El sol resplandecía sobre los árboles del inmenso jardín, que ocultaba la grandiosa mansión que se encontraba entre las sombras, en el ambiente se podía sentir que el verano terminaba, dando paso a la brisa del otoño que agitaba mi cabello hacia atrás en una hermosa tarde de julio de 1994.
-¿Qué haces Riddle? -dijo Una voz conocida.
-Solo admiraba el jardín, ¿alguna vez lo has hecho Malfoy?
-La verdad no, he vivido aquí desde siempre, ¿con qué propósito?
-Dime, ¿qué quieres? -pregunté con tal de que se marchase.
-Tu padre quiere verte.
-¿Qué quiere ahora?, ya concluí mis estudios, no tiene nada más que enseñarme
-Siempre hay algo nuevo que aprender -Respondió con una sonrisa.
-Eso lo dices tú, ¿a qué año pasas, cuarto?
-Si... Pero sé que siempre puedes aprender más magia, no es algo que concluya, ve con tu padre por favor. Sabes lo que me hará si no vas -recomendó.
-Solo por tí Malfoy...
Draco y yo hemos mantenido una buena relación desde que nos conocimos, así tendría que ser ya que nuestros padres son una especie de "socios". Sin embargo, independientemente de las condiciones en las que nos conocimos somos grandes amigos, a nuestra manera claro.
Llegué a la sala, donde mi padre se encontraba en brazos de Lucius, el padre de Draco. Parecía ridículo pensar que el grandiosos Lord Voldemort estuviera tan débil, pero desde que Harry Potter, el engreído más fastidioso que conozco (aunque no lo conozco en verdad, pero estoy segura de que lo es) lo debilitó, ha tenido que recurrir a los brazos de sus vasallos, al menos hasta que consiga la sangre de Potter.
-¿Querías verme padre? -dije cuando entré.
-Necesito hablar contigo hija -dijo con una voz fría y arrastrada.
-Dime -respondí antes de tomar asiento.
-Sabes que... Desde que Harry Potter sobrevivió a la maldición que lancé sobre él ya no soy el mismo.
-Lo sé padre, por eso necesitas tomar su sangre y recuperar tu fuerza.
-Exacto mi pequeña, ¿Y sabes cómo haré eso?
-Imagino que... Necesitarás enviar a alguien para tomarla, ya que tú no puedes hacerlo solo -supuse.
-Muy bien, y dime... ¿Cómo crees que debería ser la persona que envíe para hacerlo?
-Tal vez debe ser alguien con un gran conocimiento mágico -respondí incrédula.
-Continúa... -siguió mi padre.
-Y debe ser hábil para acercarse a Potter, tal vez alguien de mi edad.
Y ahí me percaté. Yo, yo sería la persona más apropiada para la tarea.
-No -dije rotundamente.
-No hay discusión, hija.
-Papá, no puedo, no quiero, sabes lo mucho que odio a Harry Potter.
-Precisamente por eso pequeña, ¿No quieres ayudar a tu padre a vengarse?
-Claro...¿Pero no lo puede hacer Draco? -pregunté.
-El joven Malfoy apenas está en cuarto año hija, tu a tu corta edad ya aprendiste todo lo que te pude enseñar, además...
-¿Además qué? -dije impaciente.
-Mira hija, Potter no va a darte su sangre así de fácil, tendrás que hacer algo más para que puedas realizar ésta tarea con éxito.
-¿A qué te refieres con "algo más"?
-Me refiero a que, Potter tiene una debilidad, sus emociones.
-¿Y quieres que yo lo enamore o qué? -dije en broma.
-De hecho, es exactamente lo que quiero.
-No padre, ya ir a Hogwarts a fraternizar con Potter es demasiado, ¿ahora quieres que lo enamore? Te equivocas padre, no lo haré -me negué.
-No te estoy preguntando, lo harás, aquí acaba la conversación.
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UN AMOR INESPERADO
RomanceTus planes nunca saldrán como los pensaste, pero fue una completa sorpresa para mí cuando me enamoré. Tu Potter, con tu sonrisa tonta y tu alegría me robaste el corazón, pero a la vez me condenaste a traicionar a los míos, a mi sangre y a mi familia...