La gran masa de Caballeros Sacros se encontraba estática, observando cada uno de sus movimientos, tratando de descifrar lo que sucedía en su mente, buscando alguna ventaja y aceptando muy en el fondo de su necedad, que el poder que emanaba los supera sin esfuerzo alguno.
“Genial", pensó Akemi al notar que había llegado antes que los tres Pecados que se aproximaban y no tardaban en llegar junto a ella, algo que podía notar al sentir el sofocante poder rozandole la piel. Estiró sus brazos sobre su cabeza, manteniéndose unos segundos mientras que tensaba sus músculos con desgana, moviendo su cuello, tocando las puntas de sus pies y fingiendo prepararse para algo emocionante, que quizás duraría un segundo.
Nada sorprendente viniendo de hombres, Caballeros Sacros, claro.
El temblor llegó a sus pies, sintiendo la brisa de su llegada.
— Definitivamente no te cansas. — Dijeron a su lado, llevándola a agachar la mirada.
Elevó su ceja en su dirección, dejando totalmente de lado su elongación.
— ¿De? — Preguntó volviendo la vista al frente, ignorando el tacto del albino sobre su cintura. Ban estaba raro, era algo que notaba y hacía crecer una incomodidad en su pecho qué no le permitía bajar la guardia por completo. — Sí me permite dirigirle la palabra, Señor Meliodas. — Hubo un deje de enojo en su voz, siendo perfectamente disimulada por el sarcasmo ácido.
— De ser una caprichosa, Señorita Akemi.
— Capitana. — Corrigió.
— Igualmente.
Rodó los ojos, sin perder la oportunidad de bostezar falsamente.
— Como sea, les dejo la diversión a ustedes. No pienso ensuciar mis manos con olor a óxido.
Aquello era tonto, Akemi ni siquiera solía tocar a sus enemigos. Bastaba con un movimiento o chasquido de dedos.
Meliodas suspiro completamente resignado. Dejándolos atrás, comenzó a correr ganando velocidad rápidamente. Ban no tardó en seguirlo, tras besar el costado de su cabeza con rapidez haciendo que su pecho se calentara inconcientemente, llevándo a Gowther consigo. Akemi repitió el gesto del Capitán, siguiendo al trío.
Al fin y al cabo, eran más parecidos de lo que creían.
— ¡El principal objetivo es rescatar a Elizabeth! ¡Eviten lo más posible las peleas!
Y ahí estaba de nuevo, dando órdenes.
Sus respuestas no se hicieron esperar, cada uno con algo diferente en mente.
— ¡Entendido!
— ¡Pff!
— ¡Siempre tratando de evitar los conflictos! ¡¿No es así, Capitán?!
Los Caballeros Sacros no se hicieron esperar, atacandolos sin piedad alguna, por lo que Akemi podía suponer. Sus largas piernas se encargaban de moverla a gran velocidad, evitando totalmente el conflicto tras esquivar a los sujetos armados, o a sus ataques. Por lo que, segundos después, Akemi se encontraba de brazos cruzados esperando por ellos frente a la gran puerta, observando entretenida como Meliodas hacía uso de su contraataque, siendo seguido por su esposo y Gowther.
Moría de ganas por tener un enemigo digno de todo su poder, aunque también quería poder usar todo su poder. Absolutamente todo, pero temía que una cosa necesitará de otra. Y ella odiaba esa otra cosa.
— ¡Mierda! — Sintió como era elevada en el aire, cayendo al suelo con algo de sangre saliendo de su nariz tras ser azotada por una ráfaga de poder. Se regañó mentalmente al no prestar atención a su alrededor, puesto que aquella presencia mágica la había distraído.
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RESENTMENT. ▎ ban ¹
Fanfiction╰─► ❝ we love sins united by the same love, loved by the same person ❞ La avaricia y el resentimiento parecían complementarse a traves del egoísmo, pero esta vez eran unidos por el sincero amor de dos Pecados culpa...