AMARTE ES MI PECADO (+21)

CAPITULO FINAL✓

— ¡Detente Demian! —. Mis ojos ardían de tanto llorar

— ¿Lo tenías todo planeado con Erick verdad? ¡Por eso me dijo que lo esperara en las canchas para que te fueras con él! —. Tomo con fuerza mis brazos

Abrí los ojos de golpe al darme cuenta de que todo había sido una trampa de Erick para verse conmigo.

— ¡No, no, no yo no sabía nada de eso! ¡Yo te estaba esperando en el estacionamiento y como no llegaste paso Erick y me fui con él! —. Trate de defenderme

— ¡Erick lo planeo todo! —. Quise entrar en razón a Demian

— ¡Mientes si tú hubieras querido me hubieras esperado más tiempo y no te hubieras ido a follartelo! —. Sus manos ejercian presión en mis brazos a tal punto qué sabía que iban a quedar marcas en mi piel

— ¡Te juro que yo te estaba esperando, pero llego él y se ofreció a llevarme! —. Cerré los ojos con fuerza

— ¡No me creas imbécil Dalia, seguramente todo lo planearon para poder irse a follar! —. Quito mis pantalones

— ¡No me toques maldito enfermo! —. Patalee

Pero fue demasiado tarde, tomo mis manos poniéndolas arriba de mi cabeza, pego su cuerpo al mío, que me era muy difícil salir de su agarre.

— ¡Eso se lo hubieras dicho al maldito de Erick cuando te follo! —. En un descuido tomo mis piernas cargandome en su espalda

— ¡Suéltame! —. Lo golpeé por detrás

— ¡No, te voy a enseñar qué al único que puedes amar es a mi! —. Subió las escaleras con rapidez

— ¡No, no, no por favor Demian! —. Implore

Abrió la puerta de mi habitación, me aventó sobre la cama, quise salir huyendo, pero fue más ágil, subió arriba de mi tomando con fuerza mis manos para no poder salir de su agarre.

— ¡Suéltame! —. Mis lágrimas volvían a salir de mis ojos

Empezó a repartir besos agresivos por todo mi cuello, trate de patearlo donde más le duele.

— Ni lo intentes —. Pego más su cuerpo al mío impidiendo qué pudiera hacerle algo

— ¡No! —. Grite al sentir como rompía mis bragas

— ¡Eres mía, mía, solo mía! —. Tomo con fuerza mi mentón

Sentí como algo cayo en mi boca, al saborearlo sabía que era la sangre de Demian.

— Te voy a demostrar que con el único que puedes ser feliz es conmigo —. Pego sus labios con brusquedad

Me removí tratando de alejarlo, metío su lengua dentro de mi cavidad bucal su lengua buscaba con desesperación a la mía.

Mis ojos se volvían cada vez más nublados por cada lagrima derramada.

Pude seguirle el ritmo y en un descuido mordí su labio inferior provocando qué sangrara.

— ¡No importa cuando dolor me provoques, jamás voy a dejarte! —. Me bofeteo

Mi labio comenzó a sangrar, mi mejilla ardía, por segunda vez él me golpeaba.

Volvió a besar mi cuello con brusquedad, y sin previo aviso me penetro.

— ¡Suéltame infeliz! —. Grite

Comenzó a moverse con fuerza, entraba y salía con desesperación. Me dolía mi parte vaginal cada vez que entraba.

— ¡Por favor Demian! —. Lo mire con terror

— ¡Cállate! —. Puso su mano en mi boca

Y lo hizo más rápido, mordió mis pechos con fuerza, no podía hacer otra cosa que llorar desconsolada.

— Eres mía —. Mordió el lóbulo de mi oreja

Trate de moverme, pero era mucho más fuerte que yo, todo lo que pensaba era en que se detuviera.

Sus embestias se tornaron más rápidas, su lengua recorría cada parte de mi cuerpo.

— ¡Ahh! —. Lo escuche gemir

Abrí los ojos de golpe al sentir algo caliente en mi vagina, entonces supe que había terminado.

Dejo caer su cuerpo con él mío, su respiración era acelerada, mi corazón latía con fuerza.

Sentí asco cuando me miro y sonrió con satisfacción, mi respiración se aceleró al ver aquellos ojos convertidos en amor y locura.

— Te voy a quitar mi mano pero no quiero que grites —. Me miro

Asentí varias veces con la cabeza, quito su mano lentamente de mi boca.

— ¿Lo vez? —. Beso mis labios

Gire rápidamente mi cabeza para no verlo más.

Saco su pene de mi entrada, tomo con fuerza mi cintura dándome la vuelta, beso mi espalda y mordió mis hombros.

— ¡Ahhh! —. Un quejido de dolor salio de mi garganta

— Qué hermosa se ve tu piel al tornarse roja —. Susurro cerca de mi oído

Un nudo se formo en mi garganta, no podía hablar, lo único que podía hacer era llorar, rodeó su mano en mi abdomen aferrándose a el.

— Ni se te ocurra escapar Dalia, por que te encuentro hasta el fin del mundo —. Me amenazó

Fueron las últimas palabras que dijo antes de quedarse dormido.

                              FIN...