Capítulo 4

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La diosa de los tornados oceánicos estaba en pánico, primero no encontraba a su hijo por ningún lado, luego cuando por fin lo encontró lo abrazó con fuerza y recibió la noticia de que Artemisa y sus cazadoras se encontraron con él.


Por eso decidió ocultar a su hijo en unas montañas nevadas lejanas que casi hacían frontera con Grecia, allí el poder de los dioses no eran tan fuerte.


Mientras Nicolas era más prudente pero no dejó de dar regalos, algunas veces incluso iba a otros sitios fuera de Grecia a repartirlos, no solo a mortales y semidioses, incluso dioses.


Una mañana en el Olimpo se despertaron todos con algún regalo, Hera una manzana de oro del jardín de las Hespérides junto con el ramo de flores con el que se caso con Zeus rejuvenecido y un hechizo para que nunca se marchitara.


Zeus en cambio recibió un huevo dorado de una especie de águila extremadamente rara, dorada e inmortal.


Los otros Olímpicos también recibieron diversos obsequios, incluso Hades, una fuente que podía comunicarse con su esposa cuando estaba en el mundo de arriba. Lo mismo para Demeter cuando su hija estaba en el inframundo.


Pero para los que se portaban mal les dejaba carbón no supo de donde se le ocurrió pero decidió que así castigaría a los que se portaron muy mal. Ares estuvo furioso cuando recibió solo carbón mientras que Hefesto recibió un conjunto mágico de herramientas.


También daba a los dioses menores del Olimpo o el inframundo, los olímpicos no tardaron en deducir que era ese misterioso niño, Zeus tenía sentimientos encontrados por un lado estaba molesto pues aún no lo habían atrapado y por otro los regalos que que recibió del pequeño junto a unos dulces tan deliciosos que superaban a los que hacía su esposa y hasta Hestia.


La buena forma de conquistar a alguien es por el estómago, ese dicho era de echo muy cierto.


Pasó el tiempo y todo transcurría igual Nicolas cada periodo de tiempo repartía regalos y deseaba mucho conocer al resto de su familia sobre todo a su padre.


Su madre le contaba historias sobre él, como se conocieron y sus hazañas. Cuando Nicolas descubrió lo que le pasó a su abuela Leto se enfadó por primera vez en su vida, aunque no solía hacerlo y le dejó carbón a Hera algo que molestó a la diosa.


A su abuela Leto le dejaba obsequios, flores hermosas, un retrato de ella y sus hijos y dulces. La amable titán se preguntaba quién era, desde luego era famoso tanto entre mortales e inmortales, que de algún modo dejaba sus obsequios sin que nadie lo descubriera. Se convirtió en una figura popular tanto para mortales como inmortales estos aunque no lo aparentaran esperaban emocionados cuando venía de visita y les dejaba sus regalos.


Por lo que sabía de su hija era un niño, como deidad de la maternidad y protectora de la juventud sentía afinidad por los niños y Leto quería darle gracias al pequeño, particularmente porque en una ocasión Apolo recibió un regalo maravilloso. De algún modo el pequeño pudo sacar algo de la esencia de Jacinto un amante muy amado por el dios del sol para que ambos pudieran hablar de forma breve y estar ambos en paz antes de que el joven se fuera.



Ciertamente Nicolas se convirtió en alguien muy querido entre los dioses e inmortales pero por desgracia esos buenos tiempos no dudarían siempre y tiempos difíciles y llenos de dolor vendrían a él y su madre.

El origen de Santa Claus y KrampusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora