Enamorada de mí misma

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Vivir enamorado de la sed de cambiar tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Puede ser bueno y malo. Por ejemplo, yo viví obsesionada con cambiar porque no me gustaba la persona que era. Con el tiempo, sin haber cambiado quien era, cambié de opinión. Me enamoré de quien era, de porque era así y de como lograría avanzar. Me enamoré de la persona que quería ser en el futuro y en quien me he convertido con mucho esfuerzo y perseverancia. Me enamoré de las ansias de saber, de dejarme moldear por la información y de crecer con la experiencia, de la necesidad de conocimientos. Me he hecho adicta al FUTURO YO que imagino ser cuando ya haya pasado todo lo que quiero aprender antes de vivir lo que tengo planeado (me llamaréis ambiciosa pero sin metas y lucha no se llega a ningún lado). En definitiva, aprendí a amarme y me enamoré de quien fui, quien soy y quien seré.

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