld - TomTord )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora