¿Qué haces cuando vez a un personaje tan inútil? Correcto, te vale lo que le pase
Es cierto que odie a este personaje por su comportamiento pero, ¿por qué tuve que transmigrar a ella? ¿Qué hice mal?
Hola, mi nombre es Lara y acompáñame a ver mi tris...
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—Es un gusto conocerte, princesa Athanasia —dijo Kiel, con una reverencia—. ¿Me podría permitir un baile?
—Oh... bueno, está bien —respondió.
«Creo que mejor me voy», pensó, Zenith.
Zenith se alejó lentamente mientras movía una de sus manos en forma de señal para que sigan si ella. Al estar detraída mirándolos termino tropezándose con alguien.
—Uh? —dijo el extraño dirigiéndose hacia ella—. Oh! Lo lamento señorita Magrita, no me fije por donde iba.
—Está bien —respondió arreglando su vestido—, yo también estaba distraída... joven Elaine.
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—¿Me conoce? —hablo sorprendido.
—Bueno, ¿Cómo no conocer el nombre de un joven tan popular? —Respondió Zenith, sonriendo—, y también me pregunto lo mismo: ¿Cómo conoce mi nombre?
—Bueno, digamos que escuche su nombre por ahí. Ya que no hay necesidad de presentaciones, me pregunto si me concede el honor de bailar con usted, no pude encontrar pareja —propuso Elaine acercando su mano hacia ella.
—Con gusto —acepto, tomando la mano de Elaine.
Zenith, sin mirar atrás y bailando con el joven Elaine, se alejó de Kiel y Athanasia que, en ese momento, estaban siendo el centro de atención del público.
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Después de que terminara el baile de Kiel y Athanasia, esta se fue. Y afortunadamente Zenith pudo despedirse a tiempo. Mientras veía como la princesa se alejaba, pensó:
«Creo que esta noche voy a poder dormir bien»
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«O tal vez no», volvió a pensar preocupada cuando, ya a punto de entrar al carruaje de regreso a la mansión Alpheus, vio a cierto hombre pelinegro.
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Zenith al llegar a la mansión Alpheus no fue regañada por el duque debido a su acercamiento repentino hacia la princesa Athanasia, pero si advertida para que no cometa ningún error.
Antes de que se vaya a dormir, a pesar de lo cansada que estaba, hablo con Kiel.
—La persona que te va a ayudar, ¿es la princesa? —pregunto Kiel.
—No exactamente. A cierto, creo que me querías decir algo cuando termino nuestro primer baile —dijo Zenith, tratando de cambiar de tema.
...
La campana a había vuelto a sonar. Era hora de receso y todos los alumnos salieron de los salones.
yo seguía perdida entre mis pensamiento debido a la pregunto qué me había hecho el profesor hace ya algunos días.
«¿Qué quiero ser de grande?», me preguntaba.
—... ara... Lara... —escuche una voz de fondo—. ¡Lara!
El grito de Linda, mi compañera de pupitre, hizo que volviera a mis sentidos.
—¿Por qué no escuchas cuando te llaman? —me pregunto Linda.
—A mí... a mí no me gusta... no me gusta que me llamen así —respondí, tartamudeando.
A pesar de que era mentalmente mayor que mis compañeras, seguía siendo tímida.
Linda me observo por unos minutos, como si estuviera tratando de analizar la situación.
—Ah! Ya entiendo, no te gusta tu nombre —hablo Linda—. Entonces, ¿Cómo quieres que te llame?
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