𝗰𝗶𝗻𝗰𝘂𝗲𝗻𝘁𝗮 𝘆 𝘀𝗶𝗲𝘁𝗲 :: 𝗽𝗼𝗿 𝘁𝗶 𝘆 𝗽𝗼𝗿 𝗺𝗶

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Renjun volvió a revisar la misma hoja por quinta vez. Le ardía ver a Jaemin cerca de Lucas, y hace un momento se los había encontrado en la entrada de su casa.

Por fin lanzó los papeles con frustración y volteó a su teléfono. Lo tomó y finalmente cayó en volver a ver aquellas fotos antes de su boda, cuando aún estaba con Jaemin.

Mark solía tomarles muchas fotos cuando estaban juntos, y todas se las mandaba. Jisung acostumbraba tomar el teléfono de Jeno y solía enviarle fotos de todo lo que hacían junto a Jaemin.

Con Na había sentido algo que hace mucho tiempo no sentía, algo que solo con SungChan sintió.

Jaemin tenía algo... "especial" que nadir más tenía.

Era su sonrisa.

Su mirada.

Su cariño.

Su carácter.

Su fuerza.

Su forma de manejar las malas situaciones.

Su manera de ver la vida.

Porque más allá de lo atractivo que era físicamente, Jaemin era lindo en todos los sentidos.

Se sentía como un adolescente con un amor imposible.

Y sí, admitía completamente que todo era su culpa, su miedo al "¿Qué dirán?" a no saber cómo manejar la situación. Tendría un hijo y eso no era cualquier cosa, quería que su hijo creciera en un hogar, que no le faltara nada y estar al pendiente de él.

¿Pero acaso lo estaba haciendo con sus propios hijos? Sus hijos lo necesitaban mucho, y parecía como si hubieran vuelto a hace cuatro años.

- ¿Por qué no se divorcia? - Preguntó Doyoung dejando el café que Huang le había encargado.

Renjun apagó su teléfono. - ¿A qué te refieres? - Preguntó, sabiendo claramente a lo que se refería.

- ¿Puedo? - Preguntó Doyoung señalando el asiento frente a él.

- Adelante. - Respondió Renjun acomodándose en su lugar.

- Señor, llevó dieciséis años trabajando para usted, y conozco perfectamente a su familia y en especial a usted. - Indicó Doyoung señalándolo. - Hasta hace poco más de un año yo seguía viendo a un hombre amargado de la vida que trataba a sus hijos como si fueran un objeto o como si no estuvieran.

Renjun arqueó una ceja.

- Disculpe, señor, pero es la verdad. - Respondió Doyoung encogiéndose de hombros.

- ¿Me vas a aconsejar o a recordarme el pésimo padre que soy? - Preguntó.

- Ambas. - Respondió. - Bueno, y es aquí donde llega quien todos creíamos como un niñero más, que duraría cuanto mucho dos semanas, como todos los demás. Sin embargo, eso no fue lo que pasó. Jaemin es una persona muy fuerte, que sabe lo que quiere y hace lo que sea para lograrlo, logró ganarse a cinco niños que estaban igual o peor de deprimidos que usted.

- Yo no estaba deprimido.

- Por supuesto que lo estaba, señor. Y disculpe lo que le voy a decir, pero si yo fuera uno de sus hijos, habría hecho lo mismo que hizo Donghyuck cuando fue en busca de Jaemin aquel día que se fue... Señor... Sus hijos siguen creyendo que no los quiere, y a decir verdad yo, y todos los que hemos pisado esta casa por un solo día vemos exactamente lo mismo...

- Ellos todos son para mi, los amo, son...

- Entonces demuéstrelo. - Interrumpió Doyoung. - Y Jaemin... Jaemin es o fue un rayo de luz en su vida. Durante el tiempo que estuvieron juntos usted era irreconocible. Esa felicidad no la veía en usted desde que el señor SungChan, volvió a ser el hombre que muchos extrañábamos... - Soltó un suspiro bajando la mirada. - Lo que quiero decir... - Volvió su mirada a Renjun. - Usted no es feliz en ese matrimonio, ninguno de los dos lo es.

