12. Quiere el mar, pero le teme al agua

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Les pido perdón por la demora, es que el fandom de Genshin Impact me devoró completo y-- también las shipps, no puedo negarlo, pero ya volví, y si les interesa leer fanfics de Genshin Impact, próximamente su servilleta les regala un par uwu Muchas gracias por la espera, el apoyo y todo ;v; 

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Advertencias de contenido para el capítulo: ataque de ansiedad muy fuerte, autolesiones (involuntarias).

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12. Quiere el mar, pero teme al agua

Abraza a Sirius con tanta fuerza que sus brazos duelen casi tanto como su corazón, sintiéndose como en un hogar entre sus brazos y el olor de su colonia barata muggle trayéndole recuerdos de una infancia de la que aún le cuesta distanciarse, una despedida cargada de las emociones que trepan por su garganta y el chispazo de sus dedos al aferrarse entre sí tras su padrino. Sirius le devuelve el abrazo con la misma intensidad, y cuando se separa, su cuerpo por entero late por la fuerza.

Parece más que una simple despedida, pero Harry no quiere pensar en eso, ni en la sensación agridulce muriendo en la punta de su lengua.

—Te echaré de menos —dice Sirius, mirándolo con ternura, como si aún fuera el niño de 11 años que dejó ir sin saber en qué casa quedaría, el niño por el que aún tenía genuinas ilusiones de que se adapte a como quería ser. Incluso si Harry se siente incómodo con esa mirada, una parte de él la agradece. Es aprobación, y es más que suficiente para su corazón desconsolado anhelante de un poco de ese afecto, de ese cariño irracional que ve en los ojos de Lucius cada vez que mira a Draco—. Pero nos veremos en Hogsmeade, ¿Verdad?

—Si me firmaste la autorización, claro —responde Harry, sonriendo sarcásticamente, alejando los pensamientos oscuros. Siempre debe alejarlos, nota, pero se mantienen ahí, acariciando su consciencia con amargura.

Sirius chasquea la lengua.

—Quizá lo olvidé.

—¡Sirius!

—Es broma —Sirius pone los ojos en blanco. A su alrededor, las diferentes familias se saludan entre sí, y Harry nota la diversidad de personas que hay. Casi nunca puede apreciar que tan pequeña es su familia, más ahora que Remus no está, hasta que la compara con su entorno—. Obviamente iba a firmar. Sería muy poco Sirius de mi parte no hacerlo.

Harry vuelve a recorrer el andén con la mirada. Se encuentra a lo lejos con Pansy, que tiene el cabello más corto y prolijo que en su fiesta, y le sonríe saludándolo antes de subir al tren. Harry vuelve su vista a Sirius, que niega.

—No creo que venga, Harry.

Ambos saben que busca a Remus con la mirada. Harry siente el dolor en el corazón crecer, trepar hasta su garganta con una acumulación de lágrimas. No había querido tener esperanzas, pero sin embargo, ahí estaban, muriendo a través de los ojos honestos y dolidos de Sirius.  

—Creí que vendría —susurra. Sirius niega.

—Me hubiera avisado. Y solo me ha hablado para buscar lo que le quedaba de ropa en los baúles del sótano —Sirius hace una mueca. No se ha estado tomando bien la distancia, a diferencia de Remus, que había parecido incluso más sano de lo que estaba viviendo junto a Sirius—. E incluso así, discutimos esa vez.

Harry lo recuerda claramente. La almohada en torno a sus oídos no pudo ocultar sus gritos ni sus pesadillas esa noche.

—Debes dejar de ser caprichoso —reprende.

Les fleurs du mal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora