You (Oikawa x OC)

Heridas

¿Como fue que terminamos así? Gritándonos a todo pulmón cosas que se suponía nunca habían existido, o en todo caso habían sanado. Te mire con dolor y nostalgia, la esencia de aquel chico que conocí a mis 16 años estaba ahí, pero ahora tenias la apariencia de un hombre.

-No quería lastimarte- gritaste con enojo y tristeza desde el balcón de tu departamento, que para desgracia mía se encontraba en diagonal al mío, prácticamente pegado.

-No querías lastimarme -repetí lentamente -¿No querías lastimarme? - dije prácticamente gritando y en tono de regaño. Estaba enojada. Aquella frase seguía retumbando en mi mente y en ves de tranquilizarme (que supongo que era lo que buscabas) hicieron que todas esas emociones y recuerdos negativos afloraran, avivando la furia. -Pues terminaste haciéndolo maldito infeliz, nunca pensaste en mi, solo en ti, tu eras el que no querías salir lastimado.

Me escuchaba a misma y no captaba el sentido de lo que decía. Nunca fui buena para pelear. Cuando estoy tranquila suelo controlar lo que digo, tratar de buscar las palabras justas para el momento, pero durante una pelea esto me es imposible.

Nunca me gusto pelear, mi razón se nubla, mi tranquilidad desaparece y mi boca entra en automática por la desesperación que me genera perder el control de mi misma.

En algún punto de la discusión fui consiente que los vecinos nos escuchaban, tantos departamentos pegados y nosotros gritándonos nuestras verdades sin vergüenza alguna, ciertamente era un espectáculo para alguna vieja chismosa que no tenia nada mejor que hacer. Aun así esto no me importo, yo solo quería que supieras todo aquello que me calle aquel día que te fuiste... y al parecer tu también querías hacer lo mismo.

- ¿En serio vas a culparme? En todo caso fue tu culpa, jamás permitiste que te conociera, que lograra entenderte, nunca supe realmente como actuar contigo. Lo poco que conocí fue por las malas, tu mal carácter, lo testaruda y mandona que resultabas cuando querías. -Pasaste tu mano por tu pelo y lo desordenaste un poco, parecías nervioso, ansioso, angustiado. Suspiraste para luego agregar -Todo el mundo decía que eras agradable, pero realmente era una mentira, un maldito disfraz que usabas para... ¿para que? ¿A quien querías agradar?

Mentira, si deje que me conocieras, si me conocías, te conté cosas que nadie mas sabia de mi. Pensé que te había mostrado lo mejor de mi, o lo que yo considere lo mejor de mi. Pensé que te agradaba.

-En ocasiones era pesado y agotador estar a tu lado- suspiraste y cerraste tus ojos.

-Si tanto te molestaba porque me buscabas en los recesos de la escuela, porque sacabas charlas cuando claramente no quería hablar, me sacabas mis auriculares y hacías que ...

-Porque me dabas lastima - dijiste lisa y llanamente, no sabría decir que emoción acompañaba aquellas palabras, pero si sabia como me hicieron sentir, miserable.- siempre sola, al margen de todo, te observaba, siempre rodeada por ese grupo tuyo, pero nunca estabas presente realmente ahí...

Mi pecho dolía, tenia un nudo en la garganta y mis ojos amenazaban con exteriorizar lo que sentía en mi interior, poco a poco todo se estaba rompiendo. Una parte mía sabia que lo que decías no era del todo cierto, que solo era por el calor del momento. Sabia que esta situación también era mi culpa, de ambos. Mi conciencia sabia cosas que no lograba o no quería procesar y por eso todo se fue a la mierda en ese momento. Quería que te callaras, que me abrazaras y que dijeras que pese a todo me habías extrañado tanto como yo a ti.

Que nos paso maldita sea...