- Amo a Jaemin. - Dijo Renjun. - Lo amo con todo mi ser... Pero ya es muy tarde, me casé y Jaemin ya está con alguien más... Está con mi hermano...

- ¿Y usted cree que Jaemin es feliz? - Preguntó Doyoung.

Huang se quedó en silencio recordando aquella noche donde ambos bebieron hasta perder la conciencia. Recordaba todo con lucidez.

- No... No lo sé... Él se ve feliz....

- ¿Y no ha pensado en recuperarlo? ¿Cuánto significa realmente Jaemin para usted? - Preguntó Doyoung.

Renjun sonrió ligeramente.

- Jaemin me complementa... Es su sonrisa, su cabello, su mirada, sus manos, su piel.... Es... Es él... - Dijo con una sonrisa mirando aquella foto en su teléfono nuevamente.

- ¿Y qué espera? - Preguntó con una sonrisa. - Deje de pensar tanto en un público, y piense en usted, en sus hijos, en su verdadero amor... Piense en usted por primera vez.

Huang se levantó recogiendo algunos papeles para después tirarlos a la basura.

- Quiero que llames ahora mismo a mi abogado. Quiero comenzar el proceso de mi divorcio en cuanto antes. - Dijo Renjun mientras se quitaba su corbata y su saco. - Y dile a Jaemin... No... Yo sé lo diré.

- A la orden, señor. - Dijo Doyoung haciendo un saludo militar.

🦊🐰

- Buenos días. - Habló Renjun dejando un beso en la mejilla de cada uno de sus hijos.

Los cinco se sorprendieron bastante.

- Buenos días Doyoung, Jaehyun... Jaemin. - Dijo Huang dedicándoles una sonrisa a los tres.

Jaehyun le sirvió el desayuno a Renjun.

- Cuéntenme, ¿cómo les ha ido esta semana? ¿durmieron bien esta noche? ¿alguna novedad? - Preguntó Renjun mientras tomaba su desayuno. - Este desayuno es muy bueno, hoy tiene un toque exquisito.

- Es lo mismo de todos los días... Señor... - Dijo Jaehyun confundido.

- Cocinas maravilloso, como siempre. - Dijo Huang.

- ¿Gracias? - Respondió confundido.

Jaemin seguía en shock ¿enserio Renjun lo había saludado? Sobre todo ¿qué sucedía?

- Doyoung, lleva mi coche al frente, y guarda el otro, yo llevaré mis hijos desde ahora a la escuela, también los recogeré. - Indicó Huang.

Los niños se quedaron boquiabiertos, excepto Mark que se había ahogado con su desayuno al escuchar aquello.

- ¿Tú nos vas a llevar? - Preguntó Chenle confundido.

- De ahora en adelante, así será. - Dijo Renjun tomando un poco de jugo.

- ¿Siempre para siempre? - Preguntó Jisung sorprendido. - ¿Quién eres tú?

🐰🦊

Jaemin cerró la puerta con silencio para no hacer ruido. Cuando estaba a punto de encender la luz de su teléfono, la luz de la sala se encendió.

- Buenas noches, Jaemin. - Llamó Huang.

Na se quedó paralizado intentando formular una excusa coherente para ese momento.

- Necesito hablar contigo en mi oficina en este momento, así que allí te espero. - Dijo Renjun, quien no se veía feliz, pero tampoco se veía enojado.

- Le digo que escuché algo afuera y salí a ver. - Susurró Jaemin para sí mismo. - Si... Esa es mi excusa...

Si tan solo Jaemin supiera que para eso no lo llamaban sería algo que realmente lo alegraría, y no hablamos precisamente de su situación sentimental.

no te acerques a papá | renmin [NO EDITADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora