13. ¿Puedes oír mi corazón?

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Siento que actualizo cada tanto tiempo que deberían estarse dando una releídita para entender todo el contexto de todo (?) y me pongo a escribir cada tanto que soy yo quien se da las releídas para saber en qué me quedé. EN MI DEFENSA, SI NO ME COMENTAN SE ME VA LA MOTIVACIÓN PARA PUBLICAR, capítulo nuevo va a haber siempre, pero sin comentarios puede que me demore hasta 3 meses porque me olvido de que estoy trabajando en esta historia xD no voy a disculparme por eso, besitus

Y mil gracias a @RottenLetters por betear y corregir, qué sería de mí y mis faltas ortográficas sin ella ;A;

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13. ¿Puedes oír mi corazón?

Sin mochila, sin pergaminos, sin plumas y sin absolutamente nada más que su capa, Harry corre escaleras abajo totalmente decidido en su ciclo de acciones. Tenía que decírselo antes de estar en problemas y rodeado de rumores que no iba a poder controlar. Los giros de la escalera de la torre de adivinación lo marean, pero finalmente encuentra el camino y los desvíos, derrapando en los bordes, yendo a toda velocidad a las mazmorras. Desde la Torre Norte hasta las mazmorras, más desde el lugar donde estaba, es el trecho de camino suficiente para que su pecho se agite en el agotamiento de no tener el estado físico para afrontar semejante carrera.

Llega finalmente a las mazmorras, al aula de Pociones, jadeando y aferrándose a la pared. Si no ha visto mal los horarios de Astoria sobre el hombro de Daphne, los de segundo tienen clase a esa misma hora. Y en esas circunstancias, solo podía confiar en una persona.

Golpea la puerta del aula de pociones luego de recomponerse un poco, tomando aire profundamente varias veces. Su respiración aún es errática y siente el rostro enrojecido, más avergonzado aun cuando Severus abre la puerta un palmo, obviamente molesto de que irrumpa en su clase.

—Potter —dice, con el desdén típico hacia los Gryffindor o hacia Longbotton. Harry traga saliva, tomando aire.

—Profesor —toma aire más profundamente, sintiendo que sus rodillas tiemblan y sus pies laten. Ha hecho una carrera demasiado rápida en muy poco tiempo—. Necesito hablar con usted.

—Estoy impartiendo una clase, por si su reloj no funciona, Potter —sisea Severus. Harry asiente.

—Lo sé, lo sé —la súplica en sus ojos es casi un bálsamo para la mueca de desdén de Severus. También lo son las siguientes palabras—. ¿Por favor, profesor?

—Cinco minutos —concede Severus. Cierra la puerta del aula y Harry oye su voz en un murmullo a través de la madera, quizá entre advirtiendo y amenazando a sus alumnos. Luego, la puerta se abre y Severus sale cerrando el aula a sus espaldas, con expresión entre hastiada y harta—. ¿Qué ocurre, Potter? No ha pasado ni una semana de clases. ¿Ya te has metido en problemas?

Harry tuerce el gesto.

—La profesora Trelawney me echó de su salón de clase —explica brevemente. Severus alza las cejas con asombro.

—¿Y eso por qué?

Harry le resume todo lo que había pasado. No estaba haciendo nada malo. Estaba curioso por el lugar, admirando todo a su alrededor, ni siquiera había pensado algo ofensivo por si se trataba de una Legeremante; y ahondando en ello, más de un compañero suyo estaba murmurando por lo bajo comentarios sobre la profesora estrafalaria y que tendrían horas libres durante su clase, y ninguno de ellos había recibido castigo o expulsión de la clase. No había hecho absolutamente nada que pudiera ofender a Trelawney, excepto estar allí sentado esperando una lección.

Las comisuras de Severus se crispan. Harry lo conoce lo suficiente para saber que es su manera de reírse de la (obviamente nada divertida para Harry pero muy entretenida para el profesor de pociones) situación.

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⏰ Última actualización: Apr 21, 2022 ⏰

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