CAPÍTULO V: LA LECHUCERÍA

251 26 1
                                    

Era viernes, sería un día agitado, ya que anunciarán a los campeones de cada colegio y lo peor, tendré que enfrentar a mi padre y decirle que entré en Gryffindor.

-Este pastel es exquisito ¿No ___? -dijo Draco.

-¿Qué? Oh si, el pastel... -dije mientras jugaba con la comida.

-¿Qué te sucede? ¿Estás bien? -preguntó preocupado.

-Si... Es solo que me preocupa lo de mi papá, estoy ansiosa de que llegue el búho.

-Bueno no tendrás que esperar más, ahí viene -dijo señalando al cielo.

Muchos búhos comenzaron a descender con muchas cartas y paquetes dirigidos a los estudiantes.

Una hermosa lechuza negro azabache se posó sobre nuestras cabezas y arrojó una carta y una bolsita.

-Mira, mamá envió dulces ¿Te apetece?

-No, gracias Draco. ¿Esa carta qué es?

-No lo sé, léela.

Era una carta de mi padre. Antes de abrir la carta me aseguré de decirle a Shantal (La lechuza de los Malfoy) que se dirija a la lechucería a comer y esperar que yo redactara una respuesta.

Abrí la carta y comencé a leer

De: ya sabes quién.

Hija, espero que tu estancia en Hogwarts haya sido agradable, aún recuerdo los años que pasé ahí, casi que puedo decir que me gustó.

Ahora, volviendo a lo importante, para este momento muy probablemente ya te habrás enterado del torneo, claramente no te voy a pedir que participes

Oh, eso fue sin duda un gran alivio para mí, juraba que me haría participar

Sin embargo, espero que puedas interceder para sabotear las pruebas y ayudar a Potter a ganar. No te preocupes, ya mandé a alguien que te ayudará, con el tiempo sabrás quién es, por ahora disfruta. Todo lo bello de ese hermoso colegio llegará a su fin más rápido de lo que te imaginas...

Me preguntaba quién era ese alguien a quién mi papá había mandado, estaré atenta a cualquier sospechoso. No tenía ánimos de escribir una carta ahora, lo haría de noche, así nadie me vería.

Me dirigía junto a Draco hacia defensa contra las artes oscuras. Nunca entendí para qué existe esa materia, ¿quién querría defenderse de un arte tan perfecto?

Entramos y el ambiente se sentía pesado, todos los de Gryffindor me quemaban con la mirada, en especial esos tres, ya saben a quienes me refiero.

-Ya dejen de mirar a Riddle y siéntense -ordenó una voz gruñona.

-¿Quién es ese? -susurró una voz.

-Soy su nuevo profesor de defensa contra las artes oscuras, Alastor Moody. No soy como otros profesores, aquí no venimos a jugar con boggarts, aquí venimos a aprender.

Me gustaba mucho la forma de hablar de este profesor, era raro, ya que no era común que me interesara alguna clase.

-Hoy vamos a aprender lo más importante que podrán ver alguna vez en esta clase, las tres maldiciones imperdonables.

-Profesor, ¿esas maldiciones no están prohibidas? -levantó la mano Granger, qué fastidiosa.

-No soy tonto niña, claro que lo están por eso se llaman imperdonables.

Definitivamente amo a este profesor.

-Existen imperius, crucio y la peor de todas avada kedavra. Usted las debe conocer muy bien ¿No señorita? -dijo Moody dirigiéndose hacia mí.

UN AMOR INESPERADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora