ＲＥＳＥＮＴＭＥＮＴ. ▎ ban ¹

03. a complaint

Akemi observaba como las lágrimas de la chica que buscaba a los Pecados Capitales se deslizaban por su barbilla mientras que se mantenía masticando el alimento que Meliodas había cocinado para ella. Pues, además de estar exhausta supusieron que la jóven albina se encontraba hambrienta y, cómo era de esperarse, no sé equivocaban. Obviamente la chica se hubiera ofrecido a cocinar si es que en verdad supiera hacerlo, entonces, había decidido dejar la comida en manos del chico de ojos jade. Aunque se podría decir que había, prácticamente, rogado para que el alimento no saliera tan mal y que con suerte, no le causará mal estar a la chica de ojos claros y cristalinos.

Su vista se dirigió a la puerta mientras que sus facciones se tensaban y, a medida que el tiempo transcurría su confusión aumentaba al mismo tiempo en el que los golpes en la puerta se volvían más constantes.

━ ¡Abran la puerta! ¡Recibimos una denuncia de los aldeanos! ━ Decían fuertemente desde el otro lado de el roble de madera mientras que los golpes no cesaban en lo absoluto, y al parecer no tenían pensado bajar la intensidad del llamado.

━ Genial. Gente chismosa. ━ Bufó Akemi.

━ ¡Somos de la orden del Gato Montés, y servimos a la orden de los Caballeros Sacros! ━ Informaba alguien tras la puerta. Bueno, en realidad, Akemi podía distinguir que se trataba de un chico, uno que quizás no pasaba los treinta años de vida.

«los jóvenes de hoy encuentran cada manera de arruinar sus vidas..»

━ ¡El "Caballero Oxidado" es sospechoso de ser parte de los Siete Pecados Capitales! ¡Salgan tranquilamente!

━ Estos clientes revoltosos. ━ Se quejó el rubio mientras que mantenía una expresión tranquila.

━ Caballeros Sacros... ━ Repitió la albina con temor. Ante esto la pelinegra se acercó a la desconocida apoyando su mano en su hombro, brindándole apoyó y a su vez, dándole algo de valentía gracias a uno de sus poderes.

Mientras que los tres "humanos" se observaban con sospecha y el cerdito, mejor conocido como Hawk, no paraba de temblar. Algunos minutos, o quizás segundos, habían pasado y el silenció se había adueñado del ambiente.

━ ¡Oye! ¡Sal de ahí! ━ Ordenó uno de los pertenecientes a la orden del Gato Montés.

━ ¿Tú gritaste?

La puerta de pintura verde se había abierto, dejando atónitos al pequeño grupo. De éste habían salido tanto Meliodas cómo Akemi. Mentras que Meliodas era el más chico en estatura, así, quedando en medió de la apertura, Akemi era más alta por lo que había optado por recargarse en el marco de madera mientras que sus brazos se cruzaban y una de sus piernas tomaba el lugar delantero, de está manera, quedando al frente. A medida que la chica se acomodaba su escote se marcaba más ante la presión de ambos brazos y, desafortunadamente para el rubio de estatura baja, su falda se subía levemente dejando ver más de sus torneados muslos. La atención del chico castaño, el cual se encontraba más cerca de ella, se centro en la presencia de la chica por unos minutos para luego recomponerse algo embobado mientras que cuestionaba la presencia de ambos.

Bueno, a decir verdad, solo la del chico con apariencia de un niño.

━ ¿Tú quien eres? Quiero decir... ¿Quienes son ustedes? ━ Se corrigió ante la media sonrisa afilada de la chica.

━ Soy el dueño de este lugar. ━ Informó el jóven de ojos esmeraldas sin perder ni una pisca de calma. ━ Y ella, ━ La señaló. ━ trabaja aquí. Es mesera.

La chica movió sus dedos saludando en un gesto general.

El jóven de armadura frunció el entrecejo luego de que una sonrisa se le haya escapado de sus finos labios. ━ ¿Dónde está el Caballero Oxidado? ¡Háganlo salir!.