Epimoní sonrió con gran amor a su hijo que dormía profundamente en sus brazos, jamás pensó que sentiría algo así de fuerte por algo tan pequeño y delicado ahora entendía mejor a Démeter.
Era regordete, sonrosado y alegre, no lloraba mucho y muy tranquilo Claus había ido de viaje y esperaba decírselo cuando viniera, era la mezcla perfecta de ambos, la espontaneidad de Claus y la alegría de Epi. Pero también era muy amable y generoso además de artístico.
Un día lo descubrió con sus pequeños dedos fabricando un juguete con una maquinaria simple pero que un bebé recién nacido no sabría. Impresionada lo llevó a Hefesto y el dios herrero se quedó asombrado por la artesanía así que lo tomo bajo su tutela.
En poco tiempo creció y pasó a ser un niño regordete, creaba los juguetes más increíbles que tirando de una cuerda o una manija se movían solos o salía música.
Epimoni decidió llamarlo Nicolas era una mezcla de dos Níke, Victoria y λαός laós, pueblo le parecía un buen nombre pero a diferencia de el resto de su familia a Nicolás no le interesaba la guerra, poder o gloria era feliz haciendo felices a otros sobre todo a los pequeños. Era humilde y desinteresado algo poco común entre los inmortales de echo se parecía bastante a su tía Hestia y ambos se llevaban muy bien.
La diosa del hogar amaba cariñosamente a su sobrino nieto pudo decir sin lugar a dudas que tenía un corazón puro, cálido y valiente. Ella estaba segura de encarnaba la alegría, ilusión, generosidad, humildad y amor.
Pocos sabían de su existencia, su madre, Antheia, Hefesto y Hestia todos lo amaban y el a ellos pero no se sentía feliz, veía el mundo y la crueldad y desgracia y a menudo se preguntaba por que sus parientes no se esforzaban más aunque las leyes antiguas se lo restringieran.
También se sentía impotente con los semidioses, tenían vidas muy duras y ni siquiera podían disfrutar, solo era entrenarse, luchar y procurar sobrevivir. Un día vio a unos niños semidioses que acababan de escapar de una muerte casi segura por un monstruo y perdieron a su familia, eran unos hijos de Hécate estaban tristes y en tensión.
Fue cuando al pequeño Nick se le ocurrió una idea, cogió unos juguetes que había fabricado junto a unos dulces que hizo cuando su tía Hestia lo enseñaba a cocinar, con cuidado y al amparo de la noche se coló donde vivían y puso los paquetes respectivamente donde dormían. A la mañana siguiente los niños se llevaron una grata sorpresa al descubrir los juguetes y dulces, estuvieron jugando con ellos olvidando por un instante sus preocupaciones y recordando que eran niños y no solo semidioses.
Los niños pensaban que fue su madre pero la misma diosa de la magia no tenía idea pero a Nicolas no le importó que no supieran que fuera él o que fuera otro era feliz, fueran felices y con ilusión.
Pero no se quedó hay los niños mortales vivían también en precarias condiciones así que sin hacer distinción dejaba regalos y dulces también a los pequeños. Pero eso sí los que se portaban mal les dejaba carbón.
En una ocasión por accidente se topó con su tía Artemisa, apenas teniendo dos años.
Paseab apor el bosque consiguiendo eludir a su madre y queriendo explorar, en el bosque se topó con un hermoso ciervo más grande que otros y con astas de oro. El pequeño sacó un poco de azúcar y se lo tendió.
El ciervo al principio desconfiaba pero luego poco a poco se acercó hasta que se dejó acariciar por el sonriente y alegre niño, le daba más azúcar y ramilletes que recogía jugaban por el lugar y al final Nicolas agotado se acurrucó en el ciervo y los dos se durmieron plácidamente.
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—¡Mi señora!—
Artemisa se volvió hacia su mejor trampero Britomartis quien corrió ansiosa hacia ella.
—¿Que ocurre Britomartis?—
—¡No se creerá lo que he descubierto! Es sobre el Ceryneian Hind hay alguien con él—
La diosa se levantó enseguida—Llévame enseguida—el ciervo dorado era sagrado para ella y tenía su bendición y protección, si alguien le hizo algo...
Fue hacía allí con Britomartis, Zoe y Phoebe pero lo que se encontraron las dejó en shock.
Delante de ellas había un niño pequeño de no más de dos años que dormía el ciervo dorado se enroscaba protectoramente a su alrededor y dormía junto al pequeño una de sus manitas descansaba sombre el morro del ciervo.
Las cazadoras tenían que admitir que era una escena de lo más tierna.
El niño no tardo en despertarse junto al ciervo y ambos se pusieron a jugar, Artemisa estaba incrédula, cuando capturó a los ciervos dorados para que enjaezaran su carro pero el quinto y más inteligente escapó el Ceryneian Hind.
Y este pequeño juega con él y duermen juntos como si fueran amigos de toda la vida.
Tieara una de las cazadoras más antiguas y agresivas se adelantó con el cuchillo de caza listo pero para sorpresa de todos el ciervo se plantó delante del pequeño y puso sus astas delante de él listo para protegerlo.
El animal sagrado de lady Artemisa ¿estaba protegiendo a un chico de ellas incluso de la propia diosa?
—¿Cómo es posible? Que un chico sea protegido por el Ceryneian Hind ¡ese chico debe pagar!—
Tieara furiosa fue a por el pequeño que la miraba con sorpresa pero el pequeño alzó una mano y unas raíces se enroscaron en los pies de la cazadora y unas hojas de los árboles le taparon la vista, el ciervo aprovechando y con ira y le dio un topetazo a la cazadora tirándola al suelo.
Artemisa no sabía si enfadarse, reírse o estar confundida.
¿Quién era este pequeño?
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El origen de Santa Claus y Krampus
General FictionHistoria vinculada a las dos mitades en uno, ¿nunca os preguntasteis sobre el origen de estos dos personajes legendarios de la navidad? ¿y si tuvieran más en común con Percy de lo que él creía?