Yo no soy Zenith!

Cap 13: ¿Qué es este sentimiento?

—Esa persona sí tenía los ojos de la familia real. Es Anastacius, hermano de Claude y mi padre... bueno, el padre de Zenith para ser exactos.

«Eso, ¿eso me debería tenerme más calmada?», pensó Athanasia.

—Sé que está preocupada, creé que su padre no la ama del todo y que la cambiaria por mi, como la historia original —hablo Zenith, al no recibir respuesta—; no te preocupes, él te aprecia más que nada en este mundo.

—Tienes razón —respondió Athanasia, con una delicada sonrisa.

—Sobre Anastacius...

—Él no causara problemas por ahora, ¿verdad? —pregunto Athanasia, interrumpiendo las palabras de Zenith.

—Creo que tiene razón.

—Entonces disfrutemos de la fiesta, no podemos hacer un escándalo en este evento especial —dijo Athanasia, llevando a Zenith de la mano hacia el salón—. Si no es mucha molestia, ¿desea bailar conmigo?

—Sería un placer, pero antes asegúreme que le dirá al mago Lucas que Aethernitas está detrás de todo —hablo Zenith cuando ya estaban en pleno baile.

«¿Dónde escuche ese nombre antes?», pensó Athanasia.

—Está bien lo hare —dijo.

Por alguna extraña razón, Athanasia no piso los pies de Zenith en todo el baile. Pero no se dieron cuenta debido a lo bien que lo estaban pasando; risas por aquí, presentaciones hacia caballeros y señoritas nobles por haya y una que otras conversaciones sin sentido que las hacía ver, a la mirada de los invitados y de Claude, como amigas de la infancia. Debido a la excelente química que había, en pocas palabras se puede decir, amistad a primera vista.

Ya habían pasado varios bailes, Kiel se acercó hacia Zenith y Athanasia, posiblemente para pedir un baile con esta última, según Zenith.

«Lo siento Kiel, soy team Lucas. Aunque, no creo que un baile interrumpa mi ship», pensó.

Athanasia y Kiel se miraron frente a frente. Zenith creí sentirse incomoda por el ambiente o quizás un cierto recelo debido a que no era su ship favorito, pero era algo mucho más complicado.

...

—Buenos días mi niña —me hablo muy feliz la señora de avanzada edad.

—Buenos días nana —respondí igual de alegre que ella.

En la mesa de la cocina, estaba sentado el hijo menor de esta familia, en pocas palabras "mi hermano menor". Él estaba cabizbajo tomando su desayuno. Yo no me dignaba hablar mucho debido al miedo que sentía desde que aparecí en este lugar, menos con él. Y así me la pase en toda el desayuno.

Al parecer los niños, ya sea hombre o mujer, iban a escuelas. No como a las que iba Kiel quedándose varios meses, sino algo más a corto plazo. Estaba sorprendida, veía que el lugar era cada vez más diferente a lo que yo vivía y conocía.

Hay dos tipos de escuela: una pública y otra privada, esta familia tenía a sus hijos en escuelas privadas. Me preguntaba qué diferencia había entre las dos, pero fue un tema que descubrí mucho más adelante.

Cuando llegue, por alguna extraña razón, conocía el nombre de todas mis compañeras (si, era un salón de mujeres) y profesores. Todas me recibieron con abrazos, no existían las reverencias, ni presentaciones formales como a las que estaba acostumbrada. Yo obviamente estaba congelada, no sabía cómo responder, hasta que toco la campana.

Al entrar a clase, quede aún más estupefacta por la pregunta que nos hizo el maestro:

—¿Qué desean ser de grande?

Cuando me toco responder, yo no sabía que decir. Siempre creí que solo viviría para ser una princesa al ser hija del emperador de Obelia.

«¿Alguna vez pensé en ser algo más que una princesa?», pensaba en ese momento.