𝐇𝐄𝐀𝐕𝐄𝐍 𝐀𝐍𝐃 𝐇𝐄𝐋𝐋 | El cielo y el infierno
no están tan lejos como yo pensaba.
˖˚˳⊹ pedidos cerrados.
˖˚˳⊹ editando, en proceso nuevamente.
˖˚˳⊹ gotōge, creador de los personajes
pertenecientes al anime y manga.
˖˚˳⊹ créditos a los...
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Uno de los días más ajetreados se estaba formando en aquel momento, el día se consideraba uno de los tranquilos, pero se estaba convirtiendo en un remolino de desastres y estrés.
── Esto no puede ser peor ── murmuró el albino sobando sus sienes viendo como los gemelos mafiosos que odiaba estaba en frente de él en aquella junta que daba el jefe de la mafia japonesa.
── ¿Por qué esa cara, Uzui? ── burló el hombre seguido de una risa de la mujer a su lado.
── Ojalá mueras ── murmuró con fastidio.
Los siguientes minutos fueron los más horribles de su vida, eso fue hasta que llegó su pareja, la domadora que podía controlar a la fiera, como algunos le solían decir.
── Lamento la tardanza, no pensaba venir ── contestó la mujer entrando a la sala de reuniones.
Ella avanzó hasta el asiento disponible a lado de su pareja, quien tenía el rostro levemente fruncido, pero desapareció al ver a la mujer que ama a su lado, tan hermosa como siempre.
── Me alegra que hayas venido ── le murmuró con una sonrisa boba con la vista en el jefe de la mafia japonesa.
── Si sigues frunciendo el ceño te saldrán arrugas ── comentó burlona mirando el perfil del hombre, su hombre.
Él volteó a verla confuso, ¿Cómo sabía que antes de que llegara había estado con el ceño fruncido?, ella rió suavemente al ver la cara que había puesto su pareja.
── ¿Cómo...? ──.
── Tengo mis métodos ── guiñó el ojo coquetamente.
El hombre cambió su postura a una menos formal, cruzándose de brazos mientras se recargaba en su asiento, cerrando sus ojos teniendo una leve sonrisa.
Uno de sus compañeros notó la actitud un poco más calmada de su compañero, se preguntaba quien lo había cambiado en unos simples segundos.
── Entonces los rumores son ciertos ── murmuró.
El albino abrió los ojos mirando a su amigo de cabello flameado ── ¿Rumores? ¿Qué rumores? ── preguntó sentándose "correctamente".
── Eras la fiera y (N)-san es tu domadora ── comentó divertidamente, sin tomárselo a mal.
── ¿Fiera?... ¿Yo? ── preguntó indignado.
── Que raro, casi siempre es al revés ── dijo la azabache con una ligera sonrisa.
