Un día más, una broma más, la rutina normal del pequeño niño rubio, garabatear algo en algún lugar de Konoha, y seguido a eso, huir de los ninjas que lo persigan.
Esto, a lo largo del tiempo, le dio una gran velocidad y capacidad de huir, cosa que le daba mucha utilidad, especialmente los 10 de octubre de cada año.
Uzumaki Naruto pintó una vez más la cara del cuarto Hokage, desconociendo quien era este en realidad, cuando detrás de él aparecieron dos ninjas con el chaleco Chunnin, evidenciando él rango de ambos ninjas.
- Naruto, detente — dijo uno de los ninjas, con un tono amable, que escasas personas le brindaban al niño Rubio.
- si, Demonio, detente o te detendré — dijo el otro, en un tono que tristemente era más normal escuchar por el rubio.
Siendo extremadamente diferente el tono de ambos ninjas, uno, viendo a Uzumaki Naruto como un niño travieso, y el otro, como nada más que el Kyubi que atacó la aldea hace ya 11 años.
- ¡atrapenme si pueden! — exclamó él rubio, con una gran sonrisa, intentando ocultar el como afectaba a su persona la forma en la que lo trataban los demás.
Su característica sonrisa burlona se manifestó, y seguido a eso, salió corriendo con 2 tarros de pintura en sus manos, los cuales evidentemente había usado previamente para pintar las caras talladas en la montaña.
- ¡detente! — exclamó uno de los Chunnin, el cual Naruto no identificó, debido a ya estar corriendo, dándole la espalda a ambos.
Naruto corrió por toda la aldea, siendo notablemente más rápido que ambos ninjas quienes lo perseguían, cosa que molestaba principalmente al Chunnin que veía a Naruto como nada más que un demonio.
Tras unos minutos, ambos Chunnin notaron un cartel avisando un desbordamiento de tierra, el cual el rubio no había visto, por lo que ambos se detuvieron en seco.
- ¡espera, Naruto! — exclamó él Chunnin amable con el rubio, preocupado por la seguridad de aquel niño, que sin escucharlo no se detenía.
Mientras que él otro Chunnin simplemente sonrió al ver que el rubio iba directo al peligro, y posiblemente uno bastante severo.
El Uzumaki siguió corriendo hasta que notó que su cuerpo ya no estaba en el suelo, al notar esto, entró en pánico, y soltó sus latas de pintura, cayó junto a los tarros, golpeándose la cabeza contra un árbol, y cayendo a un río, los tarros de pintura cayendo a su lado.
- por fin se murió el demonio — dijo el Chunnin que veía a un demonio ser llevado por la corriente del río, para luego retirarse.
Entonces, el Ninja que quedó en el lugar, bajó con cuidado, y agarró al rubio antes de que este sea arrastrado por la corriente de aquel río, dejando que las latas de pintura sean arrastradas, siendo la seguridad del niño su prioridad.
- tranquilo Naruto, estarás bien, espero — dijo el ninja, con notorio nerviosismo en su voz, mientras sus ojos de color café se veían con un verdadero temor a la muerte del niño.
El Chunnin rápidamente corrió hacia el hospital, preocupado por la condición del rubio, pero todos parecían reacios a curar al Uzumaki, por lo que tras vendarle la cabeza, el ninja lo llevó en brazos hacia la Oficina del Hokage.
- Hokage-sama — dijo el Chunnin entrando a la Oficina.
- ¿si? — preguntó Hiruzen Sarutobi, el tercer Hokage fumando de su pipa, sin levantar su mirada de su papeleo, al reconocer al ninja por el mero hecho de su voz.
- encontré a Naruto garabateando las caras de los hokage y entre en persecución, se golpeó contra un árbol, quedó inconsciente — dijo el Chunnin, acercándose al tercero con el niño en brazos, esperando alguna solución del Hokage.
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¿Un Golpe de Suerte?
FanfictionTras unas de las características bromas de Uzumaki Naruto, el niño Rubio perseguido por un par de chunnins tiene un accidente y recibe un fuerte golpe en la cabeza, ¿que pasará con la reencarnación de Ashura? ¿morirá tan fácilmente? Idea de brindad